Un chalet muy especial

Una casa elegante (y actual) para una familia joven con muchos sueños por cumplir

Son jóvenes, simpáticos, tienen dos niñas preciosas y se han instalado en su casa nueva con muuuchas ganas. Dicen que buscan tranquilidad. Shhhh...

Carolina González Miranda

Periodista especializada en decoración. Directora adjunta de El Mueble

Actualizado a 22 de noviembre de 2022, 16:19

Berta y su marido son unos padres jóvenes. Estaban encantados de estrenar casa, y ¡además con jardín! Aquí se cumplían muchos sueños, pero había una máxima que tenían clara: ¡querían comodidad! Con dos hijas pequeñas, apostaron por ambientes diáfanos donde poder, por un lado, estar juntos haciendo cada uno diferentes cosas, por otro poder tener a las peques 'controladas' con un solo vistazo, la prioridad de todo padre en estas edades tempranas.

“La casa es un chalet, pero recogidito, muy actual, no es el clásico chalet compartimentado. De hecho, cuando abres la puerta lo ves todo, comedor-cocina-salón, y eso nos venía muy bien para hacer vida en familia”, nos comenta Berta. La pareja recurrió Asun Antó, de Coton et Bois, para echarles una mano con la decoración. “Me gusta mucho el estilo provenzal, y vi lo que hacían Asun y Anna Ortiz, y me animé a dejarme asesorar por ellas. Creo que este estilo da mucha paz interior, tranquilidad”. Porque, con una mano en el corazón, padres y madres de niños pequeños, ¿no es eso justamente lo que todos necesitamos?

Una casa en Vilassar decorada por Asun Antó, de Coton et Bois

Vemos que la vivienda tiene maderas, toques rústicos y un bonito jardín. “Sin ser una casa de campo total, me da un punto provenzal, ¡y sin salir de la ciudad!”. ¿Y los colores? “Los quería suaves, ¡soy muy básica!”, se ríe Berta, “así que elegí la misma gama para toda la casa, con un gris suave... Me gustan las casas con continuidad, con armonía entre una estancia y otra, no cada una con una decoración diferente”.

Su cocina es un gran espacio abierto, blanca, muy blanca, atemporal y ¡luminosa! que se integra con el salón gracias al suelo, una tarima de madera cómoda y fácil de limpiar. En la isla central las niñas pueden acompañar a los papás mientras cocinan, puede dibujar, y hasta ¡hacer sus primeros pinitos cocineros!

¿Subimos? Arriba, nos encontramos con la misma idea: espacios abiertos, por favor. Así vemos mejor a las niñas, ¡y hasta recogemos mejor los juguetes! Incluso el cuarto de baño está abierto, “sólo hay una pared para tapar el inodoro. Tenemos una cristalera y una cortina de lamas, ¡así queda más ligero!”, apunta Berta. El cabecero de su cama lo quiso muy sencillo, “con los mismos tonos de la casa, ya sabes que gusta que esté todo igual”.

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