Antes y después: esta casa de 150 m2 en Mallorca era oscura y ahora es mucho más luminosa y cómoda

Esta casa en Mallorca tiene 150 metros cuadrados, distribuidos en dos plantas. Antes de la reforma, solo tenía un salón. En esta imagen se aprecia uno de sus principales puntos fuertes: las vigas vistas de madera. ¿Quieres ver cómo está ahora?

Este salón se encuentra junto a la entrada de la vivienda, por lo que su función no es la de sala de estar para la familia en su día, sino más bien la de recibir. A los propietarios les gusta lucir piezas de arte y esta estancia es la ideal para ello.

Originalmente, la entrada de la casa formaba parte del salón. Para crear un recibidor y dar intimidad, Pia Capdevila ha ideado un biombo de lamas de madera lacadas en gris que separa ambientes. 

A la izquierda, el salón de la entrada. A la derecha, el nuevo salón que se ha ganado con la reforma.

"El mayor reto del proyecto fue ampliar la zona de día. Lo conseguimos cerrando un espacio que ahora se destina a salón de invierno y comedor, con una chimenea que separa los dos espacios y aporta mucha calidez", explica Pia.

Pensado para pasar aquí los días más invernales, en los que el sol de Mallorca y la chimenea harán que sea muy agradable, este salón tiene una decoración de tonos grises, con el toque natural de la madera y la alfombra de fibras. Las ventanas se han vestido con unos bonitos estores paqueto blancos. El cerramiento incluye una puerta acristalada, para tener un acceso cómodo al jardín. ¡Ideal!

Aquí la apuesta es un conjunto de mesa, taburetes y banco de madera de roble, que contribuyen a un look rústico de diseño.

Estaba completamente desactualizada y con muebles y ventanas de mala calidad. ¿Quieres verla ahora?

Los propietarios querían una nueva cocina con isla. Pia Capdevila la diseñó con cajones y con una encimera de Neolith que imita madera, perfecta para cocinar sobre ella. 

La casa es esquinera y originalmente tenía un porche trasero, donde ahora se ha colocado esta ampliación. Gracias a ella, la cocina es más grande. La pared que separa la cocina del anexo tiene un acabado en piedra, para mantener la estética mallorquina de la casa.

El suelo de la casa necesitaba un toque especial...

Los propietarios son amantes del arte, por lo que buscaron algunas piezas icónicas, especialmente para el recibidor. Otro punto importante para dar unidad a la vivienda fueron los suelos. "En los materiales de la planta baja se ha priorizado aquellos que soportan mejor la humedad, ya que es una característica del ambiente mallorquín", comenta Pia Capdevila. La interiorista ha elegido un porcelánico de Porcelanosa. 

Los dormitorios están en la segunda planta. ¿Quieres ver cómo lucen ahora?

En la planta superior no se ha modificado la distribución, aunque se ha apostado por tonalidades claras para ganar luz. El suelo se ha cubierto con microcemento gris y, en este dormitorio principal, tanto las maderas como la ropa de cama se han lacado de un tono grisáceo.

Alto y con puertas mallorquinas, ¿se podría aprovechar?

En esta suite, la decoración inspira un aire balinés. La cama y las mesillas son de madera de teca. Las lámparas son tinajas grises, a juego con la ropa de cama. Y, muy importante, para ganar luz, las puertas del armario se han pintado blancas.

Tenía bañera, y cambiarla es una de las reformas más demandadas. ¿Quieres ver cómo quedó?

Ahora es muchísimo más cómodo. Una de las paredes está revestida con azulejos vidriados de cerámica cocida proveniente de Marruecos. Las encimeras son de Neolith, imitación madera.

El porche es quien hace de salón principal durante los meses de verano, con una cómoda zona de estar y un comedor. 

"Queríamos espacios poco recargados, con mucha calma, mucha paz y sin piezas estridentes, pero sí contar con algunas especiales” nos dice Pia Capdevila.