Abigail y su familia vivían antes en un piso. “En un momento surgió la oportunidad de esta casa. Yo no estaba tan convencida, pero las niñas y mi marido tenían tanta ilusión, que al final nos decidimos”, nos cuenta. “Nos enamoramos en cuanto entramos, ¡es una casa con duende! Pero yo no tengo visión espacial, así que le dije a mi marido 'es una pena que una casa como esta no la sepamos lucir'. Quería algo con color, pero también acogedora y atemporal. Y así fue como llegamos a Ana Pardo de Santayana y sus hijas, Santayana Home”.
“Yo quería que esta casa transmitiera 'impacto' cuando entras. ¡Que quien la visite no la pueda olvidar! Me gusta que cada esquina tenga foto”, se ríe Ana, la matriarca de este equipo de mujeres dedicadas al interiorismo.
¿Su apuesta en esta casa? Las mezclas. “Me apasionan. No hay un solo armario igual, ni puertas iguales, cada metro tiene papel pintado, flores, rayas, dibujo geométrico... Nuestro reto fue que todo resultara armónico. Pasar de unas estancias a otras en una maravillosa transición. Pusimos toques afrancesados, rurales, ingleses, urbanos... y todo convive bien. ¡Abi se fió de mí con los ojos cerrados!”.
La casa, efectivamente, tiene varios ambientes, desde una sala de estar “femenina y naif”, hasta un llamativo comedor con espejos, o una cocina en blanco y negro, pero más tradicional. Los dormitorios son un mundo aparte: cada uno, ¡un universo!
En el salón, optaron por un papel pintado que imita a la madera. "Siempre empapelo las casas, incluso de liso. Es infinitamente más duradero, duran el triple y son más acogedoras", dice Ana Pardo de Santayana. En este salón, "buscaba el punto masculino, más sobrio, en una casa con cuatro hijas, ¡pensé también en el padre!".
La cocina es un salto de estilos. Y sí, ¡se atrevieron a poner papel! Buscaron la combinación negro y blanco, "una buena transición con el salón. El negro hace de elemento conductor. Pusimos papel pintado de rombos negros y en el frente de la cocina apostamos por hidráulicos, también en negro y blanco. Aunque la cocina es algo rústica con esa gran mesa, el papel y el hidráulico ¡le sientan increíble!".
Pero el espacio más bonito es el de las hijas pequeñas, claro. ¡Es como de cuento! En él crearon un falso arrimadero con un papel que imita madera, hasta 1,80 metros de altura. El resto (techo incluido) es un papel romántico, muy femenino, con motivos de pájaros de Laura Ashley. Pusieron también unas falsas vigas en el techo, y decoraron los huecos del armario con el mismo papel. ¡Aquí es primavera todo el año!
¿Y en el de los padres? Todos los dormitorios son diferentes. En el del matrimonio, buscaron la inspiración de un cuarto "como de casa rural. Lo empapelamos todo con papel japonés. Y el baño está empapelado con los mismos tonos del cuarto. Pusimos puertas correderas para que fueran espacios abiertos. Los muebles van a tono, muy acogedores, tranquilos".
Y para las chicas de Santayana, misión cumplida: “¡La casa le gusta a todo el mundo cuando viene!”, cuenta Abigail.