Si sueñas con una casa perfecta e impecable, esta es la más bonita y espectacular que verás hoy

“En general buscábamos un estilo andaluz contemporáneo –añade Nick– y dimos muchísima importancia a la zona del porche. Queríamos que fuera como una réplica del salón, para disfrutar tanto dentro como fuera. De ahí las vigas y el ojo de buey”, continúa el propietario, que está encantado con el completísimo salón exterior y el comedor con vistas a la piscina. ¡Los usan casi todo el año!

Dentro, la casa se transformó en un gran espacio diáfano y luminoso. Para conseguirlo, Sally propuso pintar de un gris muy claro las paredes y del mismo color, pero más piedra, las maderas. “Queríamos una paleta que transmitiera calma y conservara ese acento andaluz. Fue un desafío mantener todas las vigas y puertas, que originalmente eran de madera oscura, pero estamos muy contentos de haberlo hecho”, confiesa Nick. Al abrir las puertas hacia el salón, nos invade esa frescura. Enfrente, un mullido sofá en L invita a relajarse, mientras las grandes alfombras de color topo y beige visten el suelo, un porcelánico gris que veremos en toda la casa. “Lo elegimos porque transmite naturalidad”, dice Sally.

Al fondo del salón, justo detrás del sofá, queda este bonito mueble de madera con efecto envejecido que da paso al porche. Las puertas son correderas con cuarterones y cortinas de lino bajo moldura.

 El recibidor es amplio y luminoso, con una mesa de madera redonda, decorada con flores y otros detalles que aportan un toque rústico. Es la antesala del salón, al que se accede a través de puertas correderas con molduras.

El corazón de la vida en familia: un imponente comedor con capacidad para 12 personas y una cocina perfectamente integrada, con el mobiliario sin tiradores en otro delicado gris. Aquí hay varios elementos que sorprenden: la gran pared aprovechada con muebles de suelo a techo (¡no falta espacio para almacenar!), las preciosas ventanas con cuarterones que la bañan de luz y la pieza favorita del propietario, una comodísima isla en la que se ubican el fregadero, la placa de inducción y una pequeña barra para los desayunos. El
lateral de roble en la isla, junto a las baldas de madera y las cortinas con caída, da calidez a la cocina.

El salón interior tiene acceso directo al porche exterior, en el que hay dos zonas cubiertas frente a la piscina, una con salón y otra con comedor. El comedor cuenta con una mesa de madera con estructura blanca y sillas de madera con el respaldo de cuerdas anudadas. Una zona ideal para disfrutar de comidas y cenas al aire libre con vistas a la piscina.

La casa tiene cinco dormitorios más, todos en suite para cuando tengan invitados. ¡Ya nos decía Nick que en esta casa caben todos! En la planta de arriba, una de estas habitaciones tiene su propia salida a la terraza, con unas tumbonas puestas para relajarse. “Como el dormitorio quedaba oscuro por la noche, colocamos una caja de iluminación perimetral que baña de luz ambiental el espacio”, explica Sally, que se decidió por un papel pintado (de Romo) para decorar la pared de la cama. Es liso, con textura, y en un tono arena que combina con el cabecero acolchado.

Cuando entras en el dormitorio principal, a la izquierda queda un sencillo pero práctico tocador con espejo y cajones blancos en voladizo; y a la derecha, un romántico vestidor con armarios en paralelo. Todo diseño de Sally: “Redistribuimos este espacio para hacer una gran suite principal en la planta baja. Para atraer más luz, abrimos nuevas ventanas (fieles a los cuarterones), con la carpintería clarita. Si pasas, verás que la cama está rodeada de paisaje”, nos dice la interiorista, que siguió apostando por la fórmula blanco-gris en paredes, suelo y techo.

En el cuarto de baño, vuelve la escala de grises. “Queríamos que fuera como un spa, un refugio privado”, confiesa Nick, que tenía claro que pondrían una bañera exenta bajo la ventana para disfrutar de un buen baño con vistas. En esta casa, todo es calma y armonía.