Antes y después: 10 muebles restaurados que enamoran a primera vista
Una cómoda olvidada, un aparador que pedía a gritos una segunda oportunidad... La artista Aida Olivera reinventó estos muebles con grandes dosis de cariño y creatividad
Sabemos que los muebles recuperados o restaurados te gustan tanto como a nosotros, y por ello, hoy te traemos un nuevo tema repleto de impresionantes ''antes y después''. Su creadora es Aida Olivera, una joven artista con todas las letras que ha logrado transmitirnos su pasión por el reciclaje y la pintura. ¡Alucina con sus diseños!
(*Si tú también tienes un taller de restauración y quieres enseñarnos tu trabajo, al final del artículo te contamos cómo contactar con nosotras)
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Aida Olivera
1. Antes: Un aparador recogido de la calle
Este antiguo aparador de madera de estilo francés fue el primer proyecto de reciclaje de muebles de Aida, cuando ni siquiera se imaginaba dedicándose a ello de forma profesional. Lo rescató de la calle, ya que algún vecino lo había dejado al lado del contenedor. ¿Quieres saber cómo lo restauró? ¡Mira la siguiente foto!
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Después: Un aparador con todo el encanto del rojo
Tenía una pata suelta, xilófagos, las molduras de las puertas y cajones estaban rotas y/o despegadas, y había que cambiar el panel trasero y el tablero superior (el aparador debió formar parte de un mueble más grande y compuesto, con una vitrina encima), ya que estaban bastante machacados.
Lo primero fue desinsectar la madera con un tratamiento para xilófagos y rellenar los agujeros, sustituir el panel y el tablero, y afianzar patas y molduras. Después, removedor y lija para lavar la madera, pintura rojo teja para todo el mueble (dejando las molduras en el tono natural de la madera para resaltar), protector y nuevos tiradores.
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2. Antes: Una alacena vintage con mucho potencial
Esta antigua alacena fue encontrada por el padre de Aida. Se trataba de un mueble que habían retirado de un colegio e iba directo a la basura.
En un primer momento, Aida solo retocó lo justo para que estuviera presentable: le dio una nueva mano de pintura verde y cambió el papel pintado. Pero ahora... ¡vas a enamorarte del nuevo diseño! ¿Te imaginas cómo será?
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Después: Una alacena fresca y luminosa
Casi dos años después de aquella primera intervención, y aprovechando el confinamiento, Aida encontró el tiempo que necesitaba para intervenir la alacena más en profundidad y dejarla en sintonía con el resto de la cocina.
Comenzó lavando la madera de algunas molduras y los entrepaños de las puertas para dejarla al natural, lijó y pintó de blanco envejecido el cuerpo del armario. Después, cambió el papel pintado por uno más armónico con el conjunto y, aunque no se había planteado quitar las cristaleras de la parte superior, cuando vio cómo quedaba sin ellas no tuvo duda alguna. ¿El resultado? Una alacena fresca y luminosa con espíritu retro.
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3. Antes: Una trona de bebé olvidada en el trastero
Cuando Aida encontró esta antigua trona de madera para bebés en su trastero, no pudo resistirse a la idea de darle su toque personal. ¡Te va a encantar!
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Después: Una trona muy dulce pintada en verde empolvado
El primer paso fue tratar la carcoma, aparte de llevar a cabo una limpieza en profundidad del asiento (que estaba en perfectas condiciones). Lo siguiente fue lavar la madera para sacar su tono natural, pintar las patas laterales y la bandeja en un precioso verde empolvado, y darle un toque muy especial que te enseñaremos a continuación...
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Después: Un respaldo personalizado
El último paso, y también el más especial, fue decorar el respaldo con el nombre de la pequeña Martina y unos dibujos infantiles con simpáticas piñas. ¡Qué monada!
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4. Antes: Una silla de comedor sin ningún atractivo
Esta silla fue un encargo que formaba parte de un proyecto de salón-comedor en el que Aida intervino en varios muebles. Ya había reciclado una mesa redonda de comedor en tonos madera con blancos y verdes, así que le pidieron dos sillas distintas que hicieran juego con la mesa. ¿La solución? Comprar dos sillas de segunda mano para personalizarlas a su gusto. A pesar de que se encontraban en buen estado, había que afianzar los reposabrazos. ¡Lo único que está claro es que el esfuerzo mereció la pena!
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Después: Una silla que desprende naturalidad
La primera de las dos sillas se pintó en blanco con efecto envejecido, y el asiento se tapizó con tela de saco en color marrón. Para darle un toque más personalizado, Aida dejó los reposabrazos y la parte superior del respaldo con la madera al natural, pintando un coqueto triángulo flanqueado por dos finas líneas en este último.
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Después: Una silla tan sencilla como resultona
En la segunda silla, Aida lavó la madera para dejar el asiento en su tono natural junto con el respaldo y los reposabrazos, pintó el resto en verde empolvado y lijó para simular un efecto decapado muy sutil. El toque final lo puso la tachuela en el cruce de la equis del respaldo. ¡Nos encanta el espíritu nórdico que respira!
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5. Antes: Una antigua puerta de madera que nadie quería
En esta transformación no tenemos fotos del estado original, pero viendo el estilo de la puerta, ¡podemos imaginar cómo estaba! Aida se la encontró tirada en un contenedor, y decidió convertirla en una mesa de centro que no tiene rival.
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Después: Una mesa de centro espectacular
Comenzó cortando la puerta, ya que medía 2,5 metros. Después, tuvo que remover varias capas de pintura y buscar el tono azul plomizo que quería mezclando pintura a la tiza azul y gris. Por último, oscureció los marcos con tinte para mantener sus vetas y destacar su forma de puerta, protegió y encargó unas patas de acerocon forma de horquilla.
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6. Antes: Una vitrina de madera de estilo colonial estándar
Esta vitrina de madera de estilo colonial también formó parte del proyecto de salón-comedor que antes mencionamos, y fue adquirida por Aida de segunda mano.
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Después: Una vitrina que rezuma alegría y estilo propio
Lijó y desenceró hasta sacar ese tono oscuro. Después, empapeló el interior de los cajones y el fondo con un papel con un diseño geométrico discreto, con el objetivo de dar luz al mueble y hacerlo menos ''pesado''. Por último, limpió los tiradores y pintó los frentes de los cajones a juego con el papel. ¿Verdad que quedó superbonita?
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7. Antes: Un antiguo biombo de finales de los 50
Este biombo de finales de los 50, principios de los 60, fue comprado por Aida a una familia que estaba vaciando el piso de sus abuelos, unos abuelos con mucho gusto, por cierto. De hecho, ¡al final casi se lleva media casa!
A pesar de que estaba en buenas condiciones y solo contaba con algunas marcas en la madera por el paso del tiempo, así como las patas un poco sueltas, el reverso resultaba demasiado sobrio. ¡No podrás creer que se trate del mismo biombo!
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Después: Un modernísimo biombo ideal para millennials
Aida se puso manos a la obra y limpió la polipiel, encoló bien las patas, retiró el barniz antiguo, y pintó la cara de madera con un diseño que juega con los tres paneles, dando sensación de movimiento. ¡Perfecto para la habitación de un millennial!
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8. Antes: Una cómoda de madera aburrida y oscura
Aida encontró esta cómoda abandonada en el trastero de los antiguos inquilinos del piso donde vivía. Era un mueble aburrido y muy oscuro, y pensó que se merecía otra oportunidad. Dicho y hecho, ¡sorpréndete con el cambio!
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Después: Una divertida cómoda de aires vintage
Después de limpiarla en profundidad y tratar la carcoma, tuvo que cambiar el fondo de los cajones, ya que estaban abombados de la humedad. Continuó lavando la madera, y para el diseño se inspiró en unos bonitos patrones geométricos art déco, pintados con chalk paint en tonos pastel. ¿El paso final? Unos tiradores a juego en dorado envejecido.
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9. Antes: Un espejo de pie hecho polvo
Es posible que el anterior dueño de este espejo rescatado de la calle pensara que ya no le cabían más capas de pintura en el marco: debajo de la roja había una verde, y debajo de la verde una azul, y debajo, por fin, la madera.
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Después: Un fabuloso espejo de estilo boho
A Aida le pareció tan bonito su tono natural que no quiso apenas pintarlo: solo unos toques de pincel inspirados en diseños tribales y un barniz incoloro mate.
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10. Antes: Una mesilla de noche que no dice nada
Esta mesilla de noche realmente no fue reciclada ni restaurada. Se trata de una pieza de madera de pino natural que Aida compró con la idea de personalizarla para su estudio.
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Después: Una mesilla de noche muy juvenil
Lo único que tuvo que hacer fue oscurecer la madera, y pintar el frente de cajón con un dibujo geométrico en los mismos tonos amarillos y naranjas de la decoración a la que iba a acompañar. ¡Un diseño juvenil estupendo mente creativas como la suya!
Aida Olivera practica el reciclaje creativo en su taller de Barcelona, ¡síguela en Instagram para estar al día de todos sus proyectos!
*Si te dedicas a la restauración profesional y quieres que enseñemos tu trabajo, escríbenos a info@elmueble.com. Intentaremos publicar los que consideremos más interesantes para nuestras lectoras. ¡Gracias!