Una estilista de El Mueble convirtió esta casa en Barcelona en un hogar acogedor, con toques modernos e ideas para aprovechar el espacio
A la quinta va la vencida. Y es que Eva tuvo que pasar por cinco casas para sentirse, por fin, a gusto. Con ayuda de la estilista Sol Van Dorssen, ahora está "en el paraíso"
"Esta casa me recupera. El feeling y la magia que me transmiten no lo había sentido nunca. Y eso que he vivido en cinco casas. Pero con esta, ¡estoy tocando la felicidad con la punta de los dedos!", comenta esta propietaria. Así, el tren del destino quiso que la próxima parada para Eva fuera esta casa cerca de Barcelona. Es más, ella se empeñó. "Fue la primera casa que vi cuando empecé a buscar. Pero cuando llamé para ir a verla me dijeron que los propietarios se habían echado atrás", recuerda Eva, que pasó un año buscando sin parar... y nada. Y justo cuando estaba a punto de tirar la toalla se dio una última oportunidad. "Y ahí estaba la casa otra vez. ¡No me lo podía creer! Llamé de inmediato, la fui a ver y con solo poner un pie en el jardín lo tuve claro: 'me la quedo'. ¡Se creían que bromeaba! A las pocas horas, ya era mía".
Meses más tarde, Eva contactó con la estilista Sol Van Dorssen para que se enfrentara al triple reto que presentaba casa: "Por un lado, el desafío de darle una casa que le encantara a Eva, donde por fin se sintiera a gusto. Por otro la reforma, que ya estaba casi hecha cuando entré, por lo que tuve que adaptarme a las obras". Y la guinda en el pastel fue el timing: "Eva me dijo que le haría muchísima ilusión poder tener la casa lista para San Juan, porque quería hacer una fiesta". ¡Y lo lograron! "Fue la mejor fiesta de mi vida. Todos mis amigos se enamoraron de la casa. Y es que quien entra, no quiere irse. La casa, sin Sol, no sería la misma", se sincera Eva.
Sofá de lino de Natura Casa. Mesa de centro de India & Pacific. Butaca de Crearte. Mesa redonda, en La Maison. Planta grande de Jardiland.
El Mueble
Un salón amplio conectado con el jardín
Aunque la casa estaba en buen estado y Eva estuvo tentada de dejarla tal cual, "porque estaba monísima", la distribución no le funcionaba. De la reforma se encargaron el arquitecto Luís Martín Fabregat y APS construcciones, y la decoración corrió a cargo de la decoradora de Vestir tu Casa y estilista de El Mueble, Sol van Dorssen. "¿El encanto de esta casa? Es cosa de Sol. Porque la arquitectura te da la funcionalidad, la luz, los espacios... Pero ella le dio esa calidez que tanto había buscado sin éxito", explica la propietaria.
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Salón con sofá de Lino, de Natura Casa. Mesa de centro, de India&Pacific. Alfombra, de Piccolo Mondo.
El Mueble
Un salón muy acogedor
De origen, la casa estaba muy compartimentada: con la cocina cerrada, sin apertura al jardín, y con una escalera de caracol que, según la propietaria, "era para matarme". De hecho, la escalera fue el motor del cambio. Al moverla, toda la planta principal se redistribuyó, ganando un salón más amplio y con vistas al jardín. Para conseguir una zona de estar cálida, optaron por colores neutros y tierra, con mucha importancia de las telas: fíjate en las cortinas, los cojines, la tapicería del sofá... todo respira el mismo aire acogedor.
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Aparador y lámpara, de Catalina House. Cuadro, de Sacum.
El Mueble
Una atmósfera relajada gracias a los materiales naturales
Sol destaca la importancia de los materiales en este proyecto: "Hierro, madera, lino, lana... Todo es muy natural. Incluso los colores. Queríamos que la casa fuese alegre, relajada, con materiales de calidad pero para usarse. Es una casa para vivirla".
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Muebles de cocina de Toni Cabello. Cortinas de lino y estores de fibras, realizados a medida por Piccolo Mondo. Taburetes de La Maison y lámpara de Natura Casa.
El Mueble
Un comedor acogedor integrado en la isla de la cocina
La cocina se planificó abierta y con el comedor integrado en la isla. Pero fue Sol quien le dio la calidez y el encanto que tiene ahora, porque "nos había quedado demasiado neutra y minimalista", recuerda Eva. Para compensar tanto blanco, Sol la vistió: "con las cortinas, los taburetes, los complementos y la lámpara de fibras, que nos encantó y la compramos incluso antes de que llegara la mesa. Nos arriesgamos, porque podía verse desproporcionada, pero al final le va genial al espacio", asegura la estilista de El Mueble.
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Velador de Azul Tierra y alfombra de Piccolo Mondo.
El Mueble
Una puerta corredera invisible que separa cocina y recibidor
Una puerta corredera que queda integrada en el muro separa la cocina del recibidor, un espacio que Sol trabajó con mucho mimo. "Al tener la cocina enfrente, decidí trabajar el recibidor por la parte central, en vez de las paredes, que es lo habitual. Por eso elegí una pieza grande y bonita, coronada con un gran ramo, porque te distrae y no ves la cocina. Además, al ser redonda, te crea una doble circulación".
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Cocina con mobiliario, de Toni Cabello. Encimera, de Silestone y madera.
El Mueble
Cocina con barra y salón al fondo
Y es que el encanto de esta casa es cosa de Sol. "Porque la arquitectura te da la funcionalidad, la luz, los espacios... Pero ella le dio esa calidez que tanto había buscado sin éxito", confiesa Eva. ¿Y cómo llegó Sol al proyecto? "Por casualidad. Fue a través de su marido, nos conocíamos de unas clases y charlando me dijo que Sol era decoradora. Me animé a conocerla ¡y conectamos de inmediato!".
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Sofá a medida y mesas de centro, en La Maison. Cojines de Sacum y La Maison. Alfombra de KP, en Piccolo Mondo.
El Mueble
Un estudio polivalente donde antes había un distribuidor
Siguiendo con el tour, nos encontramos esta sala multiusos, la cual es uno de los muchos éxitos de Sol en esta casa. "Era el distribuidor que lleva a los dormitorios y estaba totalmente desaprovechado. Así que decidí ganar una zona más con una vocación polivalente. Incluimos una mesa de trabajo que sirve de despacho y un sofá para relajarse", nos cuenta. ¡Y la de horas que Eva y sus tres hijas pasan aquí!
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Zona de estudio con mesa y baldas a medida, de Piccolo Mondo. Silla, de Catalina House. Lámparas, de Avanluce.
El Mueble
Un estudio con muchas plantas
La zona de trabajo fue diseñada con baldas de madera y un look natural, con una silla de fibras y muchas plantas que decoran. Es el rincón perfecto para concentrarse y trabajar a gusto. ¡Una casa muy vivida!
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Salón con sofá a medida y mesas de centro, en La Maison. Alfombra, en KP, en Piccolo Mondo.
El Mueble
Lo multiusos está de moda
"En la otra casa teníamos un sofá enorme y nunca coincidíamos. Ahora nos apretujamos aquí las cuatro. Ya lo dicen mis hijas: 'mamá, estamos en el paraíso'", bromea Eva.
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El cabecero de lino es de Catalina House. Los apliques, la ropa de cama, el plaid y los cojines son de La Maison.
El Mueble
Un dormitorio con un completo vestidor y el baño
Este punto práctico lo vemos también en la suite, que integra un completo vestidor y el baño, que se ocultaron tras el tabique del cabecero para que los dueños disfrutaran de más intimidad.
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Estores y cortinas de Piccolo Mondo. Mesillas de Ethnicraft.
El Mueble
Dormir con vistas a las montañas
Aunque las obras ya estaban hechas en el dormitorio (y en el resto de la casa) cuando Sol se sumó al proyecto, la decoradora aportó su granito de arena para que la suite fuera más confortable: "me propuso cambiar la orientación de la cama para que mirara a la ventana: ahora abro los ojos y veo las montañas", recuerda encantada Eva.
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La alfombra es de Natura Casa y la escalera y la toalla, de Carolina Blue. El espejo es de La Maison y las plantas, de Jardiland.
El Mueble
Un completísimo vestidor en el baño
Para que Eva disfrutara de un vestidor muy capaz, se destinó toda una pared a armarios, que al ser blancos y hasta el techo, pasan desapercibidos. Para que el espacio no quedara demasiado frío, el mueble del baño se eligió de madera y el espejo con marco de fibras.
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Sillas colgantes y alfombras redondas de Catalina House. Lámpara de La Maison y faroles de Carolina Blue.
El Mueble
Un porche vestido para disfrutarlo todo el año
En el porche Sol decidió colgar dos sillas, porque le dan un toque divertido y alegre. "Fue muy importante darle calidez a ese espacio, porque el suelo era un cerámico gris muy duro. Así que lo ablandé con muchas plantas y fibras naturales en las alfombras, los farolillos... Así le dábamos un aspecto más bucólico y muy mediterráneo, para poder disfrutar de este espacio incluso en invierno con una mantita". Ahora sí; nos despedimos y le damos la razón: ¡esta casa está llena de buen feeling!