¿Cortinas o estores? Respondemos las 6 preguntas más típicas de una casa elegante

La mejor manera de integrar cortinas y estores con la decoración del salón es coordinar sus telas con la de las piezas tapizadas principales que, en este caso, son los sofás. Lo ideal es que ambos elementos sean de tonos claros y neutros para potenciar la luz y la sensación de espacio. Si tienes cortinas dobles puedes jugar con un tono liso y más neutro (como el del sofá) para la primera capa y una tela más cálida para las caídas exteriores. Podría ser un color topo, a juego con los cojines. Si tienes cortina y estor, usa la misma combinación. 

Si es así, apuesta por estores. Logran que sus telas cedan el protagonismo a la luz y se integren sin estridencias con el resto de la decoración. Los paqueto son los más estilosos. La elección de la tela tiene muchísima importancia para poder disfrutar de su caída dibujando las clásicas ondas vaporosas. La transparencia también: son la alternativa actualizada a los clásicos visillos. Con el lino aciertas seguro, aunque puede incluir otro tejido en la mezcla para que no se encoja en el lavado.

Elige tonos cálidos para tus cortinas (beige, topo...) y añádeles calidez con tejidos con presencia, como arpillera, chenilla... ideales en invierno. El lino es perfecto todo el año. Las cortinas aportan mucho estilo y mil recursos. Puedes elegir diferentes tipos de barras, sistemas de sujeción y frunces, que las hacen únicas y muy cálidas. Si optas por estores, los de lino y de fibras crean ambientes acogedores.

Pon dos cortinas, dos estores o combínalos y acertarás. Tendrás más estilo y te permitirá jugar con diferentes estampados, tonos y transparencias.

Si tu ventana tiene cuarterones, una forma diferente (por ejemplo, en arco o es redonda), o está pintada de un color especial, haz que destaque, no la tapes. Pon la barra claramente por encima del marco y haz que las caídas de las cortinas no la cubran. ¡Deja que tu ventana luzca!

Además, si la ventana es bonita, la barra debe ser imperceptible. Puede colgar desde el techo con los rieles escondidos tras las molduras o un falso techo. ¿Prefieres estores? Los tipo paqueto son los que más visten las ventanas, por sus clásicos pliegues. Un consejo: elige una tela translúcida y con caída, como el lino.

¿Tienes vistas? Si quieres disfrutar del paisaje manteniendo la privacidad, existen screens de doble vista o bicolores. 

Para permitir el paso de la luz, opta por caídas ligeras, que no resten mucho espacio junto a las ventanas. Un truco para ‘ampliar’ las ventanas es que la barra sea más ancha que estas y sobresalga por los lados. Al poner las cortinas por fuera de las ventanas, estas parecerán más grandes.

Por otro lado, pon la tela del mismo color que las paredes: la unidad da sensación de espacio. En un piso pequeño, tanto si optas por caídas como estores, elige telas lisas. Ten en cuenta que los estampados, por pequeños que sean, generan ruido visual. Además, lo ideal es que si tienes visillos sean en un tono muy clarito y luminoso, reservando los más cálidos y de tonos más subidos para las cortinas. Usa blanco, beige, crema, topo, gris claro... en tejidos que tamicen la luz.

Estos espacios exigen un extra de practicidad: son pequeños, reciben poca luz y requieren una limpieza más fácil, frecuente y exigente. Los estores enrollables tipo screen son los más prácticos en estos casos: no les afecta la humedad, ocupan el mínimo espacio y son muy fáciles de limpiar.

Los estores de lamas (o venecianos) ocupan poco y permiten regular la luz y la intimidad. No solo subiendo y bajando el estor, sino con los diferentes grados de apertura de las lamas. Aunque los de madera son más cálidos, los de lamas de PVC o aluminio son más prácticos. Si prefieres un estor, elige uno para cocina que mezcle lino y poliéster, así podrás meterlo en la lavadora y no tendrás que plancharlo. Para el día a día, puedes usar el aspirador o limpiar con un paño húmedo o toallitas.