Esta casa en Mallorca era una granja abandonada y ahora es la casa rústica e ibicenca más bonita del verano
Érase una granja abandonada que una interiorista apasionada por la tradición mallorquina convirtió en un hogar sereno, artesano y lleno de ideas inspiradoras. ¿Quieres verla?
Esta granja abandonada en Mallorca era tan especial que Paula Rombys Falkenstein decidió quedársela y convertirla en su casa. Su estudio, Freer Living, está especializado en detectar el mágico potencial de fincas desaprovechadas, transformarlas y, normalmente, venderlas. Si existiera el cargo de ‘embajador de interiores’, Mallorca tendría que nombrarla a ella. De su amor a la isla nació el estudio responsable de la reforma, paisajismo y decoración de su nuevo hogar. ¡Entramos!
La interiorista y paisajista llenó el exterior de agapantos, glicinias, gauras, lantanas, rosas iceberg...
El Mueble
La entrada, una maravillosa bienvenida
"El terreno está en la falda de una montaña, y nos enamoramos de las vistas y de lo cerquita que está de un pueblo. En la construcción principal dormían las ovejas. Está ampliada con anexos y es la original, con muros de piedra y adobe mallorquín. Estaba tan deteriorada que fue necesario hacerle un tejado y cimentación nuevos", explica Paula.
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Sofá Chesterfield de Flamant, candelabros antiguos marroquíes y mesa de centro de Rialto Living.
El Mueble
El estar es una ampliación de la casa, muy acogedor con blanco y madera
De un rústico y verde espectacular jardín con olivos y frutales llegamos a un interior lleno de detalles tradicionales. "Un artesano local estuvo una semana atando una a una las cañas del entrevigado del techo del salón", explica Paula.
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Salón con sofás blancos y alfombra, de Freer Living. Sofá chester de cuero, de Flamant. Mesa de centro, de Rialto Living.
El Mueble
Es de estilo rústico y enamora (y se ve la cocina)
En la sala de estar, esas vigas de madera, los sofás blancos con fundas de lino, la madera de la mesa de centro y el muro de piedra, que era donde acababa la granja, marcan la personalidad. Una elegante y natural personalidad. La librería es de madera maciza lacada y se apoya en una estructura de hierro que sostiene ese muro de piedra, frontera de la ampliación.
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Muebles de roble y encimera de mármol, de Freer Living. La campana se ha integrado dentro de un cajón de obra blanco.
El Mueble / Stella Rotger
La cocina es amplia, luminosa y tiene una gran isla
"La cocina está hecha de roble macizo mate”, prosigue Paula. Bajo la encimera, el almacenaje es casi todo de cajones. “Conseguimos un mármol blanco que resultó muy resistente y que añade luz”, prosigue.
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Cocina con lámparas colgantes de IKEA, y taburetes de Cox & Cox.
El Mueble / Stella Rotger
A lo grande y con presencia
También suman luz el azulejo artesano y la decisión de pintar de blanco sobre las vigas originales, por no hablar del exquisito orden y el hecho de que toda la cocina (como el resto de la casa) esté abierta al jardín.
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Butacas de Kubu importadas por Freer Living. Mesa hecha a medida por un carpintero.
El Mueble / Stella Rotger
En el comedor, la fibra se vuelve algo indispensable
Integrado en la cocina está el elegante, pero rústico comedor. Sobre el tablero de la mesa de teca: "lo lijé y le di una cera para aclararlo, pero dejé las patas como estaban", explica Paula.
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Dormitorio principal con zona de estar con sofá en capitoné y puff a modo de mesa de centro.
El Mueble
El dormitorio principal es elegante, pero rústico
El dormitorio principales el lugar favorito de la propietaria; es su refugio. Mantiene la magia de la casa con las vigas a la vista, una cálida chimenea con troncos de madera que decoran, un gran puff de capitoné que hace a su vez de mesa de centro en la mini salita de estar, unos detalles decorativos elegantes, unos textiles de calidad muy ligeros... "Con todo esto y más he conseguido crear en mi habitación un ambiente acogedor y con mucho carácter, tal y como quería", confiesa Paula, muy orgullosa de su obra. ¡Para no estarlo!
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Cabeceros, cama, cortinas de lino (de Loro Piana) y mesitas, todo de Freer Living. Banco de Tine K Home. La ropa de cama es de Filocolore.
El Mueble
Fresco, veraniego y súper relajante
En el otro dormitorio, de nuevo mandan la claridad y la tradición: "las mesitas de noche son viejas mesas camilla forradas en un lino grueso, como el cabecero y las cortinas", matiza Paula. Son blanco roto, el color de la calma. ¡Qué elegante!
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Baño con ducha aislada con una mampara de cristal.
El Mueble
El baño es moderno, blanco y luminoso
El baño de la suite, a diferencia del resto de la casa, es algo más moderno, aunque manteniendo ese deje elegante y funcional. Predominan los tonos blancos y la abundante luz natural. La ducha se encuentra aislada en un rincón del baño y está delimitada por una mampara de cristal transparente, lo que permite que la luz fluya sin obstáculos, aumentando la sensación de amplitud en la estancia.
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Porche con sofá, diseño de Freer Living. Cojines realizados con tela de Bujosa y Sunbrella. Butaca y mesas de ratán, de Tine K Home.
El Mueble
Los muebles de exterior y textiles van a juego con el paisaje
El porche de estilo rústico está encantadoramente adornado con una pérgola de piedra y unos textiles verdes, como los cojines y las fundas del sofá, aportan ese toque de frescura y vida a la estancia, combinándose a la perfección con el entorno privilegiado de la isla.
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Una gran piscina protagoniza el jardín.
El Mueble / Stella Rotger
La casa está rodeada de verde y tiene una piscina de ensueño
Nos despedimos de esta alucinante casa con una vista de la nave completa, del jardín y de la piscina donde se puede apreciar donde termina la construcción original y empiezan las nuevas edificaciones.