A falta de metros, derroche de ingenio: 5 mini casas con ideas para copiar

¿Imaginas un piso de 50 m² con 3 habitaciones? Así era este piso antes de que la decoradora Pia Capdevila le diera, literalmente, la vuelta. "Los propietarios son una pareja joven, sin hijos y querían un espacio de día abierto y cómodo y una habitación amplia". Así que tiraron tabiques y no solo se hizo la luz, sino que ganaron amplitud. Minicasa, pero con maxi ideas. 

Desde la cocina hasta el salón no hay un tabique que separe el espacio o impida que la luz circule de lado a lado del piso. Para ello, tiraron tabiques y dieron prioridad a la cocina como punto central de la distribución. A su lado, hicieron este coqueto comedor. Dos baldas XL recorren de punta a punta el salón comedor, integrando visualmente ambos espacios en uno. 

En esta cocina, organizada en "U", no se ha dado ni un cm por perdido. ¿El pasillo de acceso al recibidor? Se ha aprovechado con una pared de armarios que integra la nevera, el almacenaje de limpieza, la lavadora y la caldera. Y el comedor se equipó con un banco, que permite acoger a más comensales, y con espacio interior para guardar. ¡No te pierdas el resto de soluciones!

Uno de los tesoros de esta casa mini es su patio que, con 80 m², da muchísimo juego. Sobre todo durante los meses de verano, cuando la vida de esta familia se traslada al exterior. Pero para poder sacarle partido, la decoradora Gabriela Conde, con la ayuda de la arquitecta técnico Blanca Figueras y la constructora Terramar, tuvieron que vaciar toda la tierra para nivelarlo y dejarlo como está, porque antes había tres peldaños que se comían todo el espacio y lo hacían impracticable. 

A minicasa, salón mini. Esta regla se cumple a rajatabla en este caso porque Blanca, la propietaria, prefirió darle más metros a la cocina, y los espacios se invirtieron. Pero Gabriela supo optimizar al máximo el espacio con soluciones muy resultonas. Por un lado, cerró el salón con una cerramiento tipo invernadero, que le da mucho encanto y mucha luz. Y ubicó los sofás en cada extremo del salón, dejando la parte central libre. Además, los sofás se transforman en cama. 

La cocina es la estancia más grande de toda esta casa mini, porque Blanca tenía clarísimo que quería hacer mucha vida aquí. De hecho, en la cocina comen, las niñas estudian y ella trabaja. Gabriela quiso darle ese look de cabañita, por lo que optó por muebles de madera en acabado raw, una gran pila de mármol y una grifería retro. No te pierdas el resto de la casa con sus soluciones magistrales para multiplicar los metros. 

La decoradora Marta Prats hizo malabarismos para exprimir al máximo los metros de este piso de poco más de 60 m². Para el salón, prescindió de un gran sofá, y en cambio aprovechó toda la pared con un mueble a medida que hace las veces de librería y armario. 

¿Cómo? Marta optó por un comedor básico –con la mesa y las sillas– y reservó así más espacio para el despacho, que lo destinó la pared del fondo, con una mesa XL con un sobre volado y una librería cerrada a modo de armario de lo más original. "La clave son las puertas, que son recuperadas de Mercantic. Y, para darle ese punto vintage, recuperamos también los herrajes", recuerda Marta. 

El salón disfruta de unas vistas preciosas a las copas de los árboles, pero la cocina quedaba cerrada. Así que Marta decidió abrirla, no solo a las vistas, sino a la luz. "Ideamos una vidriera fija con cuarterones que comunica con el salón comedor y otra corredera que da a la entrada de la casa". Ahora la cocina ha multiplicado su claridad. ¿Quieres ver el resto de espacios de la casa?

Este piso iba sobrado de luz natural, porque está en chaflán con vistas despejadas, pero le faltaban metros. La arquitecta Ana Escribano Fernández, responsable de la reforma, empezó por anexionar el balcón, lo que sumó metros reales al salón. Y, como había las columnas estructuras del edificio, las transformó en estanterías con mucho estilo, accesibles desde el estar y de la zona de lectura. 

Aunque el piso es pequeño, es super resultón. Y la decoración tiene mucho que decir al respeto. Ana supo combinar piezas actuales de estilo mid-century, muy de moda, con otras recuperadas, como la cómoda del salón. 

En la línea del resto del piso, el dormitorio se decoró con pocas piezas pero muy escogidas, como el cabecero de terciopelo en capitoné de un azul petróleo, cuyo color ha contagiado al resto de elementos de la estancia, como el puff, los apliques o incluso las mesillas.

¿Pequeño? No, ¡mini! Y aún así práctico y de lo más coqueto. Para aprovechar al máximo los escasos 33 m² de este piso, se prescindió de una de las dos habitaciones y se apostó por el blanco, que tiene la genial virtud de agrandar espacios y dar sensación de limpieza. Para dar intimidad al dormitorio, se abrieron aperturas en el muro que lo separa del salón, que dejan pasar la luz, mientras el paso se dejó abierto. 

Con una mesa plegable, que cuando no se usa se puede guardar fácilmente, el comedor ocupa lo mínimo. Además, se ha aprovechado el mueble del salón como banco, lo que permite sumar plazas de asiento sin ocupar más espacio. 

El dormitorio es tan sencillo como funcional. El toque más especial lo da el techo abuhardillado, que da un aire de cabañita, y las vigas de madera, que son las originales de esta casa mini. "Aparecieron con la reforma del piso, y las dejamos en su tono de madera, más acogedoras, sin esconder su historia, sino mostrarla", explican Fayette y Margarita, de Equipo Nimú y responsables de la reforma.