Cómo limpiar una olla quemada fácilmente y sin dañarla
Porque cuando la comida se pega o el fondo está ennegrecido hay que echar mano de consejos profesionales para dejar la olla, sartén o cacerola relucientes. ¡Es posible!
Periodista especializada en decoración e interiorista
Actualizado a 25 de mayo de 2023, 12:10
Oh, oh, huele a quemado… y si huele sabes que ya no hay vuelta a atrás. Tocará limpiar la olla para quitar el fondo quemado. Quizá logres salvar la comida, pero de frotar, nadie te libra. O sí, porque después de leer este artículo comprobarás que se trata de poner en práctica la artillería de los remedios y trucos de limpieza para la cocinay así poder retirar la capa quemada sin esfuerzo. Así la cacerola, olla o sartén estarán listas para el siguiente asalto. ¡Toma nota!
Para limpiar una olla quemada, el estropajo metálico siempre es una opción, pero solo puedes usarlo en ollas, cacerolas o sartenes que no tengan recubrimiento antiadherente, porque sino se echará a perder. Cuando detectes que se ha quemado el fondo del recipiente, añade agua caliente, un chorro de detergente lavavajillas y deja actuar unos minutos para que la capa se ablande (puedes ponerlo al fuego). Luego podrás pasar el estropajo.
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Cocina con fregadero y manzanas.
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Una esponja suave para el teflón
Cada olla necesita el suyo. Es importante que tengas en cuenta que el estropajo se usa en ollas de acero inoxidable, hierro, cobre, barro o aluminio. Para el teflón o la cerámica (antiadherentes) deberás usar una esponja suave o un estropajo azul y, si tienes que rascar, siempre hazlo suavemente con un utensilio de teflón, plástico o madera.
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Limpiando una olla con bicarbonato.
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Usa bicarbonato para limpiar tus ollas
El bicarbonato sódico es un potente limpiador. Necesitarás una cucharada sopera de bicarbonato sódico por cada litro y medio de agua. Pon a calentar agua en la olla a fuego medio, espera a que hierva, añade el bicarbonato, remueve para que se disuelva, deja que siga hirviendo unos minutos más, retira del fuego y rasca con una espátula de madera. Cuando esté todo despegado, vacía la olla, deja enfriar y friega como habitualmente.
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Vinagre y aceites aromáticos.
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Limpia tu olla quemada con vinagre
Cubre el fondo de la olla quemada con vinagre blanco y calienta hasta que rompa a hervir (también sirve mezclar una taza de agua y otra de vinagre). Después déjalo al fuego unos minutos hasta que se consuma. Enfría y limpia el fondo. Verás cómo sale la capa negra sin problema.
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Olla con sal.
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La sal también es muy efectiva
Retira del interior toda la suciedad que puedas y luego vierte en la olla dos o tres dedos de agua con dos cucharadas de sal. Deja reposar media hora y luego frota. Si ves que no está lo suficientemente blanca la capa ennegrecida, pon la cacerola en el fuego con el agua con sal y deja que hierva. Cuando se enfríe, frota.
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Cocina con azulejos blancos y pavimento de mosaico hidráulico de Martorellas y mobiliario de IKEA.
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Un refresco de cola… ¡para limpiar ollas!
Tienes que probarlo. Abre una lata de refresco de cola y añádela a la olla quemada. Lleva el líquido a ebullición a fuego lento y luego rasca. Al ser un producto ácido saldrá la zona ennegrecida y pegada con facilidad.
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Cocina con limones cortados sobre tabla de madera y menta.
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El limón, tu recurso final
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Cómo limpiar sartenes quemadas por debajo.
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Cómo limpiar sartenes quemadas por debajo.
Si lo que se te ha quemado es una sartén por debajo, con este truco de Pia Organiza conseguirás recuperarla. ¡Y también vale para el exterior de las cazuelas!
Recuerda que para alargar la vida de tus cacerolas, ollas y sartenes debes tener en cuenta las recomendaciones del fabricante en cuanto a poder lavarlas en el lavavajillas. Además, siempre es recomendable no dejar secar al aire estas piezas de cocina, sino secarlas con un paño suave (si quieres más trucos, ¡no te pierdas la guía de limpieza de El Mueble!).
Y, por supuesto, las más delicadas son aquellas cuyo interior está recubierto y esa "capa" de recubrimiento se puede dañar con productos abrasivos o arañar al usar utensilios inadecuados. Las de acero inoxidable no llevan recubrimiento antiadherente, las de barro tampoco ni las de cobre, pero estas últimas sí tienen capas protectoras. Debes prestar atención de nuevo a las indicaciones del fabricante.