Las fachadas de estas casas rústicas El Mueble nos tienen enamoradas

Está en medio del Pirineo y parece casi una postal sacada de Heidi. Es de madera y ha sido restaurada por Lara Vallès, de Space Stage.

Estaba deteriorada y era oscura. Tardaron 3 años en acondicionarla. Para actualizar la entrada, pusieron apliques de estilo industrial, un contraste genial con las lamas de madera. Por algo bautizamos esta casa como La casa de madera más bonita del mundo.

Esta casa cántabra vive una segunda juventud gracias a una profunda reforma que la ha llenado de luz y encanto respetando sus elementos originales. Su inspiración para el exterior ha sido el estilo de las casas provenzales. Por eso todas las fachadas están hechas con revoco al natural, de arenas y pigmentos como las provenzales, y las carpinterías y maderas están pintadas de un tono de la Provenza. Sus vistas a los Picos de Europa no tienen precio. 

El blanco tiñe la fachada de esta casa de campo menorquina a la que se accede por un bucólico camino de piedra. Está inspirada en las típicas construcciones de campo menorquinas, con sus paredes encaladas, sus muros gruesos y sus contraventanas tan características de la isla. El blanco queda contrastado con el color intenso de la buganvilla que la llena de vida y anuncia la llegada del verano. 

Tiene cinco siglos y la piedra de su fachada no puede sino transmitirnos todo el encanto de las casas rústicas. El equipo de Lizarriturry Tuneu son los responsables de la reforma y también proyectaron el jardín con especies autóctonas y recuperando los árboles originales de la parcela. La gran piscina, con buscado aire de alberca, se integra a la perfección en el paisaje. Es una de nuestras casas favoritas.

Si algo destaca de esta casa de pueblo es la pulcritud de sus formas: tonos claros en la fachada que contrastan sutilmente con los portones en color gris. La iluminación y el arreglo vegetal junto a la puerta le dan una atmósfera de lo más navideña.

Los estilos minimalista y payés se dan la mano en una casita familiar que esconde en plena Barcelona. Su decoración tiene truco, es el paraíso escondido la interiortista Marta Tobella, propietaria de la tienda sacum. Se trata de una casa construida en 1830 que permanecía ajena al paso del tiempo hasta que Marta la descubrió. Su exterior tiene un aire entre marroquí, mediterráneo y de pueblo con suelo de barro, carpinterías de madera de castaño y una piscina que parece una alberca. 

Una casa rústica por los cuatro costados. La entrada, construida con piedras de tamaño medio y recias bigas de madera retrata el estilo campestre a la perfección. 

Aquí se aprecia la fachada de piedra y, a la derecha, la ampliación que se ha hecho de la casa.

Casa ideal construida sobre un antiguo pajar. La fachada de esta casa, cubierta de listones de madera, mezcla el aire rústico con instalaciones contemporáneas en la carpintería gris de ventanas y puertas. 

Estaba muy estropeada y tras una profunda reforma, ahora es la casa ideal de una pareja que se acaba de jubilar. ¿Uno de sus elementos que nos ha enamorado? Los arcos, dan un aire inigualable a su salón. ¿Quieres verlo?

Si algo recordarás de esta casa rústica de Vivers de Can Juanito (Mallorca) es la luz que conforma la mezcla del sol mediterráneo, los reflejos de la buganvilla y la fachada de piedra vista en tonos ocres.  

Esta casa de montaña combina la piedra de su fachada con tonos naturales con la apertura de grandes ventanales. La madera, la piedra y la pizarra son los elementos protagonismas. 

Todo lo que inspira la montaña en una imagen. El muro exterior de piedra vista, la barandilla de madera y una chimenea en el salón que invita a relajarse lejos del mundanal ruido.

Esta antigua masía ha sido reformada conservando la vista alrededor de puertas y ventanas. También respeta el entorno rural la enredadera que cubre parte de la fachada y las butacas en fibra de mimbre.

La madera es la protagonista de esta casita típica de montaña. Está presente tanto en la puerta de la entrada y como en el balcón del primer piso y aportan una dosis extra de personalidad a la vivienda.

La casa ideal para pasar el fin de semana. La fachada de piedra con portones de madera y ese porche que invita a sentarse y relajarse si las temperaturas acompañan. 

Por dentro, esta casa es una cabaña de madera nórdica que recuerda los orígenes holandeses del propietario. Por fuera, se ha levantado con piedra del Pirineo. 

También puedes ver la casa completa

Esta fachada mezcla tradición y modernidad. Un imponente ventanal llena el salón de luz natural y vistas. Su fachada y escalera abierta de piedra conservan el encanto de la montaña.

Esta antigua granja del siglo XVII ha sido reformada sin perder su muro exterior de piedra vista. Ahora es un alojamiento rural, rodeada de un jardín cubierto de césped que ensalza su protagonismo.

Esta entrada con las puertas de color azul, rodeada de una buganvilla y un reloj sobre la puerta invita a entrar y a quedarte en su cálida atmósfera.