Especial mini pisos: 20 salones pequeños y estilosos de menos de 20 m2 llenos de ideas para copiar (con los planos de cada uno)

Un loft pequeño y coqueto donde se aprovecha cada milímetro. Salón, comedor y cocina se han colocado en línea. Tienen los muebles justos: el sofá arrimado a la pared; la cocina abierta y un banco en el comedor que hace de separación. 

El exceso de mobiliario harán tu salón todavía más pequeño. ¿Cómo saber si tienes demasiados muebles? Aplica la prueba de los tres tercios: Divide mentalmente el salón en tres partes iguales. Si juntas todos los muebles deberían caber en un tercio, si no es así, tienes más piezas de las que necesitas. No ocurre en este salón donde los elementos no son excesivos.

Ya sea de parqué, cerámica, microcemento ¡o una alfombra!... un suelo claro amplía cualquier espacio. ¡Así de sencillo! Además, en este salón la paleta de beiges son los protagonistas salpicados con detalles vistosos que conforman un ambiente alegre y relajado.

Si tu salón es pequeño, no te preocupes, ¡hay muchas formas creativas de hacer que luzca hermoso y funcional! Aquí tienes algunas ideas e inspiraciones para sacar el máximo provecho de un salón pequeño.

La nueva distribución de este piso de dos habitaciones ha optado por convertir un pasillo en parte del salón y la cocina abierta al espacio. Un panel separador de cristal permite llevar la luz hasta el último rincón.

Así es. En este mini salón la pared de cristal de cuarterones lo ha llenado de luz y un aire moderno. Además, sirve de base para apoyar el sofá esquinero, la mejor opción en pocos metros. 

Al abrir totalmente la cocina, este salón ha ganado puntos de luz a través de las dos ventanas que dan a la terraza. Aquí también un gran sofá rinconero es la mejor opción para ganar asientos en pocos metros. 

Además, los tonos claros del sofá y el espejo en cuarterones consiguen ampliarlo todavía más e incrementar la sensación de espacio. 

La mayor ventaja de una cocina abierta es que los anfitriones pueden preparar la comida mientras disfrutan de la compañía de los invitados en todo momento. La combinación de blanco y madera es luminosa y cálida. 

Antes de la reforma, la cocina era independiente y daba al pasillo. El baño estaba en el sitio del actual vestidor. Las puertas correderas y la fusión entre salón y cocina han regalado espacio a este piso y la cocina ha ganado luz natural.

Este salón opta por los tonos claros y serenos como el blanco y el beige. El espejo en la pared ayuda a ganar sensación de amplitud. Otro truco: colocar el sofá junto a la ventana para que el salón parezca más grande.

Tal y como muestra el plano de este piso esquinero, la cocina abierta ocupa una de las paredes. En el centro de la sala, la mesa a un lado y el salón al otro quedan perfectamente delimitados.

Un mueble distinto, como este puf en azul marino, le da un toque de carácter al salón. Combinado con los otros textiles en tonos pastel todavía destaca más. 

En este piso de 50 m2 se cocina, trabaja, recibe y, sobre todo, vive. Para que quepa todo han optado por una decoración a base de muebles compactos y extensibles, como el sofá cama o la mesa del comedor. 

Los revestimientos blancos, beige y crudos alejan paredes, techos y suelos y son perfectos en pocos metros. El sofá cama es una solución muy versátil cuando quieres tener una cama extra cuando hay invitados en casa. 

Este salón comedor, de apenas 17 m², tiene dos cosas a su favor: su planta rectangular, que ha facilitado su distribución, y la gran apertura que lo abre a la terraza inundando el espacio de luz. 

El blanco cálido con el que Mengíbar Blanco Estudio decoró el salón comedor también contribuye a ganar sensación de amplitud. Y la elección de pocas piezas, ligeras, como los sofás tapizados en blanco, y de doble uso, como los taburetes que pueden servir de mesa auxiliar extra o los peldaños de la escalera que son además cajones para guardar, son el broche final. En los salones pequeños, el ingenio siempre suma.   

Este salón es pequeñito, pero la decoradora Natalia Gomez Angelats lo ha planificado para que no le falte de nada. Gracias al gran ventanal que lo abre a la terraza, disfruta de mucha luz natural, y el sofá rinconero se adapta como un guante al espacio multiplicando las plazas de asiento. 

La librería, que integra además el radiador, aprovecha un espacio que de otra manera estaría sin uso y, a la vez, ofrece espacio para guardar. Además, la decoradora abrió una ventana interior en la pared del sofá para llevar más luz a la cocina y ganar, a su vez, profundidad visual. El arrimadero, también en gris, viste y protege las paredes.  

Este salón comedor apenas supera los 15 m² y, a pesar de todo, ¡se ve tan amplio! La clave ha sido, por un lado, eliminar el tabique que separaba el salón del comedor y levantar otro que sirve para dar intimidad a la cocina.  

Al eliminar el tabique que separa salón y comedor, no solo se ganó espacio y sensación de amplitud, sino luz, lo que contribuye, a su vez, que el espacio se vea más amplio de lo que en realidad. Además, la terraza, que discurre paralela al salón, regala profundidad visual y hace que el salón "crezca" hacia fuera. 

Las ventanas y la planta irregular de este salón comedor han marcado su distribución. Para que nada frenara su paso, el sofá se arrimó a la pared más larga y se dejó el rincón, con la ventana, libre de obstáculos. Y lo mismo con las butacas, que cierran el estar sin ser un "muro" para la luz. El comedor, en paralelo al salón, se ha equipado con una mesa redonda, que resulta menos pesada. 

El color no está reñido con los espacios pequeños. Y este salón, proyectado por la decoradora Begoña Susaeta, es buena prueba de ello, porque las paredes se han empapelado en este personalísimo Azul Bilbao, que suma personalidad y da un extra de recogimiento a un espacio que, siendo pequeño, cuenta con techos de más de 5 metros de altura. 

La decoradora Marta Prats exprimió cada cm de este salón con una nueva distribución. De origen el sofá estaba en medio del estar y todo quedaba muy comprimido. Así que lo arrimó a la escalera, ganando un espacio central despejado y un salón más amplio, a pesar de ser pequeñito. 

Pocas piezas, ligeras y que no supongan un obstáculo, ni para la luz ni para el paso. Así es como la decoradora planificó este salón abierto al comedor y a la cocina. Las piezas más voluminosas, como el mueble debajo de la tele y el sofá se eligieron en blanco, para aligerarlas, y el toque cálido se reservó para las mesas de centro y la butaca, tapizada en una original tela de saco. 

Integrar la terraza al salón, cuando es posible, es una solución magistral para sumar metros al estar. Y es lo que hizo aquí la decoradora Pia Capdevila, que convirtió una pequeña terraza sin uso en metros útiles para el salón. 

Para que el salón disfrutara del máximo de luz natural posible, la decoradora cerró la terraza con ventanas y aprovechó la parte inferior con un mueble a medida en "L" que complementa el almacenaje del salón y sirve de librería del agradable rincón de lectura. 

La planta principal de este mini dúplex de apenas 40 m² se destinó a la zona de día, con un salón abierto a la cocina que, a su vez, integra una barra que sirve de comedor. 

En este salón mini la decoradora Gema Ospital optimizó el espacio con un sofá con módulo chaiselongue, que permite ganar más plazas de asiento y da más juego. Para reducir su peso visual elígelo del mismo color que las paredes, así se hará "invisible". Si lo colocas junto a una puerta a la terraza, como en este caso, opta por una chaiselongue sin brazos para que permita el paso a la ventana y la luz fluya sin obstáculos. 

Este salón de apenas 20 m² se ha optimizado con dos soluciones magistrales: con la reforma se anexionó el balcón al estar, lo que permitió sumar metros útiles, y el sofá se colocó en medio como separación del salón del comedor y la cocina. 

En este salón, el rey indiscutible es el sofá, una pieza amplia y con chaiselongue que llena y cierra el espacio. El resto de muebles son ligeros, como las mesas de centro, que además se pueden mover fácilmente según las necesidades, y de tonos claros, en sintonía con el look nórdico y relajado de este piso.  

La arquitecta Mar Marcos se enfrentó al reto de aprovechar al máximo una zona de día diáfana y pensada para disfrutar en familia (numerosa) sin renunciar a un sofá amplio y una mesa amplios. El sofá rinconera, arrimado a la pared, y el mueble que integra la chimenea y se convierte en banco de la mesa del comedor fueron las claves. 

Además de contar con un sofá amplio que aprovecha el rincón con una plaza extra, la arquitecta ideó un mueble de salón que, cuando reciben, se equipa con colchonetas y regala plazas de asiento extra al calor de la chimenea. 

La planta cuadrada de este salón ha sido clave para aprovecharlo al máximo, con las dos piezas más pesadas arrimadas a la pared y dejando una zona central despejada para poder moverse sin problemas. El gran sofá rinconero multiplica las plazas de asiento y la librería hace, a su vez, de mueble del salón. 

Un gran cuadro en el centro de la pared llama la atención y crea profundidad en este salón pequeño, pero bien aprovechado. 

Este salón no supera los 15 m² y aún así disfruta de todo lo necesario. La clave es optar por las piezas básicas y no recargar en exceso el espacio, que se vería más pequeño de lo que es. Un mueble bajo sirve de apoyo de la tele y el sofá, de dos plazas, se ha completado con una butaca. 

Alíate con las fibras naturales, cálidas y a la vez frescas, y en muebles distintos para que aporte personalidad a tu salón. 

Este salón se ha organizado en ambientes, convirtiendo la zona de paso al comedor en un estar extra más informal. En ambas zonas se ha optado por piezas de asiento de respaldo bajo para que no sean un obstáculo para las ventanas.  

El blanco es sinónimo de luminosidad, pero no es el único que posee la habilidad de “agrandar” una estancia. El gris también es un aliado perfecto para espacios pequeños. Y aunque las butacas son oscuras la luz natural y la mesa de centro transparente compensan su peso visual. 

Este salón se ha planificado "esponjado" para que dé mayor sensación de amplitud. En vez de llevar el sofá de pared a pared, lo mismo que con el mueble de la tele, se ha optado por piezas más pequeñas que no llenan tanto el espacio.  

Si tienes un salón pequeño, usa muebles ligeros y funcionales. La versatilidad es clave en un salón de pequeñas dimensiones. ¿Otro truco que nunca falla? El binomio blanco y madera.

El gran ventanal en "L" de este salón fue el gran reto al que se enfrentó el decoradora Pepe Llaudet a la hora de planificar su distribución. En vez de dar por perdido el gran ventanal, diseñó un mueble bajo a modo de banco que salva la ventana y lo completó en el lateral con una librería. Y el sofá, rinconero, aprovecha todo el espacio. 

Los muebles a medida son una buena inversión y ofrecen la posibilidad de no dejar ni un cm desperdiciado. Aprovecha los muebles bajo las ventanas para ganar almacenaje o coloca estantes entre la pared y un pilar de carga y podrás ganar una librería u hornacina.