Descubre el encanto de esta impresionante casa mediterránea en Mallorca con un porche, salón y dormitorio de ensueño

Los dueños de la casa compraron esta joya en Palma y encargaron la reforma a la interiorista Carde Reimerdes del estudio Seawashed Interiors. "Quería combinar el espíritu francés con el mallorquín en un espacio cálido, lo más armonioso posible", nos cuenta la interiorista. 

Empezando por el exterior, donde sacó el máximo partido al espacio y las vistas infinitas. "Mezclé el blanco con toques de turquesa, por el mar, y pinté las persianas de la fachada de verde olivo para introducir la naturaleza en casa", nos cuenta Carde.

Al tratarse de una familia numerosa, a la que también le encanta recibir amigos, Carde diseñó un porche muy acogedor. Aunque admite que fue difícil:"Las columnas no ayudaban demasiado, estaban colocadas de una forma muy extraña, así que las aproveché para crear diferentes ambientes", afirma Carde. “En uno diseñé una zona de descanso y lectura. El otro es un comedor exterior en el que pasar largas sobremesas”. Una delicia. 

Es indudable que también en el interior el paisaje no tiene barreras. Es todo muy natural y los toques turquesas siguen para enfatizar el mar de fondo. “Hay muchas lámparas y otros elementos de mimbre y fibras naturales que elegí para suavizar la estructura de la vivienda, que es muy sólida, y para darle un aire playero”, explica Carde. 

“Una de las claves fue añadir piedra, maderas recicladas, ratán y lino”. Y siempre con piezas muy personales y artesanas. “La carpintería es toda a medida, la hicieron unos artesanos de la isla con los que trabajo desde hace años”, señala. Muchos de los muebles, además, son españoles, realizados en Valencia. Y, también, aquí y allá, hay piezas vintage traídas de Holanda, o incluso de Bali. Una auténtica maravilla. 

La cocina queda abierta al comedor con unas puertas de granero. Dentro, nos dice Carde, “todo está hecho con piedra de Mallorca y maderas recicladas”. Con sus detalles en hierro y un gran fregadero de mármol muy decorativo. 

Para adaptar la casa a toda la familia, la interiorista diseñó en la parte alta del salón una segunda planta para cuatro dormitorios, con sus baños, y la habitación infantil de tres de los niños, ¡donde ninguno se molesta!

El espacio está muy bien aprovechado: Carde puso una litera arrimada a una de las paredes y una cama individual bajo la ventana, donde un pequeño armario hace también de cabecero. Además, tanto la cama como la litera tienen cajones para guardar. Y puso un par de puertas correderas para no ocupar espacio. En el cuarto de los peques nos explica que intentó “apartarles de los ordenadores a través de los textiles y el diseño”. 

En el dormitorio principal todo está pensado para disfrutar de un descanso placentero. La cama de matrimonio con dosel, el acceso directo al balcón, la ropa de cama de lino, las cortinas en un blanco crudo y con caída… 

El dormitorio también incluye un baño privado donde el blanco sigue siendo el rey. ¿Lo mejor de la casa? “Sus amaneceres y atardeceres frente al mar”, concluye. ¡Qué maravilla!