Una Navidad marcada por el blanco, el dorado y la madera nórdica

Cada detalle de esta casa respira Navidad. Una Navidad en blanco y oro que es tan luminosa como serena. La base no podía ser mejor: un piso con grandes ventanales y molduras decorado por Velafusta y preparado para la ocasión por nuestra estilista Silvia Rademakers. 

En el salón, el árbol es el centro de atención, junto con la chimenea decorada con ramas de abeto y eucalipto y un conjunto de velas que dan luz al hogar. “Para los adornos del árbol –explica Silvia– he jugado con materiales naturales y distintas texturas. He combinado bolas de cristal con madera, crochet o tela para darle vida y mucha luz”.

Nuestra estilista, Silvia Rademakers, nos cuenta cómo lo vistió para las fiestas. “Me imaginé una Navidad un poco nórdica, en blanco y oro, que encajaba muy bien con la decoración de este piso clásico, muy cálido gracias a la madera y los tonos beige”.

La Navidad en blanco y oro de esta casa es tan luminosa como serena. Y es que la base no podía ser mejor: un piso con grandes ventanales y molduras decorado por Velafusta. Y se ha decorado desde la entrada, con discretas guirnaldas naturales, coronas de Navidad sencillas y alguna que otra vela. ¡Y no necesita nada más!

La madera y los tonos beige encajan perfectamente con el blanco y el oro. “Además del gran árbol del salón he intentado que hubiera ramos con verde y flor en toda la casa, porque en Navidad el toque natural es igual de importante que el árbol o los adornos”, nos cuenta. 

Tonos claros y elementos en madera, bañados con discretos toques dorados. Así es la Navidad de esta casa, en la que el beige de paredes y muebles es el marco ideal para que el árbol de Navidad destaque sobre el resto de elementos. 

La combinación de las texturas naturales y el brillo de la madera con purpurina, el cristal, las bolas nacaradas y el crochet es equilibrada y ofrece un aspecto cálido, al tiempo que original. 

La mesa de centro también está decorada para la Navidad. De hecho, es una superficie idónea para que la decoración sea completa. Unas bolas navideñas, elementos naturales, como piñas y ramas, y unos candelabros dorados son suficientes, como hizo aquí Silvia Rademakers. 

Al preparar la mesa del comedor su lema ha sido: menos es más. “He dejado espacio libre junto a cada comensal para que la mesa ‘respire’ y haya espacio para poner los platos”, asegura.

Un mantel blanco en la base, otro con un pequeño estampado geométrico encima y ramas de eucaliptos y velas como centro la mesa han sido sus armas para conseguirlo, junto con la vajilla blanca y los objetos de plata y cristal. Los servilleteros están hechos con tela de lino y seda cortada en tiras anudadas a la servilleta. Un toque delicado y efectista en la mesa.

La habitación de los niños también vive la Navidad intensamente. Su espacio cuenta con un árbol propio, a base de troncos y adornos de tela, y, además, el árbol que tienen pintado en la pared ha ganado vida con pequeñas luces. Aprende a hacer un árbol de Navidad DIY y ponlo en la habitación de los peques. ¡Triunfarás! 

Unas estrellas cuelgan del árbol de la pared –se aprecia en la imagen anterior– y una guirnalda de retales de tela decora la galería. ¡Ya está todo listo para que empiece la magia de la Navidad!

Las mismas telas estampadas de la guirnalda se han usado para decorar con lazos los regalos de los más pequeños. Pero también las cajas de regalo 
se han envuelto con retales de telas estampadas.