Una casa moderna, abierta y estilosa a las afueras de Madrid. ¡Tiene muchos muebles ingeniosos para copiar!

Los propietarios de esta casa llevaban tiempo buscando una vivienda de una sola planta para ellos y sus tres hijos. Ya estaban perdiendo la esperanza cuando su actual hogar salió a la venta. ¡Y en el mismo barrio donde vivían!, a las afueras de Madrid. 

No dudaron ni un segundo y compraron la casa, aun en estado de semiabandono. "Mi obsesión era dar con un espacio sin escalones ni dificultades para mi hijo Javi, que tiene discapacidad. De ahí que tirásemos la vivienda abajo, excepto los muros de carga, y optásemos por una distribución en la que el dormitorio del niño está en el centro y el resto de las estancias a su alrededor", explica la propietaria. 

Tal era el cambio que necesitaba la casa, que la reforma se alargó 9 meses: "La distribución original estaba llena de recovecos y pasillos, muy de los años 80, y eso había que eliminarlo", señalan las responsables del proyecto, Alba Hernández y Gloria Viejo, de Dorotea Estudio. "El gran objetivo era que no hubiese barreras visualmente ni físicas", continúan. ¡Dicho y hecho!

El recibidor es una buena muestra. Con armarios blancos y lisos de suelo a techo, es amplio, luminoso y tiene muchísima profundidad. "Quería que el jardín y la piscina se vieran nada más entrar, desde el mismo vestíbulo", apunta la propietaria. 

De ahí los enormes ventanales que se ven al fondo y que consiguen que el salón, el comedor y la cocina se abran aún más al exterior en un mismo espacio diáfano. "Triplicamos el tamaño de las ventanas. Si no las hice más grandes fue porque nos dijeron que podían salir humedades", nos confiesa la propietaria. 

La elección de un mismo suelo porcelánico para casi toda la casa (incluso reviste la piscina) ayudó a reforzar esa conexión interior-exterior. Las interioristas lo eligieron en un tono claro, un color crema que, junto a las paredes y las cortinas blancas, distribuye muy bien la luz. 

El toque cálido lo dieron con las vigas naturales del techo y el mobiliario de madera. También gracias a los textiles, con alfombras y cojines en tonos terracota. "Somos muy de quedarnos en casa. Para nosotros era importante crear esa sensación acogedora", apunta la propietaria. 

En este sentido, la pared con lamas de madera de salón juego un papel importante: porque refuerza esa sensación de calidez, pero a la vez sirve para ocupar o descubrir la televisión. Y es que no es un armario. En realidad es un mueble con dos paneles correderos. Este era otro deseo de la familia, y Alba y Gloria lo hicieron realidad. 

Tal y como nos explican, "muchos elementos de la casa, como el mueble del televisor, la cocina, los cabeceros o los muebles de los cuartos de baño, los diseñamos en el estudio para huir de soluciones estándar". Eso sí, las mesas y las sillas - confiesa la propietaria-, están inspiradas en los cientos de números de El Mueble que se estudió durante meses antes del proyecto. 

La cocina abierta es otro sueño cumplido. Con mobiliario blanco, de frentes lisos y sin tiradores, es una extensión más del salón comedor. "Así teneos a los niños en nuestro campo visualmente mientras trasteamos en los fogones, y disfrutamos de momentos compartidos", explica la propietaria. 

Algo que también contribuye a la gran isla blanca, prolongada a modo de office, y el acceso al porche. En esta casa las sobremesas se alargan al aire libre. 

Ahora pasamos a los dormitorios. Y descubrimos una habitación infantil de lo más fresca y tranquila con baño incorporado. Siguiendo la tónica decorativa de toda la casa, aquí también predominan el blanco y la madera, mientras la luz natural entra a raudales a través de unas prácticas ventanas de tejado. ¿El elemento estrella? Está claro: la cama de madera en forma de casita. 

En el dormitorio principal nos aguarda otro baño blanco en suite, pero esta vez con la ducha y el tocador abiertos a la habitación. No en vano, la propietaria quiso prescindir de todas las puertas posibles en busca de esa amplitud tan anhelada. Las vistas al jardín se reflejan en el espejo del lavabo y son lo primero que ven por la mañana. 

En el dormitorio principal también nos fijamos en que la cama está enmarcada por un gran cabecero a medida y tanto la mesita como la banqueta incorporan fibras y toques de negro, un guiño muy actual. 

Las interioristas se despiden revelándonos uno de los mayores secretos de la casa, "tanto en la suite como en el salón, el comedor y la cocina subimos los techos, que ahora elevan casi tres metros, algo que da muchísima luz a las estancias". El resultado, una casa de lo más acogedora. ¡Hasta pronto!