Consigue una casa más joven y actual en 13 pasos

Lo perfectamente coordinado suena a pasado. Mezcla piezas de distintos estilos y añade color o, si prefieres los tonos claros, apuesta por introducir piezas de madera en bruto, como la mesa del salón que verás ahora, que da un punto de naturalidad a un espacio muy muy clásico. Y si te gustan los toques modernos, otro cambio que actualiza el clásico sin complicaciones: añadir una lámpara más actual en negro es un acierto. ¡Qué giro puede dar un espacio con una sola pieza!

Como dice Pia, ¡los complementos importan mucho! "Por ejemplo, no se llevan los espacios muy estudiados con textiles supercombinados. Ahora lo que nos gusta es mezclar tendencias, colores y acabados en cojines, cortinas, tapizados... ¡Incluso en paredes enteladas!".

Y la luz también es clave. "Hemos de decir NO a la luz fría. Esos paneles de luz blanca polar ¡deberían estar prohibidos! –ríe la interiorista–. Lo suyo ahora para que una casa se vea actualizada son las iluminaciones indirectas, los focos estratégicamente colocados, una lamparita entre libros, etc".

"Las baldosas hidráulicas cambian radicalmente el aspecto de un espacio. Pero depende del nuevo look que le queramos dar a la casa –nos aconseja la decoradora Pia Capdevila–. Por ejemplo, para un aire minimalista, cemento alisado o un pavimento continuo. O madera, que hay de todo tipo para adaptarse a todos los estilos".

Tienen mucho peso en la decoración y ellas solas pueden hacer que un espacio se vea más o menos actual. Imagina este mismo comedor con una lámpara de techo distinta. Esta de tela y gran tamaño aporta frescura, delimita claramente la zona del comedor y es espectacular. Un cambio muy vistoso con una inversión mínima.

¿Y si los muebles están muy pasados? Para Pia pintarlos para actualizarlos es una buena opción, pero también hacer cambios en ellos: renovar los pomos puede ser uno, pero también hay otros que transforman la pieza por completo, por ejemplo, sustituir el típico sobre de cristal de esas mesas de centro que han quedado anticuadas por uno de mármol o piedra natural, o por uno de chapa metálica. 

Si no cambias el color de las paredes (o sí), cambia los cuadros. Tienen un gran poder visual. Puedes optar por una combinación de cuadros pequeños o bien por piezas de gran formato como este retrato de Lídia Masllorens, que pueden darle un aire totalmente distinto al espacio.

El azul y el verde intenso son máxima tendencia este año, pero también el negro, ¿o no te has hartado de ver cocinas negras? Si te atreves y tienes suficiente luz natural como para compensar, pinta de negro los frontales de la cocina. Y si no, siempre te quedan piezas más pequeñas como las sillas. Un toque extremado que rejuvenecerá tu comedor al instante. 

Pia lo tiene claro: la mate. Para paredes y techos. En cuanto a colores, lo dicho: apostar por oscuros es un acierto. "Atreverse es divertido, pero los techos, mejor blancos. Me encanta como contrastan", añade. 

Pero, además de la pintura, está el papel pintado: "Los papeles dan muchísimo juego y no representan un gran lío", dice. Aquí existen mil acabados, colores y estampados, y te puedes arriesgar sin problema en su elección porque si te cansas pronto, cambiarlo es muy fácil y no resulta caro. Mira cuánto cuesta poner papel pintado en una habitación.   

Renovar las puertas es definitivo. O pintarlas para que parezcan nuevas. Las carpinterías marcan mucho el estilo de una casa y ya no se llevan las maderas oscuras. Además, es un cambio que no necesita obra, sino solo pequeños retoques.

En cuanto a los suelos, actualizarlos no siempre implica levantarlos. "Si nos hemos cansado de ellos, pero no queremos (o no podemos) hacer obras, podemos 'ocultarlos' jugando con alfombras, o podemos optar por suelos vinílicos que son muy fáciles de colocar", aconseja la decoradora. Hay incluso alfombras vinílicas. Consiguen un cambio de look radical en un plis y son muy fáciles de limpiar: una pasada con la fregona ¡y listos!

Ahora bien, si hablamos de muebles antiguos que tienen un valor sentimental, lo ideal es reubicarlos, buscarles un espacio nuevo y quizás una función distinta. "O, si se quiere –añade Pia–, se les puede dar una pátina atrevida de color o cambiarles alguna pieza concreta para aligerarlos". Mira cómo lo ha hecho la interiorista con esta vitrina.