15 casas centenarias: ¡Por ti no pasan los años!

Esta casa del s. XIX ha vivido muchas vidas: ha sido cine, carpintería y sala de baile. Y ahora, el equipo de Dadà Interiors la ha convertido en una vivienda tan personal como llena de encanto, gracias al estudiado equilibrio entre los elementos originales, como las vigas de madera o las paredes de piedra, y los nuevos, como el suelo de hormigón, los detalles de hierro y un mobiliario moderno.   

Abierta a la zona de día y con un personalísimo mobiliario de hierro. Así es esta casa. Y es que una casa tan carismática como esta bien merecía una cocina a su altura. Además de sus paredes revestidas de madera, que le dan calidez y un extra de confort, lo que llama la atención es su gran isla, una pieza de hierro de doble cara: barra por un lado y armarios por el otro. No te pierdas el resto de la casa.   

La historia de este céntrico piso de Madrid salta a la vista. Y es que con la reforma, llevada a cabo por el estudio Aldescubierto, no solo se buscó conservar los elementos originales de esta vivienda centenaria, sino realzarlos. Ahora se han convertido en una seña de identidad con mucho encanto, como las vigas vistas de toda la casa o las columnas de madera originales, que recuerdan la distribución original del piso. 

Toda la zona de día comparte un gran espacio único, incluida la cocina. Si bien uno de sus laterales puede cerrarse con una puerta acristalada sin perder luz ni el contacto visual con el comedor y el salón. Además, la propietaria quiso que la cocina se viera como un espacio muy vivido, de ahí que se planificaran baldas vistas para dejar la vajilla y demás enseres. ¿Quieres descubrir el resto de secretos de este piso centenario?

De esa antigua construcción medieval quedan apenas unas pocas piedras, pero bastan para atestiguar su histórico pasado. Daniel Lizarriturry, del estudio de arquitectura Lizarriturry Tuneu, fue el encargado de rehabilitar la vieja masía y de ampliarla para ganar nuevos espacios. Pero siempre respetando su pasado, para que lo nuevo apenas se diferenciara de lo antiguo.

Más luz: era una de las premisas de la reforma. Y se logró ampliando las ventanas y haciendo de nuevas, y con el blanco que tiñe paredes, suelo, muebles de obra y textiles. Además, la zona de día se planificó abierta y se reservó para el salón el espacio más recogido. Descubre la solución que se ideó para el comedor. 

Este loft tiene un esqueleto señorial, ya que la vivienda original atesora más de un siglo de historia, y un traje moderno, como bien demuestra su cocina, que la decoradora Lara Pujol diseñó como un mueble más del salón. Con la reforma, Lara conservó todo lo que pudo, como las grandes ventanas balconeras o el espectacular techo artesonado.    

El salón se equipó con pocas piezas pero de gran personalidad, como el maxi sofá modular –el propietario es un apasionado del cine– o la chimenea de hierro. Y es que el protagonismo en el salón recae en la pared, que deja a la vista las diferentes capas de pinturas anteriores. Descubre el antes y el después de este piso del casco antiguo de Girona. 

Este piso ha vuelto a nacer tras más de 110 años de historia. Y lo ha hecho modernizándose estéticamente, pero presumiendo de sus elementos arquitectónicos originales que denotan su historia y le suman encanto. 

El interiorista Abel Pérez Gabucio de Àbag Studio se encargó de la reforma de este piso señorial y una de las prioridades fue inundar de luz la zona de día. Este objetivo se logró uniendo el salón, el comedor y la cocina, que gracias a su original isla que simula un mostrador pastelero resulta decorativa por sí sola sin parecer una cocina al uso. Si esta idea te ha gustado, no te pierdas las soluciones del resto del piso. 

¿Transformar una antigua cuadra de 1750 y con más de 70 años de abandono en una casa rural luminosa, moderna y rebosante de personalidad? ¡Es posible! Y en un tiempo récord de solo seis meses. Aunque el cambio fue radical, la propietaria quiso conservar lo que pudo de la construcción original, como las vigas de madera de la planta principal o las paredes de piedra. 

Si la planta principal eran las cuadras, la superior era el antiguo pajar, que ahora alberga los dormitorios. Las paredes de piedra se han dejado sin tratar pero aquí se han pintado en blanco, creando una estampa tan apacible que es remanso de paz. Descubre la transformación de toda la casa.  

Donde la ves, no hace tanto esta era una antigua casa de pescadores en ruinas. Y ahora es un balcón al mar Mediterráneo. La reforma le sumó una planta más y la inundó de luz, con el blanco vistiendo todos los espacios, incluido el suelo.

La interiorista Catalina Socias, de Catalina Socias by Cassai, se inspiró en una cantina de pescadores de la isla mallorquina de Cabrera para darle forma y vida a la zona de día de esta casa. Los detalles marineros, como el salvavidas antiguo que decora la pared del comedor, refuerzan este buscado look. Te invitamos al house tour de esta casa marinera. 

A esta masía le sobraban años de historia y le faltaba luz. Además de adaptarla a las nuevas necesidades de una familia de hoy en día. El equipo de Lizarriturry Tuneu Arquitectura se encargó de inundarla de luz abriendo nuevas ventanas pero respetando al máximo la fachada original, que atesora siglos de historia. 

Los interiores de la masía eran súper oscuros, por eso, además de abrir las ventanas y hacer de nuevas, se tiñó todo de blanco y... ¡pam! La luz lo inundó todo y, además, los espacios crecieron visualmente. Durante las obras se respetó la estructura de bóveda original así como los envigados. No te pierdas detalle de esta masía renovada. 

¿Quién diría que este piso tiene más de 125 años de historia? Su propietaria supo rescatar y resaltar sus elementos arquitectónicos originales y los arropó con toques modernos y personales. 

Los techos, con sus molduras y rosetones, y las puertas son los originales. "Una obra de arte", como explica Eli. Para el dormitorio se buscó un toque natural y cálido, por eso se optó por madera y blanco, combinado con fibras en la lámpara o la alfombra. Descubre el resto de la casa. 

Esta casa tiene mucha historia. Fue un antiguo convento en el s. XIV y residencia de verano del rey Alfonso XIII. Ahora, tras una minuciosa rehabilitación llevada a cabo por la interiorista Cuca Arraut, es una casa familiar en un entorno natural protegido y con inmejorables vistas al mar. 

La interiorista optó por una base cromática en tres tonos para los interiores de la casa: blanco, azul y gris. “Colores frescos y vinculados con el mar”. Y reforzó su carácter fresco con una cuidada elección de materiales: maderas nobles, lino, cáñamo y texturas naturales. No te pierdas los secretos que atesora esta casa. 

La historia de esta casa arranca con el abuelo de su propietario, un siglo atrás. Ahora, tras una rehabilitación de más de dos años, exhibe con orgullo elementos originales de aquella época y otros de rabiosa actualidad.

Así es el comedor, que respira un cuidado aire provenzal. El banco es una pieza gustaviana adquirida en un anticuario francés. El contrapunto lo da la lámpara, de Alsina Sech, moderna y divertida. ¿Quieres ver la casa entera?

De esta casa solo quedaban en pie tres muros. Pero su propietario actual supo ver las posibilidades que ofrecía su ubicación de excepción y reconstruyó piedra a piedra lo que quedaba de una antigua casa de campo del s. XVII dando vida a un sueño de juventud, cuando se enamoró de este paraje único de la costa asturiana.  

Se respetaron los 80 cm de grosor de los muros originales, se abrieron grandes ventanales para inundar la casa de luz y disfrutar de las vistas y se dejaron las vigas del techo a la vista, aunque se pintaron de blanco para dar mayor amplitud y luminosidad. ¡No te pierdas la casa!

Techos altísimos con las vigas vistas originales, mosaico hidráulico, paredes de ladrillo... La joven decoradora Neus Casanova supo sacar lo mejor de este piso centenario y echar abajo lo que no le convenía, como su excesiva compartimentación. 

La combinación de lo antiguo y lo moderno es la clave en este piso de apenas 65 m² en el que las piezas vintage conviven con el look nórdico y toques mediterráneos. No te pierdas las soluciones para exprimir los metros de este piso centenario.

El salón a doble altura, las robustas paredes de piedra o la mampostería vista hablan de los siglos que lleva en pie esta casa. Pero la redistribución de los espacios, abiertos al exterior y entre sí no podía ser más actual. El rojo de las entrevigas arropa un salón tan amplio como acogedor. 

La cocina ocupa el espacio que, originalmente, era el vestíbulo de la masía. El ladrillo manual de paredes y bóvedas se ha limpiado para dejar a la vista una valiosa herencia que ahora convive con un mobiliario actual de madera y acero. ¿Quieres ver el resto de la casa? 

El mosaico hidráulico, original del s. XIX, marcó en gran medida la paleta cromática con la que se decoró este piso, rehabilitado con sumo respeto por la arquitecta Núria Selva, quien desde el primer momento tuvo claro que los elementos originales –suelos, molduras, carpintería...– debían respetarse. 

Con el fin de respetar al máximo la arquitectura original no se tiraron paredes, pero sí se redistribuyeron espacio para ganar funcionalidad. El despacho de la arquitecta, por ejemplo, se situó en una de las estancias más privilegiadas del piso, con abundante luz natural. Descubre el resto del piso.