De granja a casa de ensueño: un paraíso decorativo para los amantes de la vida slow
En una finca agrícola de 1940 en el Ampurdán, Emma ha cumplido todos sus sueños. Una pátina de poesía baña cada rincón, convirtiéndola en una casa de la que es imposible no enamorarse
El pasado como finca agrícola de esta casa en el Ampurdán se siente y se subraya gracias al proyecto de reforma de Quintana Partners, quienes la han amueblado con piezas de anticuario y piezas a medida en sintonía con la esencia de la vivienda y el paladar de su propietaria, Emma. La casa se alquila por estancias cortas en cancasihouse.com.
La trepadora es una glicina. Mecedoras de Antic Centre. Sillas de Maisons du Monde.
El Mueble
Un exterior muy payés
Emma tiene dos pasiones: el Ampurdán y la decoración. Y en esta, su nueva casa, les ha escrito una carta de amor a ambos. La ayuda de su hijo Benito hace de esta historia, además, algo especial. Él es socio, junto a Pol Castells, del estudio Quintana Partners, artífices de la reforma.
2 / 11
Mecedoras y mesa de Antic Centre. Cojines de Filocolore. Suelos de toba recuperada.
El Mueble
Un porche para relajarse
“Aunque era una finca agrícola de 1940, los anteriores propietarios ya la reformaron de manera muy inteligente, así que intervinimos poco en obra y más en interiorismo: cambiamos acabados, pinturas, combinaciones de materiales...”, nos explica Pol cuando llegamos. Por su parte, el jardín y el porche también recibieron unos cuantos mimos.
3 / 11
Alfombra de BSB. Tinajas antiguas coleccionadas por la propietaria.
El Mueble
Un recibidor atemporal
El verde savia de la puerta de madera y cuarterones de cristal (atención a la tinaja centenaria, una de las pasiones coleccionistas de Emma, que la adornó con ramas de olivo del propio jardín). “Recuperamos los suelos de toba rojiza y, en el jardín, conservamos elementos como los olivos y la impresionante glicina del porche. Añadimos gravilla y las nuevas plantas (que separamos por variedades) son todas especies autóctonas, para que sea muy fácil de mantener el exterior”, nos explica Emma.
4 / 11
Sofá blanco mod. Ascot de Crearte. El rosa es de Quintana Partners con tela de Dedar Milano. Mesas de roble antiguas. Lámpara de pie y espejo del Mercado de Las Pulgas de París. Alfombra de KP.
El Mueble
Un salón que refleja una personalidad
“Ella tiene un gusto y un estilo muy femeninos. Por eso apostamos por elevar los interiores con toques de color, como el rosa antiguo del sofá de terciopelo del salón”, añade Benito.
5 / 11
Butaca de Quintana Partners. Cortinas de Gu¨ell-Lamadrid. Mesas de centro antiguas, como el aparador tras el sofá. Cojines de Filocolore y Gu¨ell-Lamadrid.
El Mueble
Un color para cada estancia
En cada estancia manda un color. En el salón es el blanco, que contrasta con el marco de madera de la chimenea, de un anticuario de Florencia.
6 / 11
Mesa de roble antigua y sillas con telas de Guëll-Lamadrid. Todo diseñado por Quintana Partners.
El Mueble
Un comedor para la dolce vita
Y en el comedor, nos encontramos con tonos oscuros, perfectamente engamados con el tono berenjena de la lámpara y las sillas, hechas a medidas por los interioristas. “Son sillas pero con las comodidades de un sillón, porque esta estancia está pensada para largas sobremesas”, prosigue Pol.
7 / 11
Toda la encimera de la cocina, así como el suelo y las baldosas son de origen. Campana de obra forrada de cobre. La nevera y los fogones son de Smeg. Las cortinas son de Gu¨ell-Lamadrid.
El Mueble
Una cocina en la que pasar horas
Y, siguiendo por los colores, llegamos a la cocina, con paredes en un tono garbanzo. “Quería que fuera como una cocina antigua de campo inglés”, explica Emma, quien tuvo la idea de forrar la campana extractora de cobre, a juego con el menaje de anticuario que colecciona y que cuelga de la lámpara que, sobre la isla, diseñaron los interioristas para ella.
8 / 11
Sobre la cajonera de anticuario, mueble con estantes diseño de Quintana Partners, como los apliques y la lámpara de la isla.
El Mueble
Piezas cargadas de historia
“El cartel de una vieja iglesia en pan de oro, el mueble organizador de cajones y un antiguo mostrador de tienda (la actual isla) son piezas de anticuario que ayudan a conseguir el aspecto de campo sofisticado pero rústico que buscábamos”, apunta Benito.
9 / 11
Cabecero de Quintana Partners. Mesitas de noche de Antic Centre. Alfombra de KP, como la del vestidor.
El Mueble
El dormitorio con baño en suite
Y así llegamos al dormitorio. Siguiendo con el viaje cromático, aquí las vigas del techo de volta catalana se han pintado de un verde que enfatiza el color de las vistas.
10 / 11
Chaise longue de Crearte Collections. Lámpara de pie de Ceci Ferrero. Cesto de fibras de anticuario.
El Mueble
En el rincón de lectura
En el suelo de esta estancia se ve el juego constante de toda la vivienda: sobre la base de microcemento (que los interioristas sometieron a un tratamiento para hacerlo más resistente) colocaron enormes alfombras de fibras naturales. “Son casi todas de sisal con acabado en lana, un efecto deshilachado que nos gusta”.
11 / 11
Bañera de Duravit, diseñada por Philippe Starck. Sobre ella, espejo de Bicoca. Cuadros y puf de anticuarios.
El Mueble
Un baño al que teletransportarse
No hay ninguna pared ni puerta ni barreras entre el dormitorio, el mirador con su chaise longue, el vestidor a medida de Emma y el baño. Este parece una postal, con la bañera exenta y con su bellísimo espejo envejecido, montado sobre un marco de madera antiguo.