Antes y después

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Antes: una cocina antigua en madera

Antes: una cocina antigua en madera

Àbag

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9. Antes: una cocina antigua en madera, que se caía

Muebles de madera pasados de moda. Azulejos setenteros. Una ventana de aluminio que aísla poco y afea mucho... Un conjunto difícilmente rescatable. Era necesario un cambio radical y Abel Pérez Gabucio, del estudio de arquitectura Àbag, lo consiguió manteniendo... la madera. Sigue mirando y lo descubrirás.

Cocina con gran isla abierta al salón

Muebles de cocina disen~ados por el estudio A`bag. Trapos, cuencos y bandeja, de Natura Casa.

El Mueble

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Después: la cocina ha sufrido un cambio radical

Sigue siendo de madera, sí, pero nada que ver con lo que había. Abel quiso reservar la calidez del nogal macizo para una isla que recuerda un mostrador pastelero y que la hace totalmente distinta a una isla convencional. Y además, nada de cerrarla en una habitación. Ahora, la cocina se abre al salón.

Antes: el baño del terror

Antes: el baño del terror

Àbag

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Antes: el baño del terror

Aquí se podía haber rodado una película de las de mucho, mucho miedo. El baño estaba anclado en el pasado. Un espacio envidiable pero unas piezas diminutas que se perdían entre tantos metros. Había que darle un giro.

Después: un baño en mármol, espejo y mucha, muchísima luz

Griferi´a de Grohe. Velas de Muy Mucho. Cremas de Caudalie. Mármol similar en Levantina. Mampara de Piuma System, personalizada por A`bag.

El Mueble

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Después: mármol, espejo y mucha, muchísima luz

Como al dueño de la casa le encantaba el mármol, Abel proyectó un baño con este material como protagonista absoluto. Tuvo que buscar por toda Europa un bloque que pudiera revestir paredes de 3 metros de una sola pieza y lo consiguió. El resultado: un baño muy luminoso, tremendamente de actualidad.

Antes: Una habitación clásica y oscura

Antes: Una habitación clásica y oscura

Àbag

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Antes: Una habitación clásica y oscura

Una puerta corredera en arco con molduras. Maravillosa base para hacer algo grande aquí y, sin embargo, qué olvidada estaba. Abel Pérez Gabucio supo recuperar su antigua belleza. Pasa a la siguiente foto y descubre cómo quedó.

Después: un dormitorio con clase

Cama y cabecero de MaxAlto. Funda no´rdica, plaid y coji´n mostaza, de Filocolore. La´mpara y mantas grises, de La Maison. Banco de Catalina House. Bandejas de Muji.

El Mueble

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Después: un dormitorio con clase

Maravilloso dormitorio. Sí señor. Las puertas ahora no dan a un espacio inerte sin gracia, sino a una galería que se convierte en un remanso de paz con una butaca de fibras y un conjunto de plantas a modo de jardín interior. Y dentro, serenidad absoluta de color y estilo. ¿Quieres ver más de esta casa? Entra aquí y disfruta.

Antes: un salón comedor encerrado

Antes: un salón comedor encerrado

Nice Home Barcelona

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10. Antes: un salón comedor encerrado

Las casas de pueblo de la Costa Brava no eran especialmente amplias, ni luminosas. Los techos solían ser bajos y muchas de las estancias daban la espalda al exterior. Así fue como la interiorista Dara Díaz, de Nice Home Barcelona, encontró la que sería su casa en Palafrugell y así era su salón comedor.

Un comedor con mucha luz.

Mesa, de Maisons du Monde. Lámpara de techo, de Vackart. Sillas, de Nice Home Barcelona. Sofá cama Holmsund, de Ikea. Mesas auxiliares, de India&Pacific.

Nice Home Barcelona

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Después: más luz y más calidez para el comedor

Para empezar, Dara cambió los colores radicalmente. Y de los ocres y granates, pasó al blanco y al azul (si estaba en la costa, el toque marinero no podía faltar). Pero además, le regaló luz, eliminando puertas y cambiando el suelo por una madera clara que daba calidez y a la vez claridad.

Antes: una cocina "viejuna"

Antes: una cocina "viejuna"

Nice Home Barcelona

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Antes: una cocina "viejuna"

Los colores azul y blanco son los únicos que mantuvo igual Dara en la nueva cocina. Todo el resto: alicatado, muebles, encimera..., iban fuera porque la cocina necesitaba una reforma radical. Tampoco la ventana se dejó tal cual. 

Ahora: una cocina campestre muy luminosa

Mobiliario, iluminación y alfombra, de Nice Home Barcelona. Lámpara de techo, en Estilo Nórdico.

Nice Home Barcelona

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Ahora: una cocina campestre muy luminosa

Nice Home Barcelona amplió la cocina tirando el tabique que daba a un pasillo que llevaba al patio. Así ganó más espacio para cocinar, pudo hacer la ventana mucho más grande y con ello ganar mucha más luz, y consiguió un paso directo al jardín, donde tiene el comedor de verano bajo una pérgola.

Antes: una entrada poco invitadora

Antes: una entrada poco invitadora

Nice Home Barcelona

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Antes: una entrada poco atractiva

La estructura de la casa era maravillosa, pero los espacios estaban muy poco aprovechados y, sobre todo, no se habían decorado con mimo. Un cuadro, una mesa camilla y unas butacas poco invitadoras, en manos de Dara Díaz de Nice Home Barcelona se convirtieron en un espacio lleno de encanto.

Después: un recibidor de lo más acogedor

Después: un recibidor de lo más acogedor

Nice Home Barcelona

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Después: un recibidor de lo más acogedor

Le faltaba verde, piezas con encanto y, de nuevo, que las paredes respiraran amplitud con una mano de pintura blanca. Las interioristas de Nice Home Barcelona añadieron también un sofá porque unas butacas pueden ser cómodas, claro, pero un sofá... ¡eso sí que es decir "entra y siéntete como en casa"!

Antes: un salón que prometía...

Antes: un salón que prometía...

Dröm Living

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12. Antes: un salón que prometía...

No era muy grande pero el espacio tenía potencial: comunicaba con la cocina, sin puertas, y esto inspiró a los interioristas de Dröm Living a hacer un piso donde todo estuviera conectado. 

Después: el salón ya tenía paso al comedor

La reforma y el interiorismo son obra de Dröm Living. Mesa de centro y cesto de Matèria. Las plantas son de Bossvi. Bandeja redonda y el bol de India&Pacific. El cuadro es de Sacum.

El Mueble

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Después: el salón ya tenía paso al comedor

Decidieron colocar el comedor en un entrante que hacía el pasillo, justo enfrente de la cocina (así era mucho más práctico) y para que el espacio quedara íntimo, pero no oscuro, abrieron en el tabique una ventana sin carpintería.

Antes: una cocina demasiado estándar

Antes: una cocina demasiado estándar

Dröm Living

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Antes: una cocina demasiado estándar

La cocina quedaba frente al comedor, sin luz ninguna. Necesitaba que los materiales le dieran personalidad. Hacer de aquel rincón algo muy especial. Necesitaba, en definitiva, una reforma bien pensada como la que precisa cualquier casa de pueblo.

Después: una cocina muy personal

El mobiliario es diseño de Dröm Living, por Ebanistería Brañas. El pavimento es de Matimex.

El Mueble

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Después: una cocina muy personal

En vez de mantenerla en el rincón más alejado del pasillo, Dröm Living aprovechó todo el espacio para hacer, incluso, una barra de desayunos. En negro, blanco y madera, es muy sobria, pero tremendamente personal y tiene todo lo necesario.

Antes: una galería sin ningún uso

Antes: una galería sin ningún uso

Dröm Living

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Antes: una galería sin ningún uso

¡Qué pena perder esta claridad! A veces, las galerías, que son uno de los espacios más luminosos de una casa, quedan como cajón de sastre, donde metemos de todo sin ningún tipo de orden ni gracia. Aquí había que evitarlo...

Después: un estudio pequeño pero inspirador

Después: un estudio pequeño pero inspirador

El Mueble

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Después: un estudio pequeño pero inspirador

Aprovecharon el retranqueo de la pared para instalar baldas voladas que se convirtieran en escritorio y librería, y este fue el resultado: un estudio en la zona más clara y recogida de la casa. ¿Quieres seguir viendo este piso tan fresco? Entra aquí y descubre todos sus rincones.

Antes: un salón para derruir

Antes: un salón para derruir

Pia Capdevila

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11. Antes: un salón para derruir

Encontrarse un espacio tan abandonado como este y ver clara su nueva vida es un trabajo solo apto para "pros" de la decoración. La interiorista Pia Capdevila supo ver que aquí podía haber un salón rústico muy, muy acogedor. 

Después: un salón para no irse nunca

Sofá y mesa de centro, de Maisons du Monde. Butaca, en Pomax Collection.

El Mueble

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Después: un salón para no irse nunca

Con la reforma de Pía Capdevila, la chimenea dejaba de ser un punto negro en el fondo de la sala, el suelo se convertía en un escenario cálido y la vida volvía al espacio en forma de textiles gustosos y toques verdes.

Antes: una cocina de azulejos imposibles

Antes: una cocina de azulejos imposibles

Pia Capdevila

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Antes: una cocina de azulejos imposibles

Oscurecían mucho y este espacio era lo que menos necesitaba. Tanto el suelo como las paredes había que revestirlas de materiales que regalaran luz y sensación de amplitud.

Después: una cocina rústica muy clara

Mobiliario de puertas lacadas y molduras grises, y encimera, de Meine Kuchen. Pavimento, de Equipe Cerámica, suministrado por Catalonia Ceramic. Electrodomésticos, de Bosch. Lámpara, de Fancy Collection.

El Mueble

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Después: una cocina rústica muy clara

El verde oscuro se cambió por el blanco. Se mantuvo el alicatado bajo para que la estancia respirara con la pintura, y los muebles también se buscaron claros para reforzar la claridad. Y en el suelo, un cambio radical: de baldosa marrón intenso a un nuevo hidráulico ultraluminoso.

Antes: un baño muy triste

Antes: un baño muy triste

Pia Capdevila

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Antes: un baño muy triste

El alicatado a media altura era una buena base pero el material no ayudaba a que se viera actual ni cálido. El suelo, por supuesto, había que cambiarlo y las piezas... pues, claro, no eran recuperables.

Después: una monada de baño

Mueble, de Brocante Rocamora. Espejo, de Maisons du Monde.

El Mueble

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Después: una monada de baño

El alicatado reviste las zonas que pueden mojarse. El lavamanos pasa a ser un mueble de madera recuperado que da calidez al espacio y mucha personalidad, y un lavamanos de superficie que le da el punto actual. Y además... el toque que lo abriga: el papel pintado.

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3. La reforma de una casa de 60 m2 con patio

Los 60 m2 de esta casita se exprimieron al máximo con soluciones a medida y muebles con más de una función. La estilista y decoradora, Gabriela Conde, se encargó de transformarla junto a la arquitecta Blanca Figueras Quesada: “el punto mas importante de esta reforma fue construir un gran patio-terraza como desahogo a los pocos metros de la vivienda”. Presupuesto total: 140.000 € (decoración incluida).

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Cocina abierta pero delimitada

“La ventana bajo los muebles altos amplía la cocina uniéndola con el salón”, explica Zubizarreta, que añade “la idea era fusionar espacios pero respetando cada ambiente”. Además, la cocina no cuenta con puerta por lo que el acceso al comedor es directo. La luz se reparte.

Presupuesto

1. Demolición de tabiquería de ladrillo: tabique entre cocina y patio + tabique entre cocina y salón + tabique entre antiguo pasillo y comedor: 450 €

2. Estructura de hierro con pladur para tabique con hueco para ventana fija: 950 €

3. Vidrio para ventana fija: 400 €

4. Instalación fontanería (fregadero, lavadora y secadora) y campana extractora: 750 €

5. Instalación eléctrica: 550 €

6. 10 m2 de tablero hidrófugo en el suelo y posterior revestimiento del mismo con pavimento laminado de Quickstep y foam de aislamiento bajo el mismo: 62 €/m2

TOTAL: 3.720€

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Campana extractora de sobreencimera en la isla de la cocina