Una encantadora casa de pueblo reformada

El patio es uno de los tesoros de esta casa de pueblo. Da luz a gran parte de la vivienda, por eso todo el exterior se pintó de blanco y se respetaron y restauraron las puertas de madera originales. 

Desde el patio se accede a la planta baja de la casa. El salón es su estancia principal, aunque en el mismo nivel también están el comedor, la cocina y un aseo. "En el salón mantuvimos el tiro de la chimenea pero dándole un toque actual" explica Van Castro autora del proyecto. 

"Era importante una zona que actuara de ´librería´por eso aprovechamos el hueco que la propia distribución del salón hace para poner unas estanterías" explica la propia interiorista. El gran aparador bajo de madera completa el almacenaje en este salón lleno de luz en el que el cuadro en tonos rojizos destaca por encima del resto de elementos. 

La propietaria de esta casita, Antonia, quería una gran mesa de comedor para compartir con su familia. El comedor cuenta con un espacio propio entre la cocina y el salón y mucha luz natural. 

"Una de las peticiones de Antonia -explica la interiorista- fue abrir la cocina al patio y al salón para hacerla más amplia y luminosa, un gran acierto. Ahora puede gozar de las vistas del patio y de su vegetación", añade. "Quisimos destacar el frontal de la cocina con un azulejo artesanal de Peronda y una encimera de mármol macael".

Ubicado justo enfrente del ventanal desde el que se accede al patio. Encima de la mesa, además, hay un lucernario que potencia aún más la entrada de luz natural. La mesa de madera redonda y las sillas de mimbre ponen un punto de calidez. 

"Quisimos darle un toque especial a la escalera mezclando en sus peldaños una cerámica divertida con la madera" explica la interiorista. Desde la escalera se accede a la planta superior que se compone de un habitación doble con baño y dos individuales. 

"Aquí lo importante fue generar una sensación de paz y harmonia con tonos neutros y frescos como el azul que invitaran al descanso" explica Van Castro. El dormitorio tiene cabecero y butaca de lino azul, a juego, y un gran armario empotrado a pie de cama. 

"Elegimos un tono azul para pintar la pared hasta a media altura evocando así al Mediterráneo. Se trata de la habitación de invitados pensada para cuando vienen a visitarla los nietos de la propietaria" cuenta la interiorista.

Y volvemos la patio para despedirnos de esta casita de pueblo cerca del mar. Rodeado de plantas, con suelo de piedra y una caseta para el almacenaje.