Las usamos a diario y solo les prestamos la atención que se merecen cuando queremos renovarlas. Entonces nos asaltan las dudas: ¿de madera maciza o de DM? ¿Con acabado natural o pintada? ¿Pomos o manillas? Te ayudamos a disipar las dudas y a elegir el diseño más adecuado para ti y para tu casa.
Elígelas con criterio
Antes de decidirte, debes prestar especial atención a estos tres detalles:
- Material: Si apuestas por la madera, ¡que luzca! Barnizada, la belleza de sus nudos y vetas será un activo más de la decoración. Dará personalidad y un look muy natural. Una de madera (hueca o maciza) o de DM pintada o lacada es la opción más adecuada para un piso urbano.
- Color: ¿Quieres camuflarla? Píntala igual que las paredes... ¡Y adiós puerta! En este caso merece la pena apostar por una de DM en vez de una maciza, son más baratas.
Manillas: Se llevan discretas y en acero inoxidable mate. Para las puertas correderas, evita los diseños empotrados, no son prácticos, sobre todo si la puerta es grande y pesada.
3 sistemas de puertas correderas
- Empotrado. La puerta se integra en la pared. Es una opción discreta que deja libre la pared que alberga la puerta. Pero es cara y necesita obras.
- Con guías. La puerta se desliza paralela a la pared. No hay que hacer obras, se puede aprovechar la puerta convencional y es económica. Pero "pierdes" el espacio por el que discurre la puerta.
- Con herrajes. Es la opción más bohemia: el sistema de sujeción y la puerta son los protagonistas. El look industrial, con poleas vistas, es tendencia.
Tú eliges: 5 diseños prácticos y decorativos
1. Una gran pared móvil
¿Quién quiere una pared cuando tiene una puerta así? Flexibiliza el espacio, deja pasar la luz entre el salón y el comedor sin renunciar a la intimidad y es ligera a pesar de ser XL. ¿La clave? Sus cristales traslúcidos.
2. La puerta más discreta
Si buscas que la puerta pase desapercibida en la decoración, elígelas sin molduras, ni cuarterones, ni licencias decorativas y píntala a juego con las paredes. Cuanto más discreta sea la manilla, mejor.
3. Pivotante, moderna y con perfiles de hierro
Esta puerta es pivotante, es decir, puede abrirse en los dos sentidos. Además, no tiene marcos, por lo que el efecto visual es como si la puerta flotara. La decoradora Ona Barnet, de The Singular Homes, la diseñó con cuarterones asimétricos, que dan un look más actual. Y el acabado negro envejecido de la perfilería crea un efecto informal, como "a medio hacer".
4. Clásica y atemporal
Con cuarterones acristalados, faldón ciego, molduras y pintadas en blanco. Este tipo de puertas sirven para un roto y descosido. En decoraciones clásicas se mueven como pez en el agua. Y en ambientes actuales, imprimen un atractivo toque vintage. Además, al ser acristaladas y lacadas en blanco, resultan más ligeras y dejan pasar la luz.
5. Sabor tradicional: nuevas y recuperadas
La madera es bella por naturaleza. Y la belleza no necesita ni artificios ni "maquillajes". De ahí que el acabado natural le siente de maravilla a unas buenas puertas de madera. Si son macizas, de roble, pino o nogal (las maderas más habituales), como mucho aplícales un barniz al agua, para mostrar sus vetas. También puedes blanquearlas o tintarlas para hacerlas más claras o más oscuras. Si optas por una puerta recuperada, contarás con una pieza única con un plus de autenticidad.
¿Cuánto vale una puerta?
- Estándar. Una puerta lisa de DM y con acabado barnizado puede valer unos 350 €, en Fusteria Cisa. La misma, de madera maciza, rondaría los 500 €.
- A medida. Respecto a una puerta estándar el precio de una de DM sería unos 80 € más caro. Y el de una de madera, unos 150 €.
¿Quieres ver más puertas? No te pierdas la galería, donde encontrarás 15 diseños diferentes y de todos los estilos que pueden servirte de inspiración.