15 mesas ideales para comedores pequeños

 Tienes una mesa antigua preciosa pero es pequeña y no es extensible... Bueno, compénsalo con un banco en el que quepan más comensales que en las silllas, como ha hecho aquí la decoradora Pia Capdevila. 

Las formas curvas encajan mejor en espacios pequeños porque te evitas las incómodas esquinas. El diámetro ideal es 90 cm. Mesa, sillas y lámparas, de Coton et Bois. Papel pintado, de Coordonné. Espacio decorado por Asun Antó. 

 Cerrada ocupa menos espacio, claro, y abierta te permite colocar entre dos y cuatro servicios más. Mesa, de Ondarreta. Sillas, de Vergés. Lámparas de techo, de Dekoark. Mobiliario de Santos. Espacio decorado por Begoña Susaeta.

Es un piso de solo 50 m2 con espacios abiertos. Como el comedor quedaba "atrapado" entre el salón y la cocina, necesitaba un mobiliario que no ocupara pero fuera cómodo. Una antigua mesa tocinera decora y es funcional. Y su cajón es practiquísimo para guardar cubiertos o manteles.

Si no la necesitas, la cierras, y listo. Es la solución perfecta para espacios en los que tener un comedor es casi casi un lujo. La mesita es de Ikea y el taburete y los cojines son de Deco&Living. Proyecto del equipo Nimú. 

 Si no tienes espacio en casa, crear espacios con distintas funciones es una buena estrategia. Utiliza la mesa para comer y para trabajar. Para ello, alargada es la mejor opción. 

Es un clásico ideal para comedores pequeños porque en una mesa redonda siempre caben más comensales ya que las esquinas no se desaprovechan, pero también por su pata central, que aporta un plus de comodidad. Mesa de Batavia, sillas de Vitra y lámpara, en BD. 

A modo de barra. Solo necesitas taburetes en vez de sillas para convertirla en un comedor de diario muy práctico. Taburetes, de Francisco Segarra. Lámpara, de Ikea. Mobiliario, de The Singular Kitchen. Espacio decorado por Bárbara Siegfried.

¿Que has priorizado la cocina y el salón? Una solución: alargar la encimera para convertirla en mesa adosada a la península de la cocina. Dale la altura adecuada para comer sentados con comodidad: entre 71 y 75 cm de alto. 

Elegir una mesa blanca o con sobre de cristal siempre hará que la mesa, por voluminosa que sea, se vea mucho más pequeña en un espacio mini. Mesa y sillas, en Coton et Bois. Lámparas de techo, de Maisons du Monde. Espejo, en Coton et Bois. Espacio diseñado por Asun Antó. 

 Gracias a los bancos que hacen que en vez de tres personas, quepan cinco. Los bancos te ayudan a acercar la mesa a la pared al máximo y ganar así espacio tras las sillas, que debe ser de un mínimo de 90 cm aunque lo ideal sería de 110 cm. 

 Antes que una mesa cuadrada, lo ideal es elegirla redonda porque siempre la podrás aprovechar mejor y no llenará tanto el espacio. Mesa, de Antic Daviu. Sillas, de Carl Hansen. Lámpara de techo, de Antic Major. Alfombra, de BSB. Espacio decorado por Estudio Lizarriturry Tuneu. 

Adosada (y atornillada) a la pared, solo necesita una pata para aguantarse perfectamente. De esta forma, nadie encuentra obstáculos molestos entre las piernas. Y si la haces abatible, conseguirás plegarla cuando no la necesites y ganar así metros muy útiles. 

 Cuando elijas tu mesa ten en cuenta que cada comensal necesita un espacio de 60 cm de ancho y 60 cm de fondo. Esta es de Maisons du Monde. Lámpara de techo, de Vackart. Sillas, de Nice Home Barcelona. Comedor proyectado por Dara Díaz.

¿La ventaja de una mesa rectangular o cuadrada frente a una redonda? Que puedes adosarla a la pared y ganar así espacio para pasar alrededor. Mesa de roble de Mujika Aramendi y sillas de Stua y Expormim. Espacio decorado por Iñaki Mujika.