Color

"La continuidad visual transmite armonía y amplitud visual. Por lo que en pisos pequeños es un acierto. Y si quieres meter un color de contraste, para que no resulte demasiado monótono, resérvalo para una pared. Además, es tendencia", según Pintallar.

El total look es cuando pintas carpinterías, zócalos, interruptores, radiadores... y todos los elementos del mismo color de las paredes. Según Pintallar, así se evitan los saltos visuales y, por consiguiente, el espacio se verá más diáfano.

Empezaron por el salón, con vistas a Getxo y al Abra. Una panorámica sobre estas joyas de Bilbao pedía un homenaje a sus colores. “Quise exactamente ese tono de azul, que parece fácil pero no lo es (de hecho es papel, no pintura), y no paré hasta encontrarlo”, prosigue.

El papel da calidez a las paredes, algo que nunca viene mal en el norte, sobre todo cuando los techos tienen una altura de hasta cinco metros. “Dejamos las vigas a la vista porque eran espectaculares, pero las pintamos de blanco; lo más parecido a una ‘obra’ que hicimos fueron algunas rozas para poner luminarias en las vigas”, prosigue la decoradora.

Apostar por un color más "fuerte" dota de carácter y personalidad al salón. No es necesario pintar todas las paredes, puedes empezar por una. 

Aunque para una casa de veraneo el blanco es el rey de los colores, dale un golpe de efecto y salpícala de colores vivos. Ya sea en los muebles o en los textiles, los colores vivos ofrecen alegría y espontaneidad.

Cuando el suelo tiene gran peso visual, ya sea porque es muy oscuro o porque presenta motivos o combinaciones de colores, como es el caso de estas baldosas que imitan un suelo hidráulico, apostar por unas paredes en blanco ayudará a equilibrar el ambiente para no saturar la vista y cederá el protagonismo al suelo. 

En pocos metros, si no quieres arriesgar apuesta por el blanco. Acertarás seguro, porque tiene la capacidad de hacer que un espacio pequeño, como este dormitorio que además cuenta con un techo abuhardillado, parezca más amplio, porque aleja visualmente las paredes. 

"En estancias neutras, como baños o cuartos de la plancha, estamos habituados a pintar en blanco. Son espacios que respiran intimidad, delicadeza, limpieza… y aquí el blanco aporta siempre esa tonalidad neutra que tan bien encaja con este tipo de temas", aconsejan desde Bruguer. 

"Solemos acudir a este color cuando la estancia no es capaz de captar por sí misma la luz exterior, y deseamos otorgarle un aire más luminoso y claro. Es una de esas elecciones que nunca falla y a la que solemos acudir cuando no queremos arriesgar", explican desde Bruguer. Y es que el blanco tiene la capacidad de reflejar hasta un 96% la luz. 

Un truco para modificar la sensación de tubo de un habitación demasiado alargada es pintar la pared del fondo de un color cálido oscuro, como el topo intenso de este comedor, y el resto de paredes de un tono más suave de la misma gama cromática, como un beige. "Así se creará un efecto de acercamiento de la pared del fondo y esto hará que la estancia se vea más cuadrada", según Valentine. 

"El color suele ser una elección estupenda para las habitaciones de los niños, en las que predominan, como es lógico, los colores suaves: azul cielo, lila, rosa, tierra...", explican desde Bruguer. Y es que el color es, además, perfecto para estimular la imaginación de los peques. Este es la referencia Nautilus de Valentine. 

Jugar con el color es una manera de dividir visualmente espacios sin necesidad de levantar una pared. Prueba de ello es este comedor, que se ha pintado en un azul profundo enmarcándolo.  

Así lo sostienen desde Bruguer, que apuntan que "hay personas que con mayor facilidad que otras, terminan por cansarse de blanco, y optan por arriesgar con el color". Y este atrevido baño es una buena prueba de ello, donde paredes y techo se han unificado en un verde que es fresco y elegante a la vez. 

La carpintería de este cerramiento (pintada con un color similar al verde Selva de Valentine) es el marco ideal para un rincón verde. Necesitas muchas plantas y luz, pero no sol directo.

Son muy fáciles de hacer. Solo necesitas recipientes de cristal. Para que tus plantas luzcan y duren más tiempo debes crear varias capas. Debajo coloca piedras y carbón vegetal para que tengan un buen drenaje. Encima va la capa de tierra y, sobre esta, las plantas y el musgo. Aquí te contamos todo sobre flores y plantas.

Combina plantas de distintos tamaños e intensidades de verde para dar más dinamismo a tu jardín interior. Pon las grandes en el suelo y las medianas y pequeñas sobre los muebles.

Helecho de rápido crecimiento. En primavera y verano mantén su sustrato húmedo. Vive bien en semisombra.

De origen tropical, la reconocerás por sus grandes hojas. Necesita humedad y luz sin sol directo

Planta tropical que vive bien con poca agua y agradece la humedad ambiental. Tolera bien el sol directo en invierno.

Planta crasa de hojas rectangulares y con pelosidad. Necesita abundante agua de primavera a otoño. Prefiere el calor

Necesita un sustrato poroso y mucha luz sin sol directo. Requiere una temperatura mínima de 18 ºC.

Las piezas recuperadas dan calidez a los espacios. Son muebles con historia que inspiran nostalgia y dan un plus acogedor a cualquier estancia y, más, en el dormitorio. Si además les das una pátina azul, estarás aumentando su influencia positiva. 

Aquí el azul domina también pero sin agobiar. El cabecero se ha pintado como la carpintería, con un color azul índigo dándole un raspado para que parezca envejecido. Y de colofón, papel pintado también en azul y blanco. El azul está presente pero el blanco le da la réplica llenando de luz el ambiente.

Aunque sea un color que inspire verano, también es ideal en la época invernal. Mira sino cómo queda aquí. Azul en la cama y azul en la butaca. Textiles de franela. Serenidad y calidez a la vez. El pack perfecto. 

Serenidad máxima y frescor. La conseguirás si todo lo que decora tu dormitorio es azul. A parte de la ropa de cama o de un color de pintura o un papel para la pared, hay mil detalles que puedes añadir, no te costarán mucho dinero y, sin embargo, estarán trabajando para tu mejor descanso. Prueba a decorar con ellos: cuadritos, alfombras, vasos y jarras, cuadros...

Si tu dormitorio es una estancia abierta al vestidor o incluso al baño, no pienses solo en darle azul a la zona de descanso. También las otras áreas deben tener toques azules, como aquí, donde el baño cuenta con toallas azules. Serenidad en cada rincón y ningún color "no invitado" que perturbe el descanso.

Mezcles rayas y cuadros, flores y lisos, dibujos marineros y franjas... en azul y blanco siempre funcionarán para crear un ambiente sereno. Y si quieres añadirle un toque personal, pequeños toques de rojo como aquí.

Si decorar en azul nos hace pensar en el mar y esto relaja la mente, añadir motivos marineros acentuará el efecto. En este dormitorio, decorado por Gemma Gallego, se ha logrado con papel pintado, textiles a rayas y detalles en azul como la lámpara de la mesita de noche.

Un mismo papel pintado de flores en paredes y techo crea un efecto tremendamente acogedor y a la vez, delicado. Aquí, el azul domina en el estampado y en los textiles. Serenidad y luz. 

Descansar bien va asociado a tener la mente libre de pensamientos negativos. Y el azul, aquí, juega un papel prioritario. Sobre todo el azul oscuro. Para que no empequeñezca demasiado, un truco es pintar con el la pared de la ventana. Recibidrás su efecto sin oscurecer el ambiente. 

Un cabecero tapizado nos lleva a pensar en una cama más mullida. Es el efecto visual que produce el textil. El azul claro y el estampado de flores añade suavidad a la sensación. Y todo, junto, juega a favor de un mejor descanso. 

No es necesario pintarlo todo de azul y vestir la cama también de azul para llegar a notar los beneficios de este color. Aquí, el azul domina y, sin embargo, su presencia es puntual: en vigas, carpinterías y textiles, que aportan calma a la vez que "dibujan" la estructura del espacio. Un proyecto de Dara Díaz de Nice Home Barcelona.

Decorar con el color es siempre un acierto, y en dormitorios pequeños, un must, porque no recarga –sobre todo si eliges tonos luminosos y que amplíen como este suave azul cielo–, no resta espacio y, en cambio, tiene un gran protagonismo visual. Si no te atreves a pintar todo el dormitorio, haz como la decoradora Pia Capdevila, que pintó solo la pared del cabecero, destacándola.  

Si pintar la pared o las carpinterías en azul no es una opción para ti, jugar con los textiles sí puede serlo. Una mezcla de cojines y plaids como la de este dormitorio proyectado por la decoradora Marta Tobella, hace que el color azul domine en la habitación. Y más, si la utilizas sobre una base blanca. Así, todavía destacan más. Utilizar distintos tonos de azul dará riqueza al ambiente.

No necesitas pintar todas las paredes de azul: solo con la del cabecero ya es una buena solución. ¿Por qué? Porque es la que más se ve. Al entrar en una habitación, la mirada viaja directamente hacia el cabecero de la cama. Si la pared es azul, ese color dominará toda la estancia. Dormitorio proyectado por Natalia Zubizarreta.

El azul puede cubrir cualquier pieza de tu dormitorio. También los armarios. ¿Por qué no? Eso sí, como los armarios son una pieza contundente de grandes dimensiones, es mejor elegir un azul suave, que no abigarre pero que transmita la serenidad que buscamos.

Si el blanco es tu color favorito para las paredes y los muebles, son los textiles los que te darán juego. Elígelos en azul. Pero, sobre todo, de lino o algodón naturales. Cuanto más naturales sean los tejidos, tu piel lo agradecerá y mejor descansarás. Este dormitorio es un proyecto Miguel Gomila, de Aquitania.

Que las piezas principales del dormitorio estén vestidas de azul es un acierto. Los ojos se dirigirán a ellas e inmediatamente tendrás sensación de calma. Si además, el azul es tan claro y suave como este, la sensación de calma es todavía mayor. 

Si el color azul invita a relajarse, los tonos tierra te hacen sentir más abrigado, más recogido, y favorecen la relación de pareja, según el Feng Shui. Combínalos dando toques en la decoración del espacio, como aquí ha hecho Mónica Garrido. se ha hecho con la ropa de cama, el marco del espejo, el cabecero y la lámpara. 

La ropa de cama, la alfombra y las lámparas salpican el cuarto de toques de azul, pero hay una pieza que, aun no siendo azul azul, nos inspira este color: el cuadro. Una panorámica de barcos grisáceos que nos llevan a viajar hasta el mar y esto produce serenidad inmediata. Un truco muy ingenioso para apuntarse. Este dormitorio es un proyecto de la decoradora Jeanette Trensig.

Si para ti el azul es un color demasiado frío, puedes compensarlo con toques de amarillo en algún cojín o plaid. Sobre todo para la temporada primavera-verano, es una combinación perfecta. 

Otra combinación 100% veraniega: verde agua y el tono arena tostado de las fibras o de la madera. Un pequeño detalle como un jarrón o una bandeja en verde agua puede sustituir tus complementos más invernales, y con este simple gesto estarás dándole un aire más estival a tu salón. 

¡Alucina con el efecto que producen estos dos colores juntos sobre las sábanas blancas! La suavidad del verde agua nos transporta al mar, y la energía y el buen rollo del amarillo al sol más cálido. Un modo muy fácil de renovar los aires de tu habitación sin gastar mucho dinero.