Es la estampa por excelencia de un salón de invierno: una chimenea encendida en torno a la cual se organiza la zona de estar, y es que los sofás se colocan para contemplarla y disfrutar de la magia del fuego. Por eso, este punto focal tiene el poder de elevar o arruinar el look de cualquier espacio.
Un diseño depurado como el de este salón, decorado por Marina y Laia Reguant, sumará modernidad al espacio. Pero, ¿qué pasa si la chimenea tiene una embocadura de ladrillo visto o demasiado clásica? La interiorista Laura Martínez lo solucionaría, bien instalando con un cassette a medida, bien pintándola de blanco.