“Mi mujer dice que esta es una casa muy manejable, que desde la cocina lo tiene todo controlado”. Si a unos padres de familia numerosa con niños pequeños 'danzando' alrededor les preguntan si esta es una buena definición de lo que quieren para su hogar, sin duda la mayoría diría ¡sí, quiero!
Así se lo plantearon Santiago y Cristina cuando apostaron por hacer una vivienda a la medida de su 'tribu' (tres niños entre 9 y 3 añitos) y llenarla, además de muebles, de muuuucho amor. Lo gracioso es que ya los conocíamos por aquí, puesto que el año pasado su anterior casa fue elegida una de las mejores por las lectoras. “Entonces dijimos que era la casa de nuestros sueños, ¡pero ahora sí que la hemos conseguido!”.
Mi mujer dice que esta es una casa muy manejable, que desde la cocina lo tiene todo controlado
Para este nuevo hogar se arremangaron, pero de verdad: “Estas casas se construyeron hace cuarenta años, con un estilo americano. Nosotros dejamos el esqueleto por fuera y por dentro redistribuimos a nuestra manera”, cuenta Santiago, que no en vano tiene una empresa de reformas y proyectos, Ssacc due.
La cocina es el centro de mando
La cocina se volvió el auténtico centro neurálgico. Comunicada desde la reforma con el comedor, el salón, el cuarto de estar y con una sala de juegos-deberes anexa, sólo podía imaginarla alguien con niños. “En nuestra anterior casa echábamos de menos tener cerca la sala de estar, con los niños jugando. Eran tan pequeños, que queríamos poder controlarlos. Ahora podemos estar al lado, cocinar, ellos jugando, y es como si estuviéramos juntos, aunque cada uno puede estar en lo suyo”.

LA CASA REFUGIO
Las mejores vistas las tengo yo
Un recibidor de revista
Antes, en la entrada "había una escalera cerrada con un armario, pero quedaba un espacio muy estrecho. Para dar amplitud lo abrimos. Abrimos un trozo de tabique que da al salón, y encima pusimos cristal, para que pasara la luz. Detrás del sofá, pusimos otro cristal. En el hall no hay techo, y quisimos que, al entrar a la casa, recibiéramos luz, gracias a una ventana Velux que sirve de tragaluz".
Y si el objetivo era abrir la casa a la luz, ¿qué resolvieron con los colores? El blanco les dio la clave. “Buscamos colores neutros, blanco roto, gris, y en el despacho de Cristina un verde mint. Con los espacios abiertos, el blanco ayuda a la sensación luminosa”. Al combinar maderas con ese blanco, "quedó algo muy relajado... Muchos de los muebles son de estilo provenzal, como el comedor, que viene de nuestra anterior casa".
Dos cuartos nuevos
En esta reforma no tuvieron miedo de cambiarlo todo, para hacer una casa a su medida. "Antes todo estaba lleno de pasillos y tabiques, e hicimos una redistribución brutal", cuenta Santiago. "El dormitorio principal anterior estaba en lo que era una terraza, y lo que hicimos fue igualar alturas. Creamos una habitación más amplia, con techos de cuatro metros, a la que añadimos un área de armarios y baño".
De esa anterior habitación principal salió también el cuarto de la niña, a quien crearon su propio baño y otro para los chicos.
¡Aquí hay espacio (y amor) para todos!

JUNTOS Y MEJOR
Una casa para vivir en familia