Verano

Las vistas de este apartamento hablan por sí solas. De hecho, la decoradora Mireia Torruella, interiorista de Julia Brunet Interiorisme, les cedió el máximo de protagonismo. Al ser una terraza estrecha y alargada, decidió aprovecharla con un completo comedor de verano. Y es que en verano, porque este apartamento se disfruta todo el año, es donde se trasladan las comidas. 

Acentúa la vida slow que te trae el verano con colores claros en el salón y amplía su frescor con grandes ventanales. Si no los tienes, refórmalos. Como hizo aquí la interiorista Mireia Pla para así disfrutar a placer de las maravillosas vistas al jardín de pinos y sabinas. Fibra y textiles en tonos tierra afianzan el apego a lo artesanal y natural.

El blanco es el color estrella de una casa de veraneo, pero es importante evitar que sea puro, porque puede deslumbrar o resultar frío. En este sentido, es mejor optar por el blanco roto que, además, combina muy bien con colores intensos como el azul, el turquesa o los alegres amarillo y coral.

Las alacenas son piezas decorativamente muy valoradas y, a la vez, muy prácticas para tener a mano el menaje. Además, dan mucho calor de hogar. Si quieres renovarla, atrévete a pintarla con chalk paint y conviértela en la estrella del comedor o del salón este verano. 

Los diseños con asiento o respaldo trenzado vuelven a llevarse. Aportan un toque rústico y también muy fresco, porque están ventilados y resultan menos calurosos. 

Lo ideal es que la cortina sea de trama abierta, que dé intimidad y evite que el sol entre en casa, pero también deje que se filtre la brisa y tenga movimiento. Elígelas de colores naturales o en blanco, que siempre resultará más fresca. El lino y el algodón son dos de los materiales estrella. 

Las alfombras de algodón son una alternativa a las fibras para el verano, dentro y fuera de casa. Son muy resistentes al calor, lavables en la lavadora, no acumulan electricidad estática y absorben muy bien la humedad. 

Atrévete a decorar una pared especial de tu apartamento de verano con una composición o collage de fotos, alguna postal especial, detalles decorativos... Darás personalidad y un toque desenfadado a tu segunda residencia. 

Son un aliado para el verano. Más allá que puedes llevártelas a la playa, también pueden servirte para habilitar un rincón de relax improvisado de quita y pon. Elígelas de telas resistentes a la humedad, lo agradecerás. 

El verano te permite ser más espontáneo y desenfadado a la hora de decorar la mesa. Así que atrévete y elige diseños coloristas o que nos evoque el verano, como esta vajilla blanca de loza ribeteada en azul. 

Los pequeños detalles importan y mucho a la hora de dar un look veraniego a la casa. Si se trata de un apartamento de verano, puedes copiar esta idea y decorar el pomo de alguna puerta con un colgante de un pez o un detalle marinero. 

Los muebles de bambú están de moda y, además, es un material perfecto para un apartamento de playa, porque da un look casual muy veraniego. Además, es muy resistente, fresco y sin apenas mantenimiento. Al ser muy ligero, puedes mover el mobiliario fácilmente dentro y fuera.

Las chimeneas, incluso apagadas captan la atención. Decora la chimenea en verano con una caja de madera llena de plantas aromáticas o una cesta con un ramo de lavanda o mimosa que aporte color. Decorar con verde nunca está de más y aporta un aire natural desenfadado a la estancia.

La madera es uno de los materiales esenciales para conectar el interior con la naturaleza del entorno. Elige tonos claros o, si tu casa de vacaciones está cerca del mar, puedes compensar su peso visual pintándola de blanco o decorando con colores claros para iluminar los interiores.

Si no puedes disfrutar del agradable balanceo de la hamaca, no pienses que te has quedado sin opciones. Puedes optar por un columpio o por una silla colgante, hay de muchos tipos (con forma de caparazón, de balón o de cesta), tan solo tienes que elegir el que se adapte más a tu estilo.

Con un sofá cama puedes ganar hasta dos camas. Los más cómodos son los desplegables con sistema italiano: la cama es fácil de extraer y ofrece un colchón de hasta 160 cm sin ninguna hendidura una vez abierto.

El ventilador es una buena alternativa al aire acondicionado (aunque no son incompatibles entre sí) que te puede ayudar a ahorrar en la factura de la luz. No enfrían el aire, pero con su movimiento crean ambientes más frescos de manera natural. 

Una de las máxima de la reforma fue la conexión con el mar. Por eso la cocina se abrió a la zona de día mediante un acristalamiento que ofrece vistas despejadas y, a la vez, sirve de "pared" de apoyo del sofá y de separación. 

Qué manera tan sencilla de transformar un salón de invierno en un salón de verano, únicamente cambiando los textiles. Si tu sofá es desenfundable, ponle una funda de lino durante la época estival, y mezcla cojines de diferentes tamaños y estampados en tonos blancos y azules. El resultado será de diez y habrás hecho el mínimo esfuerzo para conseguirlo (y sin gastar money).

En esta casa de campo donde el blanco da vida a los muebles, y la piedra vista a las paredes, los marcos de las puertas y las ventanas se han pintado en un azul muy suave que favorece la luminosidad y el ambiente estival. ¡Copia la idea!

Si tienes una casa de vacaciones en la costa, puedes permitirte decorarla con estilo náutico todo el año. Para un acabado sutil, decora la pared del cabecero con un papel pintado estampado con siluetas de veleros, y procura que no falten las rayas blancas y azules en los textiles de la cama. 

No se nos ocurre mejor pareja de colores para vestir una mesa de comedor de verano que el blanco y el azul. Aunque vivas en una ciudad sin costa, si eliges un mantel a rayas, unas lámparas de fibras teñidas de blanco y añades alguna que otra ilustración inspirada en el mar, el look os transportará a la playa.

Las terrazas y los jardines de verano ofrecen mayor libertad decorativa. Los motivos étnicos son excelentes acompañantes de las rayas, las borlas y los ribeteados. ¿Por qué no atreverte con uno o dos puffs a todo color?

Una silla de diseño tan llamativa como la que decora este salón en color azul, puede ser la pieza clave que marque el estilo del resto de la estancia. El mismo azul eléctrico lo vemos en cojines y pequeños elementos decorativos, todo ello sobre una base blanca que aporta el equilibrio necesario.

La amplitud de este porche rústico de esencia campestre permitió habilitar una completísima cocina de exterior, con una barbacoa para las comidas al aire libre y una gran encimera de mármol que integra el fregadero. 

Con permiso del mar, en el horizonte, la buganvilla es la protagonista de este porche, vistiendo con sus coloristas floras fucsia este estar de verano. 

Literalmente, este patio es un balcón al mar. La espectacularidad de sus vistas, con la isla del Portitxol, en Jávea, convierte a este terraza en un deleite para los sentidos. El decorador Pablo González habilitó un pequeño banco en un lateral, para que nada interfiriera las vistas, que lo completó con un toldo plegable de madera para protegerse del sol. 

1, 2, 3... relax. Y es que este porche es la estampa del dolce far niente. Sus confortables sofás de cuerda se han completado con dos sillas colgantes de fibras, perfectas para una siesta veraniega al fresco. 

Aprovechar la azotea de una casa en Formentera para habilitar un chill out es la mejor de las decisiones. Y decorarla con ese aire bohemio tan característico de esta isla, aún más. La pérgola se ha confeccionado con troncos de sabina, un árbol típico de esta zona, y se ha equipado con vaporosas cortinas para resguardarlo del sol. La conexión con el entorno natural es tal que la terraza cuenta con una zona con arena de la playa cercana. 

Una gran mesa redonda de madera preside este comedor de verano, que disfruta de maravillosas vistas a la piscina. Las butacas de fibras, junto con las tres lámparas de techo, dan ese toque natural y fresquito a un espacio pensado para compartirlo en familia. 

Son las dos palabras que nos vienen a la mente cuando vemos este bucólico salón de verano: campestre y romántico, con sus vaporosas cortinas blancas. Contrasta con esta estampa el gran sofá tapizado en "L" de aire más actual, que aprovecha el espacio al máximo. 

Blanco y azul, son los dos colores que se imponen en esta terraza malagueña decoradora por Cristina del Valle: el blanco de la pérgola, el pavimento y el mobiliario, y el azul del mar y el cielo. Precisamente, para no restar vistas al mar, la barandilla es de cristal. Los toques de color se han reservado para los textiles. 

El decorador Roger Bellera ha aprovechado esta terraza larga y estrecha para habilitar un completo comedor de verano. Y, para darle un punto más dulce al espacio, ha reseguido el perímetro con jardineras hechas a medidas con flores. La barandilla, de cristal, deja que las vistas se disfruten desde todos los rincones. 

Este porche es 100% natural. Por sus vistas despejadas al campo, en el que parece fundirse, y por la elección de materiales con el que se ha vestido: fibras, textiles naturales y muchas plantas, como esa preciosa buganvilla que colorea este espacio. 

Este porche ha mejorado, ¡y mucho!, tras pasar por las manos de la decoradora Meritxell Ribé, de The Room Studio. Se aprovecharon las obras para abrir esa gran ventana, que regala unas preciosas vistas al paisaje y las playas de la costa barcelonesa, y se completó el espacio con un banco de punta a punta del porche. 

Este porche es una invitación al dolce far niente. Su entorno natural, sus espectaculares vistas al mar, sus cortinas que ondea la brisa y esa esencia campestre tan relajada nos bajan, de inmediato, las revoluciones. ¿Te has fijado en la preciosa pared de piedra? Es de piedra seca, un tipo de construcción típica de las islas Baleares que se recuperó con la reforma. 

La mesa de madera que protagoniza este comedor, con una imponente presencia, no se pierde de vista gracias a las sillas elegidas para acompañarlo. Por un lado bancos en los laterales largos, que no roban las vistas, y coronando la mesa, unas butacas con fundas beige y faldón que potencian el clasicismo del que presume este porche. Los faroles que coronan el techo sirven para diferenciar los ambientes, sin que se vea afectada su unidad.