El paraíso tiene nombre y se llama 'Sa Buguenvil·lea': es una casa preciosa que está en Mallorca y es de estilo rústico y minimalista // CON VÍDEO

Antes de entrar, un apunte importante: la fachada de Sa Buguenvil·lea también tiene su historia. En ella se han empleado materiales locales como la piedra de Santanyí y de mampostería, así como maderas recuperadas. El jardín mediterráneo que la rodea es toda una declaración de intenciones: de disfrute y de relax.

El jardín se organiza en tres cómodas zonas: comedor, estar y zona de tumbonas junto a la piscina. Aunque sea un espacio abierto, transmite la máxima privacidad. Y los muebles se han escogido para dar el toque decorativo preciso: desde la mesa principal hasta los sillones, los pufs y las tumbonas, todo respira la misma serenidad.

¿El truco para lograr esta sensación? La elección de una sola gama cromática y de materiales nobles y de calidad, entre los que destaca la madera clara y semirústica. Toda una delicia.

Todo ello contribuye a que la cocina pueda integrarse de forma orgánica en el salón/comedor, en un espacio diáfano compartido, gracias al color y a sus líneas discretas y sofisticadas. La mesa de comedor de madera y con base de hierro protagoniza un elegante contraste con las sillas de comedor tapizadas y las grandes lámparas de fibras naturales. 

Todo en esta estancia exuda serenidad, en parte gracias a la cuidada selección textil, tanto de la ropa de cama como de las cortinas y la alfombra, que parece envolver la cama con toda su suavidad. El arco sobre el cabecero recuerda a la antigua arquitectura mallorquina, que se complementa con el diseño moderno de las mesillas de noche, el armario y la cama.

Las puertas interiores de la casa, al igual que las de los armarios, son de madera alistonada con un acabado envejecido. Esta presencia de la madera se potencia con las vigas y la tarima, de roble, con acabado grisáceo. ¿Un último toque rústico? El banco a los pies de la cama.

Junto al dormitorio, un amplio baño en suite se abre con puertas correderas para mayor comodidad. El lavamanos es de piedra, con un mueble volado de madera hecho a medida y, de nuevo, unas cortinas de lino crudo tamizan la agradable luz natural. Los grifos empotrados dorados añaden el punto sofisticado.