Antes y después: una casa de tres plantas derribada y vuelta a hacer (con fotos de la reforma y vídeo)

Hoy entramos en una vivienda alavesa de cuatro plantas. Es una casa centenaria que fue derribada y vuelta a hacer por completo. La finca antes estaba ocupada por dos viviendas y el equipo de Natalia cambió la estructura por completo para satisfacer las necesidades de los nuevos propietarios. La casa actual tiene 350 metros cuadrados, repartidos en tres primeras plantas de 100 m² y una abuhardillada de 50.

Fue una de las apuestas más importantes de Natalia Zubizarreta: un cerramiento en la entrada que deja pasar la luz al salón y hace crecer visualmente el recibidor.

“La clave aquí fue colocar la televisión y la chimenea. La estantería se hizo a medida con Pladur y carpintero y en torno a eso giró todo. Luego había que cumplir con la necesidad de tener un súper sofá para toda la familia".

Para el propietario, era fundamental tener una tele grande para ver en familia. El mueble da cabida a TV, chimenea y estantes para los libros, ¡genial!

Esta planta de la casa no es especialmente luminosa, por eso Natalia optó por tapicerías y maderas blancas, así como por paredes beige clarito "para lograr el máximo de luminosidad y unificar el conjunto", apunta la interiorista. La mesa del comedor es extensible, hecha a medida. Tiene 2 m de largo x 90 cm de ancho.

Ahora, las nuevas vigas de madera soportan el peso de toda la estructura de una casa de cuatro plantas. “Pintamos las vigas, pero dejamos al aire sus nudos y sus vetas. Dan riqueza visual y enseñas algo de la historia del lugar”, nos explica Natalia. 

"La lámpara colgante del comedor también la considero clave porque su diseño moderno en caja a la perfección con las sillas de color verde agua", añade Natalia. Sin olvidar el banco bajo el gran ventanal, que aporta un toque de modernidad al comedor. 

En el recibidor, pusieron una doble puerta para evitar el impacto del frío cada vez que se abre y se cierra la puerta de entrada. Es una puerta corredera de hierro pintada.

Además de la puerta corredera, pintada de blanco para ganar luz, Natalia Zubizarreta apostó por una consola de hierro y madera, papel pintado, espejo y paragüero. ¡Ha quedado súper acogedor!

El espacio de la cocina es un añadido a la fachada del antiguo edificio. Se hizo un estudio muy profundo de distribución, nos explica Natalia.

Como la nueva casa tiene un espacio alargado y estrecho, lo que hicieron fue ganar terreno al jardín para ponerle techo y convertirlo en cocina. Está comunicado con el salón y, para que se integre decorativamente, Natalia optó por dos claves: unos muebles blancos sin tiradores y papel pintado textil, que da mucha calidez. 

Y el suelo también ayuda, es un pavimento porcelánico que simula la madera. Sobre los muebles, los jarrones de terracota son un guiño a lo antiguo que llenan de encanto la estancia.  

Subimos y llegamos a los dormitorios. En el principal, el cabecero lacado blanco con papel textil chocolate y la banqueta con un tapizado tipo kilim ponen la nota de color. "A la pareja le gusta viajar y colocar ese banco tapizado de kilim era una manera de reflejarlo, da un toque un poco étnico y rompe con el resto que parece como más serio. Como es una habitación luminosa, se permitieron poner un color oscuro. Los apliques negros también dan un toque moderno", cuenta Natalia. 

Natalia nos desvela un truco: “Las cortinas son todas iguales, salvo en el salón. En él hay estores enrollables porque las ventanas son muy altas. En el resto de la casa, hay estores paqueto de algodón con algo de sintético para que limpiarlos y plancharlos resulte más fácil”. ¡Ahora sí que es una casa cómoda! 

Los niños también tienen su mural viajero. '"Les gusta mucho la geografía y pusimos un mural a medida. Las camas tienen debajo una cama nido en un lado y en el otro almacenaje extra", dice Natalia. 

"Queríamos que el resultado final fuera sencillo y neutro", dice Natalia. ¿Lo vemos?

El baño de los niños esta formado por un mueble de patas lacadas en azul que le da el toque juvenil necesario. Perfecto para que los niños tengan su propio espacio y se adapte a sus necesidades. 

En el baño del dormitorio principal triunfa la madera. El mueble baño, de roble natural, va en sintonía con el resto de la casa y combina con el porcelánico del suelo y el efecto amarmolado de los revestimientos. 

Cuando la familia abrió la puerta, no pudo contener la emoción. ¡Era la casa de sus sueños! Natalia Zunizarreta, interiorista de esta reforma, estaba allí con ellos para celebrarlo. A continuación te enseñamos por dentro en un vídeo cómo fue el proceso de la reforma: