Paredes de cristal

La solución de esta cocina pasa por convertir la encimera de cocción en un mueble más ancho, con barra de desayunos al otro lado, pero con posibilidad de cerrarla con una ventana. Y todas sus paredes y puertas presumen también de cerramiento acristalado. ¡Sin trabas para que pase la luz! 

Esta cocina antes era el garage de la casa. Ahora, se ha convertido en una estancia con la ventana a modo de invernadero y muchísima luz. El cerramiento, al igual que tiradores y grifería, es negro, dotando de un contrapunto actual. ¿Y lo armarios altos? ¡Pues ninguno! Así se consigue un look mucho más ligero. ¡Mejor estantes de madera al natural!

Si no te fijas, no te das cuenta de que lo que hay encima de la zona del fregadero es una discreta ventana de cristal, que se mimetiza completamente debido al marco de madera, igual que el techo o la carpintería de las ventanas.

Mientras que la pared de cristal sirve para proteger el salón de la cocina, no se pierde la sensación de espacio compartido. Además, gracias a su ubicación –para ir al salón hay que pasar por ella– la convierte en centro neurálgico de este piso con muchos más trucos para sacarle todo el partido al espacio.

Ni una cosa ni la otra. La pared de cristal la separa del recibidor, pero sin impedir el paso de la luz; mientras que la barra de desayuno limita con la zona de comedor. ¿El resultado? Una cocina abierta, pero cerrada en el corazón de esta casa de montaña.

Las puertas correderas, acristaladas y con carpintería blanca son un éxito garantizado para conseguir más luz. La clave: el cristal deja pasar los rayos de sol y el blanco los multiplica. Y suman aún más a su favor porque ayudan a aprovechar el espacio. 

El punto cálido lo conseguirás con muebles de madera en su estado más natural. Puedes incluir algún contraste con detalles decorativos en negro, como las lámparas o las patas de las mesas. 

¿Cuánto cuesta? Instalar una puerta corredera oscila entre 600 y 900 €. El precio varía en función de si va encastrada en el tabique o sobre raíles.

En esta cocina, la península es la zona de trabajo y la luz entra por las paredes de cristal. Para sacarle todo el partido al espacio, se adosó a la península de una mesa de comedor de madera, que además de dotar de calidez, aporta dinamismo. 

Mesa diseño de Vive Estudio y lámpara de techo de Pholc.

Una cocina con península es una solución habitual en apartamentos y pisos pequeños en los que la cocina va integrada con el comedor o zonas de paso. Como en la de la imagen, en la que se ha empleado la península como zona de lavado. Mientras, detrás está la zona de cocción, el frigorífico y los armarios panelados. Un triángulo de trabajo perfecto. 

Es otro de esos asuntos imprescindibles en una baño pequeño porque la luz o sensación de luminosidad amplía el espacio. Así que aquí hay dos opciones: por un lado optar por revestimientos en colores suaves -no tienen que ser solo blancos, piensa en topos, arenas, beis, grises…- y, por otro, dejar que llegue la luz natural de la estancia contigua si el baño no tiene ventana. Abre un vano acristalado o sustittuye un tabique por una pared de cristal. 

La mejor distribución para una casa es aquella que sigue la lógica de uso de los espacios. Y es fundamental para lograr comodidad y evitar paseos. Si hay una máxima en esto de conseguir una casa cómoda a través de la organización de espacios es que la cocina quede cerca del comedor. Así evitarás paseos. Estarás siendo práctica.

Da igual si te gusta pasar más tiempo delante de los fogones o no. Todos pasamos rato en la cocina preparando la comida y es entonces cuando nos damos cuenta de que contar con una superficie de trabajo extensa y despejada facilita la vida para "extendernos". Cacharros, tabla de cortar, bol, fuente de horno, paquete de harina… diseña tu cocina con un buen espacio de encimera libre.

En este dormitorio juvenil se quería añadir un baño, pero el único lugar donde se podía colocar era junto a la ventana, con lo que el dormitorio perdería la luz natural.

¿Cuál fue la solución? Sustituir las paredes opacas por unas de cristal con parte tratada al ácido para generar intimidad. De este modo la luz natural sigue colándose en el resto del dormitorio. Además la zona de ducha e inodoro quedan cerradas, mientras que el lavamanos se integra en el resto de la habitación.

En esta cocina pequeña se quiso aprovechar al máximo el espacio y, aunque no resultaba fácil, no querían prescindir de una zona de office.

¿Cómo se solucionó? Se colocó encimera volada en el lado más corto de la cocina, sin muebles ni electrodomésticos debajo. De este modo se puede usar como zona de trabajo o como office cuando sea necesario.

Básicamente, una de las opciones que funciona para llenar el baño de luz aún cuando no tiene ventana es abrirlo al espacio más cercano que sí la tenga. Suele ser el dormitorio. En estos casos, sustituir un tabique por un fijo de cristal hace que la luz se reparta de un ambiente a otro. Puede ser de suelo a techo o solo una ventana.

¡Qué mejor manera de expandir la luz de tu casa! Elimina las barreras opacas e instala puertas y paredes de cristal. Las estancias estarán separadas, pero la luz viajará a sus anchas por tu hogar, aportando calidez y haciéndolo más grande. Es una de las muchas opciones para aprovechar el espacio de tu casa.  

Otro recurso que funciona y concede amplitud y luminosidad, tanto al baño como al dormitorio, es sustituir un tabique completo por un panel de cristal o abrir un vano acristalado a modo de ventana.

Pero podemos hacer algo más: pintar el fondo en un color frío para hacer que se aleje, como el que vemos ahora en el mismo espacio.

Las cocinas han sido, sin duda, las grandes beneficiadas de esta bendita moda. Ellas que siempre necesitan más luz y más metros, se ven más grandes y luminosas desde dentro y desde fuera. Todos los espacios ganan.

Tirar una pared de 2,40 m de alto x 2,60 m de largo cuesta aproximadamente 250-300 € (gestión de residuos incluida), mientras que abrir un hueco o vano (de 70 cm de alto x 210 cm de largo) en una pared a modo de pasaplatos costaría 165€ (gestión de residuos incluida).

Puedes pintar los muebles de cocina con pintura a la tiza tipo Chalk Paint o con esmalte. Auténtico Chalk Paint cubre entre 8 y 13 m² el litro con un precio el bote de 30 €. El esmalte puede ser sintético o acrílico (se limpia con agua), cubre entre 10 y 14 m2 un bote de 750 ml y cuesta entre 10 y 20 € según marcas. Que un profesional laque las puertas costaría en una cocina pequeña 250-300 €.

En este proyecto la parte superior de las paredes se ha sustituido por fijos de cristal para que la luz natural del dormitorio llene el interior del baño. Es una idea deco muy apropiada para ganar confort y calidez cuando el baño es interior. Muy original la manera en la que los espejos se suspenden del techo sin entorpecer la continuidad visual. 

Donde antes había una cocina pequeña y cerrada, ahora hay un ambiente luminoso que parece más grande, pero sin llegar a ser una cocina abierta del todo. Es obra de la interiorista Marta Prats, que apostó por sustituir los tabiques por un cerramiento realizado con DM lacado en tono blanco roto.

En la zona del salón, es el comedor lo que queda al otro lado del cerramiento. Por la distribución del mobiliario de la cocina, no queda a la vista ni la zona de cocción ni la de lavado desde la zona de día sino que es el office el que se ve.

La pared que queda detrás del office está revestida con un arrimadero de lamas de madera y papel pintado. "Empapelamos la pared que se ve desde el salón para ganar calidez y alejarnos del concepto claásico de cocina", explica Marta Prats.

La más blanca es perfecta para cuando necesitas ver con detalle (maquillaje y afeitado). La amarilla es cálida y crea la atmósfera adecuada.

Es la cocina de los arquitectos Fran Mengíbar y Ana Blanco (puedes ver su casa completa aquí). Para que la cocina quedara abierta a la perspectiva y la luz, pero cerrada a humos y olores, idearon una estructura de ventanas de guillotina que pueden cerrar. La cocina tiene, además, puertas correderas y una barra de desayunos. El precio aproximado de un proyecto de estas características es de 2.800 €.

En lugar de mirar hacia una pared y ante la ausencia de una ventana, es posible disfrutar de un desayuno o comida más abiertos si la mesa o barra se orienta hacia el cerramiento de cristal. En esta casa, el office se abre al resto de la casa gracias al tabique de cristal que separa la cocina. Un office simple y efectivo que ocupa muy poco.

Para dotar de máxima luz natural y funcionalidad a esta cocina, la parte superior del tabique es de cristal. La parte inferior se aprovecha para almacenamiento, por el lado de la cocina, y sirve como respaldo y zona de apoyo para el banco del comedor -por la cara contraria-.

“La cocina era muy blanca, por eso elegí unos perfiles de hierro negro para las puertas, para que contrastaran con la decoración”, así cuenta la decoradora Aurora Monasterio el diseño de las puertas de la cocina de su casa. “En lugar de una puertas de cuarterones clásicas elegí unas puertas con la parte central limpia para ganar verticalidad”, añade. La pared de cristal se compone de dos hojas abatibles sobre dos fijas. Cuando se abren quedan recogidas a los lados, dejando un paso libre de unos 120 cm. Este tipo de solución en hierro barnizado en su color cuesta unos 1.500 €.

Los cerramientos de cristal pueden quedar apoyados sobre un murete a media altura de manera que se aprovecha la zona inferior para colocar muebles de cocina o crear muebles a medida. El armario situado en la parte baja de este tabique acristalado de hierro mide unos 150 x 30 x 60 cm y está lacado en negro, para mimetizarse con la estructura superior. Es una buena idea -obra del interiorista Pepe Llaudet- para separar el office y ganar espacio de almacén.

¿Cómo conseguir que la cocina interior de un bajo tenga tanta luz? A la vista de la imagen es obvio: abriendo ventanas en los tabiques. Así lo hizo el arquitecto Roger Bellera, artífice de la reforma de esta planta baja que data del siglo XIX. Para integrar la cocina mejor con el resto del piso, no hay alicatado. Solo pintura blanca y gris, y la campana es de obra.

Si hay algo que valoran las estilistas de El Mueble y los profesionales de la decoración en general es que la cocina sea una estancia habitable. “Me gusta que sea cálida, ¡el corazón de la casa! Que tenga espacio para cocinar y una zona agradable para compartir en familia. Me gustan las cocinas vividas”.

“Me gustaría entrar y ver alguna pieza o detalle que me reciba al llegar a casa. Puede ser un cuadro bonito, una planta o un mueble bien ordenado”. Esos son los detalles que invitan a querer ver más, a descubrir una casa. Son los que llaman la atención de los que nos visitan. En este recibidor de una casa de Sol te sientes bien recibido.

Es una de las mejores ideas que puedes copiar. Sustituir tabiques por paredes de cristal hace que los ambientes se mantengan delimitados (es decir, cada uno tiene su espacio) pero ganas en sensación de apertura y amplitud, permites la continuidad visual y que la luz circule a sus anchas. 

¡Reformada por completo! En esta obra integral se ha derribado el tabique que la separaba del salón. Ahora es una cocina abierta. Se han renovado las instalaciones, mobiliario en L con módulos bajos y un frente con columnas, encimera y zócalo en la pared del mismo material. Marta llama la atención sobre que "si se elimina un tabique hay que igualar el techo y eso entra en presupuesto".

Con la pared de cristal, el comedor ahora tiene mucha más luz. Los muebles y detalles en color verde dan personalidad y vida a la envolvente en blanco. ¡Ideal!