Estaban aburridos de su piso en La Moraleja y ahora "parece un hotel": así lo han transformado en un pisazo minimalista y cálido con jardín

Para comenzar este 'house tour', nos encontramos con una de las estancias principales de la casa. Este bonito salón en tonos blancos goza de mucha luz natural con su acceso directo al jardín. Inspira calma visual al tener esta línea cromática tan suave y el uso de madera en sus muebles.

Abierto al comedor, el salón también cuenta con esta pequeña zona de reunión familiar donde ponerse el día de todos los asuntos de cada uno. Para ello, y sin ocupar mucho espacio, se decidió colocar esta mesa redonda que es la protagonista del espacio. Elegante y muy práctica, las sillas y los elementos decorativos del centro de mesa ponen el toque final.

Para dar movimiento y vida a las paredes sin llegar a ser excesivo, la interiorista ha decidido colocar obras de arte sencillas, pero con mucha personalidad que, a su vez, se la interfiere a la casa. Los tonos negros de los cuadros tienen el punto de carácter que necesitaba el salón.

El cuarto de baño ha quedado como una estancia sencilla y bonita, muy cómoda para usar a diario. Ya que es una estancia recurrida y frecuente, la idea era que fuera un espacio despejado, de líneas finas y limpias. El grifo en color negro contrasta y resalta la zona del lavabo.

El dormitorio principal mezcla estilos como el rústico y mediterráneo con los diferentes materiales de sus muebles. El cabecero de fibras naturales y la mesilla de madera, hacen de esta habitación un espacio sencillo, pero que invita a un descanso profundo. La ropa de cama sigue los tonos de las paredes y armarios.

Es cierto que para trabajar o estudiar, lo mejor es hacerlo en un lugar en el que podamos concentrarnos y que esté lo más despejado posible. Pero también es verdad que cuánto más bonito es el sitio, más acogedores nos sentimos. Así, este espacio de trabajo ha quedado de diez. Con mucha luz en el escritorio y una decoración nada aparatosa, que da frescura y color, se convierte en el lugar perfecto para dar rienda suelta a las tareas.

El color mostaza invade el dormitorio de las pequeñas de la casa. Utilizando la tendencia del half painted (o lo que es lo mismo, pintar la pared por la mitad como si se tratara de un arrimadero), se ha buscado dar con un dormitorio que genere un "microclima" adaptado a las niñas. De hecho, los muebles están a una baja escala para adaptarse a su estatura y que sea mucho más accesible y seguro para ellas.

Y por supuesto no podía faltar un espacio para que puedan jugar libremente. Digno de escaparate, esta zona adquiere un lenguaje dulce y fantasioso. El cubreradiador es, sin duda, la pieza clave de toda la habitación (porque también se ha utilizado para darle otros usos como baúl, nicho y balda auxiliar). ¡Enamora!