La casa de campo más elegante y serena del mundo: su decoración es, sencillamente, perfecta

Que transmitiera paz, que todas las estancias tuvieran vistas (o, mejor aún, acceso) al jardín y que fuese cómoda, familiar y ligera. Estos fueron los requisitos que los jóvenes propietarios de esta casa en la Cerdaña pusieron a Chone de la Sotilla –de Deulonder Arquitectura Domèstica– cuando le encargaron su reforma.

Chone cumplió muchos de sus cometidos con un solo material: el cristal. Lo vemos, sin ir más lejos, en el recibidor, un espacio amplio, cálido y lleno de luz. Nos llaman la atención las paredes que dan a la cocina. “Aquí jugué con las texturas. Una la forré en madera a lamas, y la otra, donde está la consola, con una tela de tacto tipo saco rústico”, nos cuenta. Además, las dos paredes están pintadas de un mismo gris.

“El gris, que nos sirve de hilo conductor en toda la casa, igual que los suelos de roble”, cuenta Chone. Para reforzar esta continuidad, la interiorista también pintó las vigas originales del techo en un tono grisáceo, pero muy clarito, para no tapar los nudos de la madera.

Una vez en el salón nos hipnotiza la altura de sus techos, de nuevo, con vigas de madera. También la paz que transmite la decoración, casi en un solo color. Y, cómo no, el coqueto espacio frente a la chimenea, un imprescindible en toda casa de campo.

Junto a él, Chone nos habla del sofá de obra en el ventanal, el rincón ideal para disfrutar de un buen libro: “Lo llamamos ‘la pecera’ y es una seña de identidad de Damián Ribas, el arquitecto de la casa”, nos explica la interiorista, que lo vistió con una colchoneta con cuadros de Vichy, a juego con los pufs.

“El cerramiento se abre o cierra a la cocina y al recibidor según convenga, pero sin perder nunca la vista, algo importante para una pareja con niños”, remarca la interiorista.

Siguiendo por el salón llegamos al comedor abierto, donde la gran mesa de roble nos revela que esta casa también está pensada para recibir. Tras ella, Chone puso una vitrina vajillera hecha a medida, mientras que a ambos lados incluyó dos bancos tapizados, una nota muy elegante.

Te mostramos en vídeo la cocina de esta casa. A continuación, sigue con las fotos y disfruta el recorrido de la vivienda.

Por el comedor accedemos a la cocina, práctica y bonita a partes iguales. Basta ver la gran isla con zona de barra y todas las soluciones de almacenaje, con amplios cajones, frentes hasta el techo y una columna con baldas.

“Estos muebles están pensado para que duren muchos años”, asegura Chone, que lo ha iluminado con unos apliques de mimbre. “Es un material natural y ligero que no desentona con el tono rústico general de la vivienda. También está presente en los taburetes de la isla y en las sillas del comedor”.

En el dormitorio principal, Chone añadió algunos toques de color en la ropa de cama y decoró la pared del cabecero con un marco de madera tapizado. En el mismo muro aprovechó para instalar las mesitas de noche, en roble, a modo de hornacinas. Una idea genial para ahorrar espacio.

Siguiendo el pasillo del dormitorio principal , y con el paisaje guiando siempre el camino, llegamos primero al vestidor y después al baño de microcemento.

En este cuarto de baño, el mueble suspendido del lavabo aporta la ligereza y la bañera las vistas al jardín. Sin duda, esta es una casa tranquila que respira mucha paz.

Pasamos ahora a la abuhardillada zona infantil donde hay de todo: sofá en L, zona de juegos, espacio para hacer los deberes... Es un buen ejemplo de lo que hemos ido viendo: sillitas de fibra natural, cuadros escoceses y más vigas de madera pintada. “Esta ventana campestre con vistas nos ayuda a potenciar el aire rústico”, añade la interiorista.

Chone de la Sotilla, interiorista de Deulonder Arquitectura Domèstica, reconoce que en sus proyectos le gusta trabajar en parelo a sus clientes para asegurarse de diseñar la casa a la medida de sus sueños.