De la misma manera que guardas la ropa en un armario (incluso la ropa de casa), también debes guardar la ropa sucia en algún lugar.
- Elige un pequeño rincón en el cuarto de baño, en el dormitorio o incluso en el cuartito de la lavandería junto a la lavadora y coloca un cesto para la ropa sucia. Ya has visto que existen cestas de todos los tamaños (incluso plegables) y estilos.
- Acostúmbrate a separar la ropa que necesita un repaso de plancha, la que puedes doblar y guardar en el armario y la que después de usarla debe ir directa a la lavadora. Pero no las tengas mezcladas y apiladas (y mucho menos dejadas) en cualquier rincón.
- Aprovecha esta nueva rutina para incorporar otra parecida: cada vez que organices la maleta o la bolsa para ir al gimnasio, usa fundas para organizar la ropa. Todo te quedará más ordenado y aseado. Vamos, que si lo viera Marie Kondo estaría superorgullosa. Y tu madre, también.
Cuando compras a través de nuestros enlaces podemos ganar una comisión. Más información.