Las tiendas, hoteles y restaurantes más bellos del mundo: pura inspiración para nuestro próximo viaje

La tienda se encuentra ubicada en el número 30 de la prestigiosa Avenue Montaigne de París. Un icono que va más allá de la su propia arquitectura, ya que Christian Dior inauguró su maison allí el 15 de diciembre de 1946. Tras dos años de reforma, la icónica marca abrió el año pasado sus puertas con una estética renovada, manteniendo su grandiosidad, pero con un aire nuevo, gracias al arquitecto Peter Marino. Su estética refleja los valores de la marca, un lujo sencillo, refinado y depurado a través del filtro de su actual directora creativa, Maria Grazia Chiuri. El galardón que han recibido se explica por el propio edificio que alberga la tienda, con una maravillosa fachada neoclásica, y cuyo interior se ha reconvertido en un espacio de tres plantas que homenajea el imaginario del diseñador. Hay una gran escalera blanca que vertebra cada piso, rodeada de unas cristaleras donde se pueden ver las piezas y accesorios más icónicos de la marca.

Place Vendôme, en Doha, es la tienda más grande de Hermès que existe en el mundo, algo lógico, al encontrarse en uno de los centros comerciales con más lujo por metro cuadrado. Su estética se inspira en el propio país y en sus monumentos históricos, destacando las sinuosas ondas del techo que nos transportan a las dunas de arena que están cercanas al mar interior de Khor Al Udaid. Está proyectado por RDAI con ventanas de doble altura y un juego refinado de mármol, piedra y tonos ocres y ámbar a través de sus 600 metros cuadrados distribuidos en una sola planta.

Dior se lleva la palma por partida doble, esta vez, con la tienda que la firma tiene en Seúl, más concretamente, en Seongsu-dong, un antiguo distrito industrial reconvertido en el nuevo epicentro de moda en la ciudad. Como no puede ser de otra manera, mantiene intacta la esencia de la marca y se inspira en su icónica tienda parisina. Sin embargo, en este caso destaca la vitrina de cristal luminosa de la fachada, que se vuelve opaca según la hora del día. Además, también se desmarca del resto incorporando jardines de tradición coreana que se fusionan en el mismo espacio con otros de acento francés, recalcando el amor hacia las flores de la firma francesa.

El ganador del Premio Versailles en la categoría de África y Oriente Medio es el Hotel Olinto de Marruecos, un espacio de lujo situado en Ourigane, en las afueras de Marrakech. Presume de tener el Atlas como perfecto telón de fondo y se ha construido en una antigua finca de olivos que invita a la calma, a disfrutar de largos paseos por sus jardines o relajarse en el hamman. El propietario y encargado de la arquitectura, el diseño y la decoración, el príncipe Fabrizio Ruspoli di Poggio Suasa, lo ha llenado de objetos que hablan de la tradición arquitectónica marroquí, con alfombras, grabados antiguos, vidrieras geométricas, puertas talladas, ladrillos decorativos y marcos con incrustaciones. Se trata de un alojamiento solo para adultos, conformado por un edificio destinado a la recepción, otro al restaurante y bar, además de nueve pabellones para hospedar a los clientes, cada uno con el nombre de una planta.

La tradición japonesa y la estética relajada de sus casas está presente en cada rincón del hotel Shiguchi Kutchan, situado en la campiña de Niseko. Hablamos de un conjunto de cinco casas rurales antiguas, de entre 300 y 500 metros cuadrados, exquisitamente renovadas por el grupo de arquitectos Shouya Grigg, que cuentan cada una con sus propias aguas termales. Sus interiores son una combinación equilibrada de sobriedad y elegancia, con carpinterías de kominka, arcilla y paja en las paredes y una decoración hecha a base de cerámicas, pinturas y esculturas contemporáneas de la colección privada de Grigg.

En el Premio especial al exterior el protagonista incuestionable es el paisaje del valle de Ashar. Inspirado en la naturaleza nómada de la arquitectura nabatea, el resort está formado por 47 tiendas de campaña y 7 villas independientes que se mimetizan con el entorno gracias a sus colores arena y terracota. La estética minimalista se consigue con lonas, muy similares a las que se utilizan tradicionalmente los beduinos, que lo protegen del sol. La piscina, por su parte, se sitúa entre las grietas naturales de las rocas que recuerda a los wadis que aparecen al pie de los acantilados.

El esplendor neoclásico con motivos barrocos del Palácio do Grilo, en Lisboa, aun se puede apreciar en el restaurante y bar que hoy lleva su nombre. Este antiguo palacio, construido en 1775,  perteneció a los duques de Lafões y cuenta con más de 7.000 m2. Sus más de 200 habitaciones se pueden visitar, y que se ha transformado en una especie de museo.

Ver Melbourne y la bahía de Port Phillip desde lo alto con una panorámica 360 grados no tiene precio y eso es, precisamente, lo que se puede disfrutar desde la planta 40 del hotel Oakwood Premier Hotel, donde se encuentra ubicado el restaurante y bar Strato. Tiene una iluminación muy estudiada para que no se produzcan reflejos en sus enormes ventanales de 7 metros, que generan una continuidad y pareces estar florando en las nubes. Este espacio, proyectado de CHT Architects y Sora Interiors, está decorado en azules oscuro y detalles dorado y cuenta con dos áreas vip.

Desde las mesas del restaurante Khufu´s se puede disfrutar de auténtica comida egipcia frente a las pirámides Micerino, Kefrén y Keops. Un auténtico lujo de arquitectura contemporánea en medio del desierto, hecha de piedra arenisca que sintoniza con el ambiente. Diseñado por el estudio de arquitectura Style Design, destaca por sus colores cálidos y terracotas que pretenden pasar desapercibidos, dejando que las vistas sean las auténticas protagonistas.