Efectos ópticos para que un recibidor pequeño parezca más grande

Pintar de blanco es la solución más sencilla, y el truco más efectivo, a la hora de ampliar visualmente un espacio. Y es que, además de ser el color luminoso por excelencia, logra el efecto óptico de alejar las paredes entre sí. Para potenciar aún más esta sensación, pinta en el mismo tono el techo y la la carpintería.

Con el color blanco en paredes, techo y carpintería, madera en el suelo y unas pinceladas azules, verdes o amarillas, conseguirás un recibidor fresco y mediterráneo. Este recibidor es un ejemplo de cómo es posible romper la monotonía de un ambiente en el que predomina el blanco, sin perder un ápice de amplitud y luminosidad, con sólo una pieza del mobiliario: un banco de madera envejecida en un tono azul.

Con una paleta de tonos neutros, conseguirás el mismo efecto que con el blanco.  Y si buscas un efecto visualmente más rico, decorar la pared con un papel pintado. Eso sí, de estampados discretos. 

Es, sin duda, un recurso decorativo de primer orden que, además de multiplicar la luz, ampliará visualmente el espacio. ¿Dónde colocarlo? Como lo que queremos es lograr un efecto óptico que consiga agrandar la estancia, colócalo de tal manera que refleje una pared. 

Los muebles siempre tienen que ser proporcionales a las dimensiones de la estancia y, más aún, cuando se trata de espacios pequeños. Si tu recibidor queda muy recargado o escoges piezas que dificulten el paso, lograrás el efecto contrario: parecerá más pequeño (además de incómodo y cero atractivo). Por eso, una consola estrechita es una opción perfecta.

Los muebles de líneas rectas y depuradas, ya sean de metal o de madera en acabado natural o lacada en blanco, tienen poco peso visual. Por eso, en recibidores pequeños, siempre son preferibles a las piezas de madera oscura, mucho más robustas. En este caso, más ligero imposible. El único mueble que se ha colocado es una balda que recorre la pared a modo de consola. Además, como se ha pintado en el mismo color que la pared, queda mimetizada. 

Una reforma muy habitual en pisos pequeños es integrar el recibidor al salón, es decir, prescindir de tabiques. En estos casos, optar por los mismos materiales y acabados en suelos y paredes te ayudará a crear continuidad visual y, por tanto, sensación de amplitud.

Si prefieres que recibidor y salón conserven su independencia, puedes comunicar los espacios con unas puertas de cristal como estas, con estructura de hierro y cristal. Con esta solución, lograrás que la luz natural llegue del salón al recibidor y este ganará profundidad.

Un buen proyecto de iluminación es fundamental para lograr una atmósfera acogedora en cualquier estancia de la casa, y más aún, cuando se trata de iluminar recibidores y pasillos, que suelen ser espacios pequeños y poco luminosos. Así que, como no queremos que una mala iluminación arruine la decoración de este espacio, conviene que combines la luz general de focos o de una lámpara de techo con apliques o una lamparita de sobremesa. Y en cuanto al color de la luz, opta mejor por luces de color blanco para dar sensación de amplitud.

También si resuelves la iluminación de una manera tan ingeniosa como se hizo en esta vivienda, tu recibidor parecerá, al instante, mucho más grande. Una iluminación indirecta a lo largo de la pared o el techo dará a la estancia más profundidad, además de un toque moderno.

Cuando el recibidor es un pasillo, existen recursos para evitar el efecto túnel. Uno de los más efectivos es decorar la pared con un zócalo de madera pintado en blanco y decorado con molduras. Estas también te pueden ayudar a crear el efecto óptico que necesites: con cuarterones verticales el espacio parecerá más alto, mientras que si las colocas de forma horizontal en las paredes corta se verá más ancho.

Cubrir el suelo con una alfombra también te puede ayudar a romper visualmente la sensación de tubo. Elige un modelo redondo o si prefieres un diseño rectangular, recuerda que es fundamental que "respire" por ambos lados.