5 colores que combinan bien con amarillo

Es una combinación que crea espacios tremendamente naturales. Ayuda si el verde aparece en plantas o en dibujos de estilo botánico como los de este papel de Cole & Son. 

Y textiles a juego, como esta alfombra que aporta más luz al dormitorio infantil. Es una combinación genial para el dormitorio de un niño que se aleje de los clásicos tonos pastel. Los colores vivos, y además los dibujos, estimularán su imaginación y su creatividad.

Si todas las sillas hubiesen sido verdes, el aire de esta cocina sería distinto. El amarillo le aporta ese toque de luz y desenfado que necesitaba para no quedar demasiado apagada.

Un espacio donde el gris domine es sereno, relajado... pero también corre el riesgo de quedar algo triste. Pero si le añades amarillo en piezas contundentes como el sofá o las cortinas, cambia radicalmente. 

El gris le da calma y sobriedad y los toques de amarillo, el punto de alegría justo. Resulta un papel pintado ideal para cualquier espacio: desde un recibidor hasta un dormitorio. Eso sí, quedará mejor siempre y cuando las carpinterías sean blancas como su fondo. 

¡Mira qué combinación de botes más estupenda! Añadir amarillo a tu cocina es darle vida y la luz que, a menudo, le falta a este espacio. Sea en detalles o incluso en los azulejos, el amarillo queda genial. 

Sutil pero acertado. Aquí el color no ocupa grandes superficies. Solo son discretos toques en la pared. Ideal si te gusta el amarillo y el azul pero no te atreves a apostar por ellos en mobiliario o en textiles. 

A este salón le viene de miedo los toques amarillos en los textiles. El color azul de las paredes es muy intenso y se corría el riesgo de oscurecer demasiado la estancia. El amarillo consigue equilibrar la sensación y el conjunto queda de 10. 

Son las lámparas Bell que cuelgan sobre la península de la cocina. El amarillo mostaza aporta luz y calidez al azul dominante. 

¡Qué estilazo y cuánta personalidad! Una pieza de mobiliario en amarillo nos habla de una casa atrevida y desenfadada. Por sí sola define el carácter de toda la estancia. Deja que reine y respire acompañándola de paredes blancas. El lienzo perfecto. 

Pues sí. Si te gusta el amarillo para tu ropa de cama, combínalo con blanco. Dos colores luminosos que se potencian el uno al otro. Además, el amarillo consigue añadir un toque de calidez que se agradece para sentirse abrigado. Lámpara aplique y butaca, de Ikea.

Verde intenso, tierra, macetas de color terracota... Los jardines interiores dan vida pero son "focos" de colores oscuros. Apórtales luz con maceteros como estos de Kenay Home. Realizados en algodón amarillo y blanco, regalan luz a raudales. Precio: 5 €.

Contrastan y se ayudan el uno al otro. El amarillo le da al negro luz y calidez, y el negro le da prestancia al amarillo. ¿Resultado? Espacios con mucha fuerza y muy, muy personales.

Si te gusta el glamour, vestir la mesa con piezas en amarillo y negro es una opción para ti. Esta combinación consigue darle un aire chic, diferente y vistoso a tus comidas. Para quienes busquen sorprender saliéndose de la norma establecida.

¿Quieres darle fuerza y luz? Aquí tienes una fórmula económica y muy efectiva: cojines que combinen el amarillo y el negro. Teniendo el blanco como bisagra, reducen su fuerza y encajan mejor con el resto de la decoración. Funda de algodón Mosaikblad, de Ikea. Precio: 5 €.