La decoración francesa es sinónimo de elegancia, sofisticación y un estilo sin fecha que encuentra el equilibrio entre lo clásico y lo actual. Y es que esta tendencia es capaz de transformar cualquier espacio en un ambiente sereno, luminoso y lleno de carácter. Con materiales nobles, líneas suaves y una cuidada paleta de colores neutros —como blancos rotos, grises empolvados o beige cálido—, se puede conseguir un hogar en el que prime la armonía sin resultar recargado.
En el estilo francés, cada elemento, desde una lámpara de araña hasta un mueble recuperado, cumple una función estética sin renunciar a la funcionalidad. Si a esto le sumas unas elegantes molduras, textiles naturales, piezas con historia y una iluminación acogedora, conseguirás un hogar atemporal y elegante. Uno que bien podría haber sido el refugio soñado de María Antonieta si hubiera cambiado Versalles por un apartamento en pleno centro de París.
Hemos reunido varias ideas que puedes aplicar a tu casa para llevar la elegancia del interiorismo francés —tan atemporal como inspirador— a cada rincón de tu hogar.