Donde estaba el garaje y la cocina de un antiguo palacete a las afueras de Madrid, ahora encontramos esta casa, un ejemplo de combinar pasado y presente. ¡Por algo la dueña tuvo un flechazo! "Ya desde muy pequeña, El Escorial era especial para mí", nos dice, aún emocionada, Blandine Orozco Bouvery, consejera y asesora en Ecodicta Fashion Sharingy propietaria de este piso en San Lorenzo de El Escorial.
Por eso, la interiorista Sole Murube, de Estudio Murube Ecléctica, que colaboró con la interiorista Elena Cañadas, comprendió que la reforma debía respetar la esencia original de la casa y ganar en modernidad. “Como la casa está a pie de calle, buscamos luz y profundidad. También trabajamos mucho la base antes de instalar el suelo, un multicapa que imita el roble, porque es un terreno complicado, y aislamos acústica y térmicamente”, explica Sole.
El resultado final es espectacular, una casa moderna, pero combinada con los toques rústicos que recuerdan a ese palacete que enamoró a su propietaria. ¡Vamos a verla!
Sofá a medida de Decolab. Mesas y aparador en Thales de Mileto. Pufs de Casa y Campo.
Felipe Scheffel/El Mueble
Cuando el exterior se cuela en casa
El salón es rústico y destaca por la luz natural que entra, gracias a los grandes ventanales. Donde ahora vemos un hogar moderno, estaba la planta baja de un palacete centenario. “Nos enamoraron los románticos ventanales, que eran las entradas al caserón, y también el jardín, con esos pinos que asoman por la ventana”, nos cuenta Blandine.
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Sofá de Decolab. Cojines en Rue Vintage 74. Mesas y cuadro de Thales de Mileto. Butaca en Leticia Mezzeta. Pufs de Casa y Campo.
Felipe Scheffel/El Mueble
Una zona de estar muy equilibrada
En la intervención realizada por las interioristas se apostó por grandes ventanales con contraventanas de madera. El toque vintage en colores crudos dota de equilibrada elegancia a todo el espacio.
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La cocina es un diseño de Sole Murube con mobiliario de Kvik. En primer plano, sofá de Decolab. Cuencos de barro de Thales de Mileto. Bandeja de ratán de Sandra Marcos.
Felipe Scheffel/El Mueble
Una cocina verde que se integra en el salón
Una de las primeras decisiones fue ampliar la zona dedicada a un salón en el que predominan los tonos crudos. Está abierto a la cocina en verde, que se ubica en la antigua cochera del palacete, de ahí ese gran ventanal.
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Mobiliario de Kvik. Aplique de Skurup. Grifo de Grohe. En la encimera, cuadro Gyotaku Lubina de Wonton Shop.
Felipe Scheffel/El Mueble
Bóvedas para enamorarse
Para dejar un espacio abierto donde la cocina y el salón dialogasen, integraron la campana extractora en la placa de cocción y apostaron por muebles sin tiradores. La cocina tiene el punto moderno y estiloso del verde y el salón, la elegancia atemporal de los tonos crudos.
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Felipe Scheffel/El Mueble
Una zona de comedor rústica pero chic
En el office-comedor, una alfombra heredada, clásica y con toques verdes, zonifica y da calidez. “Decorar es integrar”, reflexiona Sole sobre la mágica luz que se respira en este espacio polivalente que integra comedor, cocina y zona de estar en el salón..
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Mesa antigua y bancos enLa Europea. Caminos de mesa y cojines con raya decorativa de Zara Home. Mobiliario verde de Kvik. Microondas y horno de Siemens.
Felipe Scheffel/El Mueble
En la cocina se aprovecha todo almacenaje
Una tendencia decorativa que cada vez está más en alza (¡y nos encanta!) son las paredes paneladas con muebles de cocina, especialmente si, como es el caso, integran el horno y el microondas.
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Lámpara de sobremesa de Zara Home. Kimono floral de Balakata. Cuadro botánico de Becara. Butaca de Sine Nomine.
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Un dormitorio de aires casi monacales
Por último, para seguir la línea de estilo, en el dormitorio diseñó un cabecero a modo de arrimadero con molduras, a juego con las ventanas, cuyos cristales integran una palillería en blanco que forman unos cuarterones. Junto a las contraventanas, el resultado que provocan es casi monacal.
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Lámpara de sobremesa de Zara Home. Kimono floral de Balakata. Cuadro botánico de Becara. Butaca de Sine Nomine.
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Un dormitorio con salida al jardín
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La ventana cuenta con un banco de obra que sirve de mirador. Cojines de lino de Maison de Vacances, en Rue Vintage 74.
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Un rincón de lectura que nunca pasa de moda
Junto a la cama, en una de las ventanas, se ha aprovechado el espacio para crear un romántico asiento con vistas sosegadas.