Una casa en Madrid estilosa y acogedora: tiene cocina abierta, un jardín que enamora y mucho encanto

Empezamos por el salón. Este se encuentra a doble altura y separa el comedor de la zona de estar. En él, destaca la cristalera en forma de L en uno de los tabiques que permite disfrutar de las vistas al jardín, acceder al exterior y llenar de luz la casa. Esta última se refleja en los sofás en color crudo y en los textiles de color neutro. Por otro lado, los cojines de lino en tonos tierra añaden vida y calidez a esta estancia neutra, así como la butaca de fibras naturales. 

Además de la cristalera en forma de L, las ventanas de suelo a techo ubicadas en la zona del comedor consiguen dar continuación a esa luminosidad natural que baña toda la casa. Desde el salón se accede a ese suelo a doble altura en el que está situada la zona de comedor. Unas pequeñas escaleras que separan, a la vez que conectan, ambos espacios, y salvan el desnivel de forma elegante. ¿Lo vemos con más detalle?

¡Qué bonito! El comedor es puro estilo provenzal, y es que está caracterizado a la perfección. Su simplicidad, matices e iluminación consiguen una calma visual y una sensación de comodidad plena. Además, lo actual de los cuadros y lámparas se complementa a la perfección con muebles antiguos recuperados, como la vajilla en color blanco y la vitrina de estilo clásico. Para añadir algo más de estilo, se han integrado unas sillas de terciopelo verde, jugando con las tonalidades y texturas en la mesa y aportando así elegancia y mucha profundidad.

Una vez que salimos al jardín, nos llega una brisa de aire mediterráneo acompañada de ese estilo provenzal característico de la casa. El principal elemento es la presencia de mucha vegetación, y es que esta zona exterior está abrazada por pura naturaleza, ¡incluso en la propia mesa de comedor! Además, para crear un ambiente aún más acogedor, se han colocado unas vigas de madera a modo de pérgola que protegen del sol, pero a su vez captan su luz cálida para reuniones íntimas con familiares y amigos. 

Y por aquí tenemos el comedor exterior, que recuerda a una bonita zona de reuniones en una casa de campo. Una maravilla que conecta con la naturaleza estando en plena capital. Las flores, la vegetación, los materiales de fibras naturales, la piscina de fondo... todo juega a ser un conjunto digno de lienzo y catálogo.

Al tener la carpintería de las ventanas oscuras, se optó por un mobiliario en blanco self que pudiera formar parte de la luz de todo el espacio, acompañando a la iluminación que incide por el gran ventanal. De esta forma, contrasta con la encimera en negro, desde donde se pueden apreciar unas inmejorables vistas a la puesta de sol y al magnífico olivo. El resultado es una cocina sencilla, práctica y elegante que se mimetiza a la perfección con el diseño del resto de la casa. ¡Nos encanta!

El dormitorio principal cuenta con una gran altura al tener el techo inclinado. Por ello, se decidió reorganizar todo el volumen, separando baño y vestidor del dormitorio con tabiques bajos. El papel pintado de rayas enmarca el cabecero, engamado con el verde del papel toile de jouy que envuelve también al vestidor. La cama está vestida con linos, uno de los textiles más comunes de la casa, pero juega con el diseño moderno en madera y metal de la mesilla. Un dormitorio acogedor y fresco que invita al descanso.

El baño destaca por tener un mueble del baño de microcemento, el cual le proporciona unas líneas rectas y depuradas, además del tono neutro relajante que envuelve toda la estancia. Desde el espejo observamos el papel pintado en el resto de paredes del baño que da movilidad al ambiente. Los detalles naturales no faltan tampoco en el baño, con el objetivo de darle un toque cálido y muy acogedor. ¡Por no hablar de toda la luz que entra! 

Con la intención de crear una estancia grande, se han separado la zona de juegos de la de descanso. Así, la primera de ellas, está decorada con un simpático dossel a modo de tipi con colchonetas para crear un espacio de lectura y jugar en el suelo. Por ello, para tener los libros más cerca, la pared está decorada con baldas, creando una librería bonita y ligera. ¿Vemos el resto de la habitación?

Por último, la zona de descanso de la habitación infantil se compone de una cómoda cama nido vestida en tonos rosas para dar alegría y vida a la estancia, con toques infantiles, sin llegar a ser demasiado excesiva y llamativa. Un dormitorio que, como cada estancia de la casa, cuenta con mucha luz, por lo que no necesita mucho más detalles luminosos. ¡Es toda una monería!