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Requisito de mi casa nueva: un patio

"Yo crecí en el campo y necesito que mis pies toquen la tierra, aunque por encima haya varias plantas construidas, ¡el patio era innegociable!", nos cuenta Sara, la propietaria de esta planta baja en un edificio de finales del XIX. Mesa blanca y banquito de Litte House/Cottage. Cojín de Calma House, plantas de Jardiland.

2.

Un patio con historia

La casa apenas se había intervenido en cien años. Esto permitió que conservaran el impresionante lavadero original del patio (que decidieron pintar del típico verde carruaje y que hoy es el despacho de Mike, su marido), en cuyo tejado aún resisten figuras y adornos modernistas. Suelo de Pavistamp imitación de adoquines. El árbol es en realidad un arbusto centenario Pittosporum, que ha crecido sin control. 

3.

La propietaria y su gatita

En el rincón de lectura por el que se accede al salón, Sara Hostench y la gatita Sofi. 

Cortina de Ikea, sillón de Cado, mesita de Indian Pacific y manta de Matèria.

4.

¡Qué entrada a casa!

La reforma es obra del interiorista Roger Bellera, quien decidió (con acierto) respetar el estilo arquitectónico modernista original. Diseñó para el acceso al patio una ventana rematada en semicírculo cuya silueta volvemos a ver en la cocina.

5.

Paredes arena, muebles blancos

"Tardé cuatro años en encontrarlo, vi más de 200 pisos, ¡llegué a llorar de frustración!", recuerda hoy entre risas Sara. 

Sofá grande de Indian Pacific. Sofá pequeño y mesa auxiliar de Alabarce. Mesa de centro de Maisons du Monde.

6.

En el suelo hay cajones ocultos

Al unir varios espacios diminutos en un salón más grande se produjo una doble altura que el interiorista Roger Bellera aprovechó para diseñar unos cajones ocultos en el desnivel. 

Cuadros de Sennacheribbo. Cojines de La Maison y Cado. Manta de Matèria.

7.

Las estanterías a medida enmarcan la entrada

Estantería diseño de Roger Bellera. Mesa de Little House/Cottage. Sillas de Ikea. Lámpara de Becara. Apliques de Taimo.

8.

Una ventana entre la cocina y el comedor

Las estratégicas ventanas del interior permiten que la luz fluya sin problemas y consigamos olvidar que estamos en una planta baja. 

Cocina Santos hecha por Pilma. Electrodomésticos Siemens. Lámparas de Little House/Cottage.

9.

El cabecero también está hecho a medida

El rey de la casa es el gato Avi (Abuelo), sobre la cama.

Colcha y cojines de Filocolore, plaid y cojines de de La Maison, y manta de Matèria.

10.

Provenzal.

Sara, ávida lectora de El Mueble, hizo bien los deberes: se compró un portfolio de carpetas transparentes que llenó de recortes de sus fotos favoritas de nuestra revista. De ese dossier, por ejemplo, nació la inspiración del provenzal y súper práctico cabecero de su cama. Apliques y espejos gemelos de Little House/Cottage. Banqueta de Indian Pacific. Cortinas de Ikea.

A la derecha del Paseo de Gràcia, en Barcelona conviven Sara con su marido y su hijo en esta planta baja. Ella dirige una agencia de organización de eventos, y ellos se dedican al cine. Era inevitable que entre los tres crearan una atmósfera espectacular. Contaron con la ayuda del interiorista Roger Bellera y con el 'archivo' personal de Sara, repleto de recortes e ideas de El Mueble, su revista favorita.

Por suerte, la casa apenas se había reformado en sus más de cien años de historia. Esto permitió que conservaran algunas ventanas, las maravillosas vigas y el lavadero original. Con inventiva, juegos de espejos y ventanas y un gran respeto por el pasado modernista de la casa, Bellera consiguió inundar de encanto y luz toda la vivienda.

El patio, típico de las construcciones barcelonesas de la época, es el corazón y el pulmón de una vivienda llena de soluciones ingeniosas, como los amplísimos cajones escondidos bajo el suelo del salón o el baño del dormitorio principal.

A ti ¿qué te ha parecido?