Una vez que hemos aprendido la lección de que menos es más y nuestros armarios respiran orden y armonía en cada una de sus perchas, qué os parece si damos otra vuelta de tuerca y nos atrevemos a dejar la ropa a la vista. Armarios abiertos, percheros, colgadores, vestidores… todo para colocar tu ropa pero con una premisa: dejarla expuesta.
Hay espacios que piden a gritos un poco de aire y quitar puertas puede ser una idea excelente; otros que simplemente reclaman un perchero que le de vidilla a ese rincón, y también existen recibidores solitarios que claman por la compañía de un colgador original en donde reposen los abrigos; sea cual sea la opción que elijas, te damos varias ideas para que saques tus trapitos del encierro al tiempo que le das un plus a tu decoración.
Nada fuera de su sitio
Lo primero que debes tener en cuenta es que orden se va a convertir en tu segundo nombre. Olvida eso de arrojar el jersey al tuntún y pensar: “luego lo coloco”, nada de tirar de la última camiseta del montón y hacer que la torre entera se venga abajo y ni pienses en que varias prendas compartan percha. Si quieres conseguir un efecto muy chic, la norma a seguir es que todo debe estar siempre en su sitio… ¿estás preparado?
¿Cómo lo hago?
Hay cajas, cestas, botes y un montón de objetos de almacenaje monísimos que te pueden ayudar a que las cosas más pequeñas tengan un lugar; además, no se trata de que tooodo quede a la vista, mejor que la ropa interior, los calcetines y algunos complementos estén guardados. La privacidad, también existe.

¡NECESITO ESPACIO!
38 soluciones para ganar sitio en los armarios de casa
En pequeñas dosis
Si te parece que abrir tu armario por completo es demasiado, prueba a poner un perchero colgante en algún espacio de tu habitación y que pendan de él prendas especiales y delicadas que hagan las veces de objetos decorativos. Verás que el resultado te va a enamorar.
Dando la bienvenida
Un colgador en el recibidor resulta práctico, súper útil y puede ser una bonita carta de presentación al llegar a tu casa. Ganchos para colgar los abrigos y el bolso, algún cesto para guardar zapatos y si te cabe, un banco en el que poder sentarte a descalzarte o para dejar las cosas cuando llegas cargado de la calle.