La casa sobre el acantilado: enamora con su blanco y su decoración exquisita

La decoración también fue exprés: “En un mes y medio la teníamos lista. Con esas vistas solo necesitábamos crear una base neutra que acompañara”, explican Alba Hernández y Gloria Viejo, de Dorotea Estudio, encargadas de vestirla.

He visto casas espectaculares, pero ninguna como esta”, nos dice con razón su propietario, Javier. “Quedamos impresionados con su ubicación, en pleno Pechón de Cantabria, y sus grandes ventanales con vistas al mar”. Y tal fue el flechazo que no tardaron ni una semana en hacerse con ella: “La vimos un sábado y al miércoles siguiente ya firmábamos”, ríe Javier. Ahora, se puede alquilar para vacaciones en Wishome. 

“Apostamos por el blanco como color dominante, acompañado de muebles demadera y cortinas de lino, como si de velas de barco se trataran”, aseguran las decoradoras.

“El anterior propietario había reformado la casa con criterio”, apunta Javier. “No tocamos ni la sólida estructura (anclada directamente a la roca), ni las cristaleras, ni la distribución de las tres plantas sobre los acantilados del terreno”.

“Como todas las vistas del salón eran buenas, no sabíamos hacia dónde orientar los sofás”, confiesa Alba. “Al final decidimos poner uno en el centro y, tras él, el comedor. Añadimos toques de negro, como las lámparas de techo a juego con la chimenea".

La cocina sí es nueva. “La diseñamos igualmente blanca, con una gran zona de trabajo y una isla que permite cocinar y charlar a la vez”, cuenta Alba.

Un secreto: “En la campana creamos un armario a medida para el especiero”. Los taburetes de madera dan mucha calidez.

Las decoradoras de Dorotea Studio apostaron por muebles de aluminio en el exterior, porque aguantan mucho más los rigores del clima cántabro.

Y el dormitorio principal transmite paz absoluta, con unas vistas y una luz aún más increíbles. Tanto, que acompañaron las cortinas de lino de unos estores opacos para asegurar el descanso. El cabecero está tapizado y la ropa de cama es de suave turquesa".

“El lavabo de mármol negro ya estaba y nos encanta el contraste”, explican las decoradoras. En la bañera, con vistas, pero a salvo de miradas indiscretas, se hizo de obra una repisa para poder dejar jabones, libros, velas...