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1.

Un porche en plena naturaleza.

Butacas de ratán importadas por La Casa de la Abuela. Alfombra de fibra, en Meridiana.

 

2.

Estar de exterior.

Estar de exterior. Mesa, modelo Enves, en Teklassic. Bandeja de ratán y macetas, adquiridas en la misma tienda. 

3.

Combinando colores.

 El azul pálido está presente en todos los ambientes de la casa, creando una decoración muy armónica.

4.

Comedor de verano con toques de azul.

El mantel azul y el cubertero de madera, en Côté Soleil. Sillas, en La Casa de la Abuela. 

5.

Un salón que mira al jardín.

 Los colores neutros y los sofás bajos ayudan a que la mirada vaya hacia el jardín. Butacas, modelo Stokholm, de Ikea y con loneta cruda. Cojines de lino turquesa, de Teklassic.

6.

Una distribución perfecta para la tertulia.

Mesa de centro hecha a medida por Meridiana. El mueble chino blanco, en La Casa de la Abuela. 

7.

Todo el salón.

Sofás Raddy y tela Blade Cotton, de Afrique du Sud. Cortinas, en Dairin. Lámpara de sobremesa, de Kartell, en Ibermaison. 

8.

En la cocina.

Los armarios superiores se han elegido tipo vitrina por ser más livianos. Mobiliario lacado en blanco, en Danespan. Las encimeras de color gris plomo son de Silestone.

9.

Una cocina abierta al jardín.

Pavimento de gres, de Porcelanosa - Grupo Porcelanosa. Mesa de Guadarte y sillas de Kartell, en Ibermaison.

 

10.

Pequeño pero acogedor.

Está decorado en tonos beiges para dar calidez. Cabecero de rejilla y banqueta a los pies de la cama. Pared con papel estampado.

11.

Armario decorativo.

Tiene un espejo incrustado en su frontal que multiplica la luz natural de la estancia. Además, decora por sí solo la habitación.

12.

Dormitorio de invitados.

La salida al jardín de la habitación y sus tonos suaves la convierten en una estancia acogedora. El punto tradicional lo da el cabecero de rejilla. 

13.

Dormitorio infantil.

Para aprovechar todo el espacio posible se han instalado armarios empotrados. Decora la estancia una preciosa casita de muñecas.  

14.

Ligero y muy luminoso.

Los livianos perfiles del acristalamiento lo convierten en la cortina natural perfecta. Lavamanos de Roca y grifería, de Antonio Miró. Lámpara de techo con lágrimas, en Aranda. Pavimento de gres italiano. 

15.

Un baño de luz.

Bañera revestida con azulejos azules y pavimento de gres italiano, de Almacenes Hnos. Valentino. Sillón, de Ikea. Bañera, de Roca. 

16.

Un rincón para contemplar el paisaje.

 Chaise longue Flayence con lino, de Roche Bobois. Colcha turquesa, de Loani Home. Lámpara de techo, en Aranda. Cuadro, en Cachemir.

17.

Dormitorio muy vestido.

La ropa de cama y los textiles se han escogido a tono con el verde del jardín. Cabecero de terciopelo adamascado, en La Casa de la Abuela. Lámpara de techo, en Aranda. Pared con papel a rayas. Puerta acristalada con acceso al jardín.

Cuando tienes la suerte de poder disfrutar de un jardín privado en tu propia casa.... ¿quién quiere encerrarse dentro? Todo lo contrario. Si hasta apetece pasar las noches bajo las estrellas haciendo vivac. Por eso esta casa se abre hacia el exterior y viceversa, eliminando barreras y buscando fundirse con el jardín. Y lo consigue gracias a un imaginativo juego de colores y espacios abiertos.

Salón, cocina y dormitorio parecen adentrarse en el jardín gracias a su base cromática neutra y a las chispeantes pinceladas en verde agua que les dan vida. La suite, además, aprovecha un saliente en la pared para crear un acogedor rincón de lectura.

El baño nos transmite relajación al instante, y las baldosas verdes que revisten la bañera dan una nota fresca y dinámica a un espacio decorado en blanco.