“Vinimos a vivir aquí tres semanas antes de que naciera Olivia”, recuerda Ariadna, la propietaria, que cambió su pequeñísimo piso en el centro turístico de Barcelona por 120 m2 de tranquilidad. Una tranquilidad que le da un nuevo barrio lejos del corazón de la ciudad pero también la decoración de la interiorista Blanca Tey.
"Ahora tengo realmente la casa que deseaba –cuenta la propietaria–. Quería que al entrar dijeras 'yo me quiero quedar aquí' y ha sucedido, porque nuestros amigos, cuando vienen, dicen: 'Te cambio la casa y yo me quedo aquí, ¿vale?'".