Salones pequeños: 85 fotos que demuestran que el espacio no está reñido con el estilo (con vídeo)

La influencer @Eliandeli_, la interiorista Pia Capdevila y Ana y Fran, una pareja de arquitectos, nos abren las puertas de sus mini salones para demostrarnos que ¡el tamaño no importa! 

En un salón pequeño, todo espacio es un tesoro. Y en este abierto se ha utilizado el retranqueo de la pared para hacer una estantería a medida que, además, ayuda a aumentar la sensación de espacio. En la parte inferior oculta los radiadores y la trasera se ha revestido con un papel pintado que imita la trama de un cesto. 

Porque aunque pequeño, este salón es matón. ¡No le falta de nada! Desde la comodidad de un gran sofá, una alfombra mullida y una butaca extra. Una de sus claves la encontramos en la lámpara de arco, colocada detrás del sofá y que no quita ni un ápice de espacio. 

Si eliges un gran sofá en un salón pequeño, puede que sea necesario prescindir de otros muebles, como de las mesas auxiliares. Así se ha hecho aquí, donde se ha sustituido por una zona con un escritorio pequeño.   

En este pequeño salón no se ha querido prescindir de la fuerza del color azul en las paredes. Para aligerar la sensación, se ha creado un efecto espejo gracias al techo blanco y los sofás y muebles en el mismo color. El color naranja aporta un punto vital y divertido que, además, contrasta con elegancia con el azul.   

Y por eso no parece tan pequeño. Y es que, en salones pequeños –abiertos como este o no–, una opción para reducir la presencia del sofá es pintar las paredes del mismo color que la tapicería. El suelo de madera, la mesa y las alfombras de fibras aportan la calidez. 

La distribución del salón se ha hecho teniendo en cuenta el exterior, donde se ha creado un estar que parece el reflejo del interior. Como si de un espejo se tratase, así todo parece más grande.

Que tu salón sea pequeño no significa que debas renunciar al color. Si sabes combinar distintos elementos, te quedará perfecto. Un consejo: no sobrecargues el salón con muebles y accesorios decorativos.

Si no quieres prescindir ni de un solo mueble en tu salón pequeño, haz como aquí. Elígelos de aspecto liviano, como las butacas o los estantes abiertos de la pared. Tendrás la comodidad y el estilo que aportan estas piezas, pero sin ruido visual. 

En este duplex, con la planta interior abierta, el espacio para el salón es mínimo. Por eso se ha elegido un gran sofá que sirve para separar los espacios (en la trasera está la cocina y la parte del chaise longue sirve de división con el salón). ¿Y en la pared? Tan solo un mueble de obra que aprovecha la posición de la chimenea y que sirve como apoyo para un cuadro o la televisión.  

Para ampliar visualmente el espacio conecta dos estancias contiguas, como este salón con la cocina. Una pared de cristal o medio tabique son la solución perfecta: amplían y dejan paso a la luz.

Cuando realmente el salón es minúsculo no hay que dejar nada al azar. Evita dejar muebles o accesorios que impidan el paso y sobre todo mantén el orden. En este salón los pufs quedan recogidos bajo el mueble. Además, también pueden servir como mesitas de apoyo. Para abandonar la sensación de agobio se ha colocado el gran espejo partido en cuarterones tras el sofá.

Solo con un pequeño sofá y una mesa de centro ligera es suficiente para conseguir un salón acogedor. La clave está en los complementos, como la cesta que suple a la mesa auxiliar y que sirve para dejar los cojines o el plaid; a la alfombra que delimita el espacio; hasta el puff, ideal para tener algún asiento extra o colocar los pies y estar más cómodo. Y es que absolutamente todo en este salón invita a una tarde de relax con un chocolate caliente. 

En este piso de montaña, se ha pintado la madera del techo de blanco, de manera que se ha ganado luminosidad sin perder la esencia del estilo más rústico. La chimenea forrada con piedra, aunque con mucha presencia, ayuda a subir la temperatura.  

O un espejo como pared. En este salón se decidió forrar con espejos la pared del sofá para multiplicar la luz y crear más sensación de espacio.

Decora con tonos neutros como un gris piedra y combina con colores ocres y mostaza y el color de la madera de los muebles. De este modo, el salón ganará calidez.

En un salón pequeño todos los centímetros cuentan. Gana espacio para almacenar y asientos para ofrecer una buena tertulia colocando un banco junto a la ventana.

En un salón pequeño con un gran ventanal, el truco para multiplicar el espacio reside en los espejos. Colocar uno rectangular encima del sofá y frente a la ventana multiplicará la luz y, en este caso, también el azul del mar, aumentando el efecto de las pequeñas muestras de color en cojines, adornos y otros textiles.

Una de las claves en salones pequeños es amueblarla con piezas que puedas mover libremente según el momento y las necesidades de espacio. En este caso, un puff modular que puedes mover, pero también una butaca, un reposapiés y hasta una mesita auxiliar superligera.  

Este salón resulta menos pequeño a la vista gracias a sus altos techos de madera pintada de blanco. Pero también ayuda el sofá de fibras naturales, que pasa completamente desapercibido, pero que ayuda a subir los grados y dotar de un toque moderno y más personal.  

Cuando el espacio es mínimo, lo mejor es decantarse por un sofá a medida. De esa manera, no se pierde ni un solo centímetro y se aprovecha el espacio al cien por cien. Si, además, lo decoras bajo la máxima del total white, parecerá más amplio. Fíjate aquí, todo es blanco: desde las paredes, al sofá, pasando por la mesa de centro y sin olvidarse de la lámpara de pie. 

Y te preguntarás, ¿por qué no elegir uno solo y rinconero? Pues para aprovechar el retranqueo de la pared y la estancia no quede encorsetada. Así resulta más ligera, sensación que se ve potenciada por la ligereza de las mesas auxiliares. Las mesas de centro gemelas son las piezas con más peso y las encargadas del punto de calidez. 

Un sofá pequeño, una butaca, una mesa de centro tipo nido y una auxiliar. Y ya. Este salón pequeño y estrecho ha reducido la presencia de los muebles a la mínima presencia, pero aun así no pierde su encanto y calidez. ¿Cómo? Decorando la terraza como una continuidad del salón y eliminando cualquier obstáculo entre ambos espacios. Por eso, la decoradora Carme Pardo eligió estores en vez de cortinas. Una solución de diez.  

La distribución es clave para cambiar la percepción en cuanto al tamaño de la estancia. Si puedes disfrutar de un porche y quieres que el salón no parezca tan pequeño, abre las puertas correderas y prolonga el salón en el exterior. 

Este pequeño salón lo tiene todo, incluso chimenea. La librería con el fondo de marrón oscura contrasta con la ligereza del blanco y ayuda a crear profundidad (y, por lo tanto, parece más grande).

Fresco, ligero y natural. En este pequeño salón el verde y los motivos vegetales son los protagonistas. El truco para ganar amplitud es la luz que llega desde la galería y que inunda todo el salón.

En un salón pequeño hay que echar mano de trucos y de imaginación para que esté parezca más grande. Opta por estanterías horizontales, ocupan menos espacio visual que una estantería, de las mismas medidas, colocada en vertical y muebles bajitos para equipar el salón sin obstaculizar su visión global. 

En este salón los muebles de madera son muy ligeros, igual que la mesa de centro. El sofá, que suele ser la pieza más "pesada" en un salón, está estratégicamente colocado bajo la ventana y es de color blanco. Pasa casi inadvertido.

No renuncies a un estar por muy complicada que sea la distribuición. Siempre existe solución. En este salón abuhardillado se ha optado por el rosa palo, un color que amplía visualmente la espacio. El sofá, la pieza más grande se ha colocado en la parte más baja y se ha tapizado en un rosa liso, de ese modo no "llena" tanto.

Pequeño, barato, confortable y bonito. No renuncies a tener un salón de revista porque te falte espacio o por ejemplo estén en un piso de alquiler y no quieras hacer una gran inversión económica en muebles. Existen muchas soluciones y prueba de ello es este salón.

Si quieres agrandar visualmente el espacio la distribución es clave. Pero además, deberás elegir muebles que sean ligeros, con líneas redondeadas y estructuras muy simple.

Este coqueto salón pertenece a un piso tan solo de 33 m², y a pesar de su escasez de metros, ha sabido aprovechar todos los recursos en su mano. El blanco tiene la genial virtud de agrandar espacios y dar sensación de limpieza. Y el mueble bajo sirve de mueble del televisor, repisa e incluso de asiento extra. 

En un salón pequeño tener muebles polivalentes es de gran ayuda, ya que "ahorran" espacio. Por ejemplo, un sofá cama o una mesa de centro que te permite almacenar, en este caso, los plaids.

Este salón aúna una zona completa de asientos, con un sofá con módulo chaise longue y una butaca, y a la vez, espacio para guardar, con un aparador y dos librerías gemelas que abastecen tanto el salón como el comedor. 

Si no puedes ganar espacio dentro de casa, gánalo hacia el exterior. En este salón, se ha acristalado toda la pared que comunica con la terraza y, estando abierta, el salón parece que, literalmente, crezca. 

Mantener el orden es básico para un salón pequeño. Alíate con soluciones que den espacio para guardar y te ayuden a mantenerlo todo recogido. Aquí, por ejemplo, se ha optado por un mueble para el televisor que permite guardar los pufs cuando no se usan y se ha completado con una cajonera muy capaz y estilosa. 

Ocupan muy poco, como las mesas de centro con un sobre tipo bandeja, y ligeras para poder moverlas según se necesite, las baldas que aprovechan la altura del techo sin recargar o el original mueble escritorio que, en poco espacio, habilita un rincón de despacho. 

Si tu salón es pequeño, aprovecha una pared para hacer un gran mueble a medida con una zona abierta y otra cerrada. En la abierta, puedes colocar todo aquello que decora y quieres tener a mano. Y en la cerrada, lo que puede causar sensación de desorden a la vista. Si lo pintas del mismo color que la pared lo disimularás. 

Ya sabes que los espejos son accesorios imprescindibles en estancias pequeñas. Sobre todo si quieres ganar luminosidad y "hacer crecer" el salón.

Si no tienes mucho espacio, piensa en tu salón a lo alto y coloniza las paredes. Una librería hasta el techo puede ayudarte mucho. Incluso enmarcando una ventana o una salida. Si son blancas, la harás mucho más ligera. 

Una butaca con el respaldo abierto, una mesa de centro redonda y con una repisa para guardar y un sofá blanco, en sintonía con el color de las paredes y la alfombra. Todo en este salón resulta ligero. 

Eliminar tabiques es básico para disfrutar de más metros en el salón. Aquí, por ejemplo, el recibidor se ha integrado en el salón pero se ha usado un mueble bajo como separador que, además, ofrece una superficie extra de apoyo.

En este salón se ha priorizado la zona de tertulia, con un sofá grande arrimado a la pared, que se ha completado con dos pufs confortables que cuando no se usan de reposapiés sirven de asiento extra. Las mesas auxiliares pueden moverse fácilmente según las necesidades. 

En este salón de corte clásico y contemporáneo se ha optado por aprovechar al máximo cada centímetro. Por eso, la librería llega hasta el techo. Además, al pintarla de blanco gana ligereza. 

En la mayoría de casas salón y comedor comparten el mismo espacio. Existen muchas soluciones para crear dos ambientes y uno de ellos es usar una gran alfombra que delimita el estar. Para no romper la armonía y crear una unidad estética que ayude a que el salón parezca más grande, sigue un mismo estilo decorativo.

Un espacio diáfano siempre parecerá más amplio que uno abigarrado. Por eso, una buena opción es reunir todo el almacenaje del salón en una pared y liberar el resto, para que el espacio se vea más despejado. Aquí se ha planificado un mueble que reúne el televisor, una zona de baldas que además aligera visualmente el conjunto, armarios e incluso la chimenea. 

La arquitecta Mar Marcos no lo dudó: una zona de día diáfana era la mejor opción para aprovechar al máximo el espacio de esta cabañita. Así, el salón puede contar con un amplio sofá esquinero y el mueble que integra la chimenea se ha completado con armarios en la parte inferior y se prolonga a modo de banco en el comedor. 

Las soluciones a medida y versátiles son la mejor manera de exprimir al máximo el espacio en salones pequeños. En este salón, se ha planificado una librería que sirve de mueble del salón pero que, a su vez, hace de pared con el dormitorio, que está detrás de la estructura. 

Aunque más caros que uno estándar, los sofás a medida son la solución perfecta para salones pequeños de planta irregular, ya que se ajusta como un guante al espacio. 

Si quieres contar con una zona de tertulia completa y tu salón es pequeño, no lo dudes: apuesta por un sofá rinconero, porque habilita el ángulo con una o dos plazas de asientos extras. 

Este salón demuestra que no por ser pequeño debes renunciar a ser personal. El mueble principal, el sofá, es el más neutro de todos. Mientras que la butaca, una pieza setentera con tapicería de cuero, y el juego de mesa de centro y auxiliar, dan una nota muy personal al conjunto. 

Este salón es tan pequeño como coqueto y bien resuelto. La decoradora e interiorista Gaby Conde organizó este salón, que es estrecho y alargado, de manera simétrica, con dos sofás idénticos a ambos extremos, lo que permite liberar la parte central de paso. Pero los sofás, si es necesario, se transforman en cama. 

La clave está en la gran puerta corredera que da acceso a la terraza, y que amplía visualmente el estar, y en las butacas, que pueden moverse para abrir o cerrar la tertulia según las necesidades. La pieza más voluminosa y pesada se ha arrimado a la pared dejando el paso de la luz sin obstáculos. 

Este salón es pequeño, pero no lo parece, porque se ha priorizado disfrutar de una zona de tertulia confortable y completa en lugar de disponer de mucho espacio de almacén. Y es que cuando los metros escasean, es básico tener claras las prioridades. 

Este salón se ha aprovechado al milímetro. No solo se ha abierto una zona acristalada, que comunica con el comedor y regala más luz a ambos espacios, sino que el sofá se transforma en dos camas completas. 

Aunque la altura de los techos hace que el salón se vea más grande, este es un estar pequeñito, pero que ha sabido sacarse el máximo partido con piezas proporcionales al espacio y con estilo. El sofá es pequeño y se ha completado con dos butacas y la chimenea es, en realidad, un armario para guardar. Las molduras de techo y paredes decoran sin restar espacio. 

En este salón el color ayuda a crear un espacio envolvente y acogedor. Todo está en armonía, desde las paredes hasta las telas, muebles y asientos, y se han distribuido orientados hacia la luz, para aprovecharla mejor. 

Un sofá de líneas rectas, unas butacas icónicas de diseño y un piso de arquitectura clásica. Este mix de estilos funciona y muy bien en este salón, que al planificarse abierto al comedor y gracias a la altura de techos, parece más amplio de lo que es. 

Aunque es de las distribuciones que menos aprovechan el espacio, es la que favorece más la tertulia, siendo una opción ideal si soléis recibir en casa. 

Compartir espacios es una solución perfecta en espacios pequeños, porque se gana amplitud visual. Aquí, la trasera del sofá hace de separador entre la cocina y el comedor y la zona de estar. 

En este salón, en lugar de arrimar las piezas principales a la pared, la zona de sofás se ha reservado para la parte central del salón, y la librería se ha destinado tras la trasera del sofá. Con esta distribución el estar queda enfrentado a los ventanales. 

Las soluciones de obra son las que se integran mejor en la decoración, pasando en muchos casos casi inadvertidas. En este salón se ha planificado una zona de baldas, pero a modo de hornacina, por lo que ofrece espacio de almacén sin restar ni un cm. 

En este salón abuhardillado, se ha aprovechado la menor altura del techo para habilitar la zona de sofás, mientras que el comedor se ha planificado en paralelo. Para aprovechar al máximo el espacio se ha optado por un gran sofá rinconero, que en uno de sus laterales, hace de separación con la cocina. 

Pocas piezas no tiene por qué significar incómodo. Aquí tenemos todo lo que necesitamos: un sofá y unos puffs que pueden transformarse en mesitas de apoyo o en asientos extra, según la necesidad. 

Una buena distribución hará que tu salón se vea mucho más amplio. Aquí, por ejemplo, se han situado las piezas arrimadas a la pared y priorizando un espacio central libre. Y aunque las butacas son oscuras, no tienen un peso mayor porque las compensa la entrada de luz de la ventana y la mesita de centro transparente.

Ofrecen capacidad sin impedir el paso de la luz. En este salón, además, una columna de baldas aprovecha un espacio muerto en una esquina y el sofá, en "L", habilita más plazas de asiento y crea un ambiente más recogido.

Un gran mueble a medida con puertas acristaladas es una magnífica idea para decorar un salón pequeño. A pesar de su capacidad, el cristal le da ligereza. La mesa de centro, de gran tamaño, se une al mueble para seguir guardando en su balda inferior.

Elegir el blanco o tonos claros como el arena o los beige es una muy buena opción en salones pequeños, tanto para paredes como, sobre todo, para las piezas principales y visualmente más pesadas. Puedes darle color con los complementos y accesorios, como se ha hecho en este salón. 

En salones pequeños, reserva la pared más larga para el sofá y así liberas el resto del espacio para completar la tertulia, como ha hecho aquí la decoradora Gema Ospital. 

Si usas un baúl como mesa de centro guardarás a la vez que te servirán de apoyo y añadirás carácter decorativo al salón.

No lo dudes: decora tus paredes con espejos y sírvete del cristal, como el de la mesa de centro, para atrapar la luz. Cuanta más luz, más amplio se verá tu salón.

Si tu salón comparte espacio con el comedor, pero coméis en el office, una buena idea es liberar el espacio del comedor con una mesa plegable, que cuando no se usa, puede arrimarse en la trasera del sofá y liberar la zona del comedor. 

El blanco es el gran aliado para ganar luminosidad pero no es la única opción cromática decorativa. Así que también puedes salpicar tu pequeño salón con colores como el beige, el gris y el azul, siempre en sus tonalidades más claras.

En salones con chimenea, sobre todo si son pequeños, es un acierto aprovechar los laterales con soluciones de almacenaje, ya sea una zona de baldas a modo de librería, o con armarios cerrados en la parte inferior. Aquí se han combinado ambas soluciones. 

El sofá arrimado a la pared y enfrentado al sofá, el mueble del salón. Esta es la distribución clásica en el salón, sobre todo si quieres contar con una zona de almacenaje. Y es de las que las aprovecha mejor el espacio. 

Y, si su volumen es importante, opta por piezas auxiliares ligeras como esta butaca de patas de madera o como la banqueta. Otra idea más a la hora de saber elegir los muebles para un salón pequeño. 

¿Quién dice que pequeño está reñido con coqueto? Este pequeño salón de un apartamento de verano es mini pero muy acogedor. Para aprovechar al máximo el espacio, se ha optado por un banco de obra a modo de sofá-chill out. 

En apartamentos de verano, donde es habitual que los metros escaseen, una buena opción es apostar por un sofá cama en el salón, así cuando se necesita se cuenta con una cama extra, como se ha hecho aquí. 

La luz que entra por el ventanal y la elección del blanco en paredes, techo y la pieza más pesada, como es el sofá, aligera el salón y contribuye a que parezca más amplio. La mesa de centro, proporcional al espacio y con estructura metálica también contribuye a esta sensación de ligereza. 

De obra y a medida, permite aprovechar al máximo la pared del salón. La mesita de centro con cajones ofrece espacio de almacenaje. Su reducida altura hace que, pese a su longitud, no llene en exceso el espacio de tu salón pequeño.

La luz es un gran aliado para hacer que un espacio pequeño se vea más grande de lo que es, así que déjala que fluya con libertad. En este sentido, elige cortinas livianas y de colores claros, que te den intimidad pero sin ser un freno de la claridad. 

Este cuadro hace mucho más que decorar: su intensidad llama la atención de nuestra mirada y parece tener profundidad, consiguiendo el mismo efecto en todo el salón, lo que contribuye a ampliar visualmente el espacio. 

Una pared de baldas puede dar mucho de sí. Si las pintas del mismo color que las paredes, las disimulas. Las pequeñas ayudan a guardar y decorar, y la grande, a aprovechar el espacio bajo ventana ocultando el radiador y ofreciendo espacio extra de asiento.

En vez de una mesa de centro, otra buena idea es contar con dos, pequeñas y ligeras, para poder moverlas dónde las necesites. Las piezas movibles, como la banqueta, son muy útiles en espacios pequeños porque te permiten cambiar la distribución en función de lo que requieras.

Como en tetris. En este salón, todo encaja: los rincones están ocupados por baldas ligeras o por piezas auxiliares que permiten guardar ocupando lo mínimo y la gran pieza central integra el televisor y la chimenea, sumando calidez con la madera.

La gran alfombra delimita el espacio del salón y aporta calidez. Pocas piezas y de tonos neutros hacen que el espacio se vea muy acogedor y confortable.