¿Estás planificando una reforma? Antes tienes que ver estos 7 pisos

Sí, aunque parezca una locura, reformar un piso nuevo es más habitual de lo que crees. Y es que, por muy bonito que pueda parecer sobre plano, a la hora de la verdad es posible que no cumpla con tus expectativas. Eso les pasó a los propietarios de este piso, que querían más luz, espacios más abiertos y una decoración atemporal. La encargada del cambio fue la interiorista Lucía Mariñas, que fue capaz de incluir piezas capaces de resistir el paso del tiempo con elegancia.  

Aunque la cocina es la que venía, se añadieron módulos para aumentar el almacenaje. Por cierto, otra cosa que Mariñas mantuvo fue el suelo porcelánico con acabado en madera. Y, aunque la propietaria renegaba de él al principio, Lucía la convenció. ¡Y es que el resultado es sorprendente! Mira cómo es el resto de este piso. 

En este dúplex, las zonas de paso robaban muchísimo espacio. Y, actualmente, prescindir de ellas está a la orden del día. Para ganar metros, la interiorista Marta Prats unió la cocina a la zona de comedor y salón en la planta baja. También se cambió la distribución de los muebles e, incluso, la escalera sufrió una increíble transformación.

Prats aprovechó la reforma para dar una vuelta completa a la cocina. Eligió un color topo con muebles con frentes lisos y sin tiradores. También planificó un pasaplatos que hace las veces de barra y que sirve de nexo entre el comedor y la cocina. ¿Te has quedado con ganas de ver cómo quedó el resto de este dúplex de 52 m2? 

En este piso, se ha empleado la madera y los tonos blancos y tierra como hilo conductor en todas las estancias. De hecho, es lo que ha permitido elegir un color azul turquesa para el sofá, que da vida y se convierte en el centro de atención. Gracias al arrimadero se crea continuidad entre estancias, además de elegancia y un punto clásico.   

Uno de los hándicaps de este piso es que el salón tenía forma de L. ¿Cómo lo solucionó la estilista Olga Gil-Vernet? Con muebles a medida estratégicamente colocados y una puerta que sirve de separación de la zona de despacho para una de las hijas de la propietaria. ¡Atenta, porque este piso tiene muchas más ideas increíbles!

Aquí otro ejemplo de piso de obra nueva que no estaba a la altura. Para solucionarlo, la interiorista Pia Capdevila eliminó los tabiques que separaban la cocina: la mesa de comedor que ves en la imagen es la continuidad de la isla. De hecho, la solución fue que toda la decoración girara a esta zona. En el salón, se aprovechó cada recoveco para ganar almacenaje (además que de tirar tabiques siempre ayuda). También se ayudó de soluciones a medida, como el sofá rinconero o la estantería inferior. 

Otra de las necesidades de los propietarios era más almacenaje. Para ello, los muebles a medida son la clave. Para ganar más espacio, se robaron varios centímetros de la habitación infantil y así quedo espacio para los empotrados. E, incluso, la zona de la ventana se aprovechó con un zapatero a medida. ¿Vemos el resto de este bajo de 75 m2?  

Este piso derrocha estilo y personalidad gracias al muy pensado uso del color de la decoradora Elena Eyre. La pared del salón, de un atractivo verde musgo con matices, da elegancia, pero también un punto contemporáneo. Así se enmarca la chimenea de madera, una pieza con especial significado para la propietaria, ya que la hizo su abuelo.   

Para enmarcar aún más la zona del cabecero, la decoradora empleó de nuevo el mismo color en la pared, de manera que se funde con el cabecero, de la misma tonalidad. Como contraste, las lámparas suspendidas que, en realidad, son boles de madera trasnformados en luminarias. Este piso tiene muchos más detalles en los que el color es protagonista.

En este ático, fue la interiorista Celia Crego la responsable del cambio. Tiró tabiques, abrió la cocina y se sirvió del color blanco con distintos matices para decorarlo. Y, donde antes no había sitio ni para el comedor, ahora hay una bonita mesa de centro de madera que sirve de nexo entre la cocina y el salón. 

Decorar un ático abuhardillado siempre supone un reto. Y es puede ser complicado aprovechar los huecos que dejan las paredes inclinadas. Aquí, la interiorista se decantó por un escritorio corrido con la zona de trabajo bajo la ventana y huecos de almacenaje a la vista en el resto. Bonito, ¿verdad? Mira cómo quedó el resto de este ático abuhardillado.  

No todo tiene que ser paredes blancas y tonos neutros. Este ático en Bilbao decorado por Begoña Susaeta, de Sube Interiorismo, es muestra de ello. Y es que eligió una atrevida combinación para darle vida a un piso que, aunque estaba reformado, no tenía personalidad. Así el color azul inunda las paredes (aunque no lo parezca es papel pintado) y contrasta con detalles en naranja, que suben la temperatura y dan calidez. 

Aunque no es lo habitual, a veces no queda más remedio que poner el cabecero debajo de una ventana. Fue la solución que encontró la interiorista para dar espacio a todos los elementos de la estancia sin perder espacio. El azul agua marina de las paredes (también es papel pintado) sigue la línea cromática de este increíble ático en Bilbao.