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Dulces y saladas
Actualizado a 08 de noviembre de 2023, 16:21
Déjate sorprender por estas recetas con queso Philadephia. ¡Están para chuparse los dedos!
Hoy en día es rara la receta que no incluye queso Philadelphia entre sus ingredientes, ya sea como protagonista o como complemento de muchas recetas fáciles y rápidas que te sacan del apuro cuando no sabes qué hacer de comer. El también conocido como queso de untar o queso crema es un queso fresco de color blanco, sabor suave y algo ácido que aporta sin avasallar, de ahí que combine con prácticamente todos los alimentos.
El queso Philadelphia pertenece a los llamados quesos blandos, es decir, no requiere maduración y está pensado para ser consumido fresco. No tiene corteza y es denso, pero a la vez presenta una textura que se deshace fácilmente al degustarlo.
Sus propiedades y beneficios son muy variados. Este tipo de queso cuenta con un elevado aporte de grasas, aunque puede variar entre unas marcas y otras. Si lo consumes de forma moderada no hay de qué preocuparse.
Lawrence, el fabricante de productos lácteos de Nueva York que descubrió el queso de untar, lo hizo al aumentar el contenido de crema en la receta original utilizada hasta entonces en su fábrica. Es esta consistencia la que hace que el queso Philadelphia sea ideal para dar cuerpo, cremosidad y textura a pasteles de queso, bizcochos o tartas. Pero también es perfecto para dar un toque a la pasta, la quiche o distintos rellenos.
Salvo en recetas de repostería que requieran horneado, por lo general no suele cocerse ni calentarse. Lo habitual es servirlo fresco dentro de todo tipo de alimentos como salmón ahumado, pimiento o berenjena. También está muy rico con hierbas frescas como cebollino, miel o mermelada.
Al pertenecer al grupo de quesos frescos, el queso Philadelphia es un producto que siempre debe estar en el frigorífico, así que procura no romper la cadena de frío cuando vayas a comprarlo. Su presentación más habitual es en tarrina; de hecho, lo ideal es que no lo saques de ella y lo vayas cogiendo de allí según lo necesites.
Por otro lado, si alguna vez te has preguntado si se puede o no congelar el queso Philadelphia, te diremos que no es lo más recomendable, ya que al descongelarse pierden consistencia.
El queso Philadelphia cuenta con el hándicap de que una vez abierto deberás consumirlo en poco tiempo. Por lo general este plazo suele ser inferior a diez días, pero saldrás de dudas consultando la etiqueta del producto. En cualquier caso, si lo notas viscoso, arenoso o cristalizado es mejor que lo retires porque son señales de que se ha estropeado.
Seguro que en este momento se te ocurren un montón de recetas con queso Philadelphia, bien porque las hagas a menudo, porque hayas oído hablar de ellas o porque las hayas degustado en alguna ocasión. Los rollitos de salmón, una crema para dipear y una tarta riquísima son algunas de las propuestas que te traemos a continuación.
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