Otoño

Los nísperos dan sus frutos en otoño. Tienen beneficios nutricionales muy altos, como una gran cantidad de vitamina C,B y A, que ayudan a fortalecer el sistema inmunológico. Además, aporta nutrientes esenciales como el potasio, magnesio o calcio.

Las ciruelas se convierten en una tendencia de la gastronomía que especialmente tienen su punto álgido en otoño e invierno. Estas frutas son ricas en antioxidantes, teniendo efectos positivos sobre la salud ósea, ayudando a reducir el riesgo de cardiopatías y diabetes.

"La naturaleza entra en casa. Lo veremos, sobre todo, en cojines estampados con temas naturales: tipo hojas, flores… ¡Pero siempre en colores cálidos!", matiza Inés.

"La pana ancha viene con fuerza para entrar en el mundo de los tapizados y desbancar al famoso borreguito. Lo vemos en sillas, sofas, cortinas y por supuesto cojines", avanza la estilista Mar Gausachs.

"En cuanto a color, la estrella de este otoño es un coral evolucionado a naranja. Coral anaranjado que lo veremos en mobiliario, cocinas, paredes. Para los menos atrevidos lo veremos también en textiles", explica Mar. 

"En mesas de centro, mesitas auxiliares, bases de lámpara, incluso en la cocina con tablas para cortar, las maderas y de look natural tendrán mucha presencia en casa esta temporada", apunta Inés. 

"Atrévete a empapelar una pared con un papel atrevido. No toda una estancia, pero sí destacar una pared, como la del recibidor, del office, del cabecero... cambiará la estancia y dará un look mucho más actual", recomienda Inés Cusí. 

''El verde inglés será una de las tonalidades dominantes durante el otoño'', expone Olga. Su profundidad y su elegancia son las claves de su éxito. Una forma muy sencilla de llevarlo a tu hogar es mediante los textiles.

"Los detalles de cobre u oro viejo dan un look sofisticado al ambiente. Desde bandejas redondas, o candelabros, hasta cajas de cristal y dorado, espejos o incluso lámparas", explica Inés Cusí, directora de estilismo de Arquitectura y Diseño. 

"Sigue marcando tendencia esta temporada una conciencia muy marcada por el medio ambiente. No es simplemente una manera de vivir y hacer buenas acciones, sino que todas ellas vienen apoyadas de mobiliario. Sillas y mesas sostenibles, incluso en mobiliario de exterior", apunta la estilista Mar Gausachs.

"Esta temporada se lleva el papel maché, un nuevo material orgánico, irregular e imperfecto. Nace del desarrollo y la importancia de la artesanía, que la tenemos muy presente y decora nuestros hogares. El papel maché es una tendencia en cuanto a decoración que la veremos sobre todo en lamparas y piezas decorativas", explica la estilista.

"Pensando en darle una vuelta a nuestra casa este otoño, ¿por qué no hacerlo con una consola? Me gusta un diseño de Zara Home de madera reciclada, porque es tan ligera como estilosa. La imagino llena de botellas de cristal transparente con largas ramas de arce, liquidambar o parra, decorando la entrada y dando la bienvenida en nuestros hogares a los colores del otoño", explica la interiorista Paula Duarte. 

"Las sillas de mimbre son un básico para mí. Siempre las recomiendo, y para dar un toque cálido en otoño son ideales", explica la decoradora Marta Tobella. Las fibras naturales tienen la ventaja de ser muy cálidas a la vista y, a su vez, resultar fresquitas en verano. 

Con la llegada del otoño nos apetece recogernos en casa, siendo una estación ideal de reencuentro con nuestro hogar, tras una vida más al aire libre en verano. "Por eso, para mí, no puede faltar en otoño una butaca cómoda para crear un agradable rincón de lectura. Las tipo orejero son ideales, tapizadas siempre en tejidos naturales. El lino, ya sea liso o con un estampado a cuadros, que da un toque más otoñal, nunca falla. Si la completas con una lámpara de pie con pantalla textil ya es ideal", explica la decoradora Asun Antó. 

Una buhardilla es ya, por esencia, una invitación al recogimiento. Pero, más todavía, se ha revestido de madera, como en este dormitorio rústico decorado por Deulonder, en el que el pavimento de roble sube por la parte alta de la pared y contrasta con las vigas claras. Unas hornacinas hacen de estanterías y mesillas de noche. Y, para reforzar la calidez y sumar estilo, la parte baja se ha forrado con tela gris, a modo de arrimadero. 

¡Qué acogedor! Seguro que es una de las primeras palabras que te ha venido a la mente al ver este dormitorio decorado por Bàrbara Serra. Y elegante, y estiloso... Precisamente, para sumarle calidez la decoradora revistió la pared del cabecero con un papel pintado que parece tela, lo que da una agradable sensación de confort. En este marrón chocolate el efecto envolvente se refuerza. Los toques de color mostaza iluminan el dormitorio de sabor otoñal. 

Este dormitorio, proyectado por Deulonder, está abierto al paisaje, de ahí que la decoradora Chone de la Sotilla apostara por una base neutra capaz de adaptarse a los cambios cromáticos de la naturaleza según las estaciones. Pero, para darle un plus de calidez, aportó por un maxi cabecero tapizado enmarcado con un marco de madera. Naranjas oxidados, blancos cálidos y toques de negro y gris son los escogidos para vestir la cama de otoño. 

Si hay algo indisociable del otoño son las ganas de recogerse en casa. Y el dormitorio es nuestro templo de relax y donde sentirnos más "arropados". Y esta sensación acogedora la ha logrado la decoradora Natalia Zubizarreta revistiendo la pared del cabecero con una madera cerámica, que además de decorar, da ese plus de calidez que le pedimos al dormitorio. Las cortinas tupidas y en beige, la ropa de cama con tonos caldera y los cojines en marrones y piedra, acaban de dar este look otoñal tan envolvente. 

La decoradora Beatriz Hernández planificó un cabecero tipo murete para vestir este dormitorio y apostó por una base en blanco –infalible– con toques de madera, que le dan ese plus de calidez. Y le dio color al conjunto con los textiles, con mostazas, ocres, blancos cálidos y toques de grises, creando una atmósfera acogedora y, a la vez, relajadamente otoñal. 

Este dormitorio es camaleónico. Sus muebles en blanco y con toques de madera son la base perfecta para darle color y carácter con los textiles y complementos. Y la selección de amarillos, ocres y grises para vestir la cama y para los cojines del mueble-banco que aprovecha el espacio bajo la ventana es lo que le da esta ambientación otoñal. 

Este dormitorio es urbano, pero con este impresionante cabecero muy original en verde nos traslada a la naturaleza. Su tonalidad profunda y algo envejecida es el marco perfecto para dar la bienvenida a la estación más "nostálgica" del calendario. Con una ropa de cama con toques de naranja, caldera y mostaza, ¡el otoño ya esta aquí!

¡Qué bien le sienta a este dormitorio el otoño!  Los colores del bosque cercano, con sus verdes apagados, ocres, naranjas, marrones... ha contagiado la decoración de este refugio de montaña, con una ropa de cama gustosa y con una paleta cromática muy otoñal. Dormir bajo este precioso techo abuhardillado revestido de madera, ¡qué placer! 

El blanco es un color que solemos asociar al verano, pero también puede ser un color otoñal e invernal. Su enorme versatilidad es una de las razones por las que es uno de nuestros colores preferidos. La clave para que resulte acogedor es apostar por tonos un poco "sucios" y evitar a toda costa el blanco puro, más frío. En este dormitorio blanco, la decoradora Isabel Otero ha creado una base cálida, ligera y relajante, que ha abrigado con textura, como la de la butaca, y ropa de cama calentita y gustosa. 

Este dormitorio respira una atmósfera muy acogedora a pesar de su amplitud y sus techos altísimos. ¿La clave? Abrigarlo con muchos textiles, desde la cama, con varias capas, hasta las ventanas, con esos cortinajes. La selección de colores, una base en topo con toques de negro, marrones y pinceladas de gris nos recuerda los colores otoñales, cuando los vibrantes tonos veraniegos parecen envejecerse hacia tonos más apagados. ¡Qué a gusto!

Si esa agradable sensación de recogimiento que siempre va asociada al otoño quieres que se extienda a todos los días del año, no lo dudes y decora la pared del recibidor con un papel pintado textil. Este recurso no solo decora las paredes, sino que refuerza la sensación de calidez. Un truco: cuanta más trama tenga el papel, menos se van a notar los empalmes entre papel y papel. 

Si hay algo que nos gusta especialmente del otoño es su luz, menos vibrante y blanca que la veraniega y con un matiz dorado muy acogedor. Y es precisamente esa tonalidad cálida la que debe dominar en la iluminación artificial de toda la casa. Y en el recibidor, que es el espacio que nos da la bienvenida a casa, más todavía. Juega con pantallas textiles para reforzar este matiz cálido, como se ha hecho aquí con los apliques. 

La decoradora Elena Eyre se atrevió a pintar en un envolvente gris este recibidor, creando una caja súper acogedora ajena a las estaciones. Son los pequeños complementos, como las mantas peludas de los cestos de fibras, las que ayudan a caldear o refrescar, si fuera el caso, la atmósfera. 

Si eres de las que sueles cambiar la alfombra con cada cambio de estación, ¿por qué no renovar las láminas decorativas del recibidor? Puedes conservar los mismos marcos y cambiar tan solo las láminas por otras con motivos o colores más otoñales. En el caso de las láminas botánicas, ¡el cambio salta a la vista! 

Nada como una alfombra mullida y gustosa de lana para dar la bienvenida al otoño en el recibidor. Si eres de las que tienes dos alfombras: una más fresquita y ligera para el verano y otra más abrigada para los meses más fríos del año, ha llegado la hora de sacarla del armario. Recuerda: las alfombras de pelo son las más gustosas, pero son las que requieren más mantenimiento, por eso conviene elegirlas lavables. 

Detalles de forja, una lámpara con base dorada, velas encendidas, una maceta de color terracota... Con los pequeños detalles puedes transformar de manera fácil y rápida tu recibidor veraniego en un hall otoñal con mucho encanto. 

Los percheros y colgadores son un complemento básico del recibidor, y aunque no conocen de estaciones, es en otoño-invierno cuando más se agradecen. Abrigos, bufandas, gorros e incluso paraguas si el perchero cuenta con este accesorio... encuentran su sitio ideal en esta pieza que, además, es de gran valor decorativo. Si no te cabe un perchero de pie, como este, apuesta por uno de pared, no restan espacio. 

Tu terraza, porche o jardín, tu salón de verano, también se disfruta ahora que el sol es un bien más escaso. Añade cojines de colores más empolvados y una manta más calentita. El verde siempre es una opción, claro.

Más que hacernos fundas para el verano, cada vez encontramos más modelos de sofás totalmente desenfundables. Nos parece una idea genial comprarlos ya con dos versiones: una blanca o clarita para el verano y otro gris, topo o de un tono más oscuro para el invierno. 

No hace falta darle la vuelta al salón con cada cambio de estación. Basta con renovar unos pocos detalles para que el salón suba de temperatura. Las fibras naturales, los complementos de madera raw e incluso algunos detalles de cerámica en acabado mate y look artesanal, harán más cálido el espacio. Si tienes una librería, como en este salón decorado por Anna Vendrell, vístela con muchas fibras y verás el cambio. 

Este salón, decorado por Olga Gil-Vernet, es muy versátil, porque en verano es fresquito, con este personalísimo sofá en verde eucalipto, pero en otoño también es muy acogedor. ¿La clave? Un mobiliario atemporal con piezas cálidas, como la mesita auxiliar de madera, y a la vez ligeras y más "frías", como las mesas de centro de cristal. Pero, en este caso, con el plus de ser doradas, lo que ayuda a matizar su posible frialdad. 

Un espejo siempre es un must en el salón. Pero, ¿sabías que los espejos de acabado envejecido ofrecen un reflejo mucho más cálido que uno nuevo? Si, además, lo completas con un marco dorado, como el de este salón decorado por Mengíbar Blanco Estudio, ¡el tándem es perfecto!

Funcionan, especialmente, los metales un poco más envejecidos como el latón o los cobrizos. Consiguen elevar el nivel y dan mucha calidez a nuestra decoración más otoñal. En este salón, decorado por el equipo de Hoc Volo, se han combinado una mesita auxiliar con una lámpara de mesa, ambos en acabado oro viejo. 

Cada estación tiene sus flores y sus colores. Y la reina del otoño es, sin duda, la hortensia. Un ramo de hortensias, en sus tonos envejecidos y oxidados, dará un sabor especial y muy temporada a cualquier rincón del salón. Puedes acompañarla, como aquí, de dalias, una flor también otoñal de gran belleza. Un consejo: si quieres secar las hortensias, para disfrutar de un ramo "eterno", apuesta por variedades de tonos intensos, son las que mejor se secan, y evita las de colores verdes. 

Los colores caldera y teja acompañan al gris a la perfección y le dan esa pátina cálida que tanto esperamos del otoño. 

La vibrante luz veraniega da paso a una luz otoñal más dorada y suave que invita al recogimiento. Déjala entrar en casa: abre cortinas y deja que coloree y caldea -¡cómo se agradece!– con sus tonos cálidos tu hogar. Si en verano tocaba bajar persianas y correr cortinas para bloquear el sol, ahora toca hacer lo contrario. 

Si tu salón cuenta con chimenea empieza a caldear el ambiente sin necesidad de encenderla, todavía. Reúne algunos troncos en una cesta bonita de fibras o en una caja decorativa y verás cómo la temperatura del salón sube de inmediato. 

¿Quieres darle un toque otoñal y natural a tu salón? Atrévete a hacer un centro de mesa con frutos de esta estación. Desde hace un tiempo las calabazas –más allá de la decoración de Halloween– se han convertido en un fruto de gran valor ornamental, ya sea en su característico tono anaranjado como en blanco, como esta. Puedes acompañarlas de granadas y otros frutos otoñales. 

La chimenea da mucho encanto en el salón, sobre todo cuando está encendida. Pero, ¿qué hacemos con ella cuando aún no ha llegado el momento de prender fuego? Si en verano puede ser muy decorativo y dar frescor vestir la embocadura con un cesto de fibras con brotes de lavanda, eucalipto o flores secas, en otoño puedes atreverte con una composición de velas. Las hay de led que crean una luz muy cálida y segura, muy útiles si hay niños pequeños en casa. 

La luz tiene un gran efecto en la sensación de calidez y recogimiento de una casa. Y aunque apuestes por luces leds de 2.700ºK, la pantalla de las lámparas tiene la capacidad de teñir esa luz. En este sentido, puedes reforzar la sensación de calidez en el salón cambiando las pantallas de las lámparas de sobremesa por otras de telas más tupidas, con textura o de tonos más "sucios", como la propuesta de la imagen. 

Los textiles de cuadros y los tipo tartán no pueden faltar en un dormitorio de otoño, sobre todo en la paleta de colores de esta estación: rojizos, anaranjados, ocres... ¡y por supuesto marrones! Y es que este es un color 100% otoñal que destaca por ser muy camaleónico. Siempre acogedor y profundo, puede ser discreto o chic. No temas colorear tu dormitorio este otoño con la paleta de los marrones. 

Transformar el dormitorio de verano a otoño puede ser tan fácil como aliarse con una manta o un plaid de textura abrigada, como en este dormitorio donde la mirada se va a la manta de mohair de color mostaza a pie de cama. Tanto el material como el color nos evoca la estación más nostálgica del año. Y otro pequeño detalle: ¿te has fijado en las láminas de la pared? Puede ser tan sencillo como cambiarlas por unas más otoñales para que el look del dormitorio cambie por completo.