Un piso en Madrid resuelto con ingenio: una interiorista reformó su casa porque amplió la familia y está súper bien aprovechado

"Es pequeñita, pero da muchísimo juego", sentencia Teresa, la propietaria de esta casa. Para poder aprovecharla, empezaron por el cristal a modo de barandilla, que estaba a media altura, por este para que los niños pudieran jugar sin riesgo. "'Aquí, ¡juegan incluso a pelota!". Otra prioridad de Teresa era que la terraza tuviera mucho verde: "quería tener un huertecito, con sus tomates, lechugas... Ver crecer lo que plantas no tiene precio... Y para tener más intimidad, nos trajimos incluso un arbolito", añade. 

La luz es la gran protagonista del salón, que tiene acceso directo a la terraza. Para que fuera cómodo, Teresa optó por un sofá de tres plazas arrimado a la pared y una butaca de plaza y media donde peques y adultos pueden compartir asiento. 

Teresa y su familia son unos ávidos lectores. Por eso en el salón no podía faltar una librería, que Teresa diseñó ella misma. Y, como necesitaba espacio para guardar, la completó con la parte inferior con armarios. Precisamente, al ser un diseño suyo, no podía faltar... "¡El color! Me encanta el color, necesito esa energía que te da. Soy de crear ambientes neutros pero de golpe, un toque de color. Y con la librería aposté por un tostado en la trasera que usé también en los laterales". 

Solo entrar en la casa, ahora te recibe un recibidor pequeño, pero elegante, adornado con una consola recuperada y pintada de un cautivador tono azul. Los cestos colocados en la parte inferior del mueble agregan un toque de practicidad y estilo rústico a este espacio acogedor. Para nosotras, ¡es la combinación perfecta de lo moderno, de diseño, y lo DIY! 

Con esta casa Teresa puso en práctica sus dotes de interiorista. Y una de sus creaciones fue el armario del recibidor, que ya se ha convertido en un hit: "he hecho varios en la comunidad de vecinos –se sincera entre risas–. Antes había unas correderas, pero eran incómodas. Ahora, acristaladas, dan muchísimo juego en el recibidor".

Si el armario del recibidor fue un hit, la cocina fue todo un reto, del que Teresa salió airosa. "Decidí tomar prestados 2 m² a la terraza y así pudimos contar con una zona para comer en la cocina. ¡Son los dos metros más caros de la historia! –bromea–, pero valió la pena, porque la cocina se ha convertido en el corazón de la casa". Además de ganar metros, inundó de luz la cocina gracias al cerramiento acristalado.

Resuelto el office, el siguiente reto fue el suelo: "nos costó muchísimo elegirlo, porque queríamos que fuera especial, tipo mosaico, pero con un diseño más simple y actual, y sobre todo que pudiera combinar con los colores del mobiliario". Este, hexagonal, en blanco y gris antracita parecía a medida para esta cocina, que combina un verde grisáceo en los armarios inferiores y blanco en los superiores, para aligerar. 

La habitación infantil no se ha librado de la creatividad y la pasión colorista de Teresa. No solo el original mueble de escritorio de cajones asimétricos es fruto de su ingenio, sino el original 'papel pintado' de las paredes. "¿Que´ papel? ¡Es pintura! Los ci´rculos los hice con el dedo y los cuadrados con una goma de borrar, que despue´s corte´ por la mitad para hacer los tria´ngulos".

Los metros de la habitación infantil permitieron planificar una habitación compartida, con una zona de camas organizada en paralelo para mayor comodidad y la zona de juegos con un gran escritorio con cajones para dibujar y guardar sus juguetes a pie de cama. 

El color también se cuela en el dormitorio principal, con un original cabecero de capitoné de terciopelo rosa, que escogió el marido de la propietaria: "Se arriesgó, porque es difícil de combinar, pero a la vez es la clave de la personalidad del dormitorio", sentencia. ¡Y cuánta razón tiene!

Fue la máxima en el dormitorio. Donde se priorizó el cabecero de terciopelo rosa, que enmarca la cama y llena de color esta estancia. Y se acompañó con una discreta mesilla de noche con sobre de madera y estructura metálica. Un taburete recuperado hace de repisa extra.