Plantas: ¿cómo y cuándo regarlas?

Alejandra Coll, de Asilvestrada, es una amante de la naturaleza y es experta en todo tipo de plantas. Uno de sus consejos más importantes es que no todas las plantas se riegan igual, ¿lo sabías?

Si estás dándole demasiada agua a tu planta, la raíz se pudre. Lo notarás porque las hojas jóvenes se oscurecen y llegan al marrón y la planta parece marchita. Si tiene exceso de agua, saca la planta de la maceta y envuélvela con papel absorbente.

Cuando una planta tiene sed florece menos y sus tallos están arrugados, caídos o amarillentos. Las hojas se doblan, pierden color o se caen. Para darle agua, no riegues desde arriba: pon un plato con agua debajo y que absorba la que necesite.

A veces la superficie puede engañar. Lo mejor para saber si una planta necesita agua o no, es meter un dedo en la tierra para ver qué tan húmeda está. Con este truco, no fallarás.

Una de las formas que hay para regar una planta es llenando el plato debajo de la maceta de agua para que beba de él únicamente cuando tiene sed. ¿Sabes que las plantas son muy terapéuticas? Aquí te explicamos qué plantas suben el ánimo.

Otra manera de regar es desde arriba. Cuida que el agua vaya dirigida a la tierra y a las raíces, e intenta no mojar las hojas, puesto que podrían dañarse.

Esta forma de riego es ideal si te vas a ir de vacaciones unos días y no vas a poder atender tus plantas. Sumerge las plantas en una bañera o en un barreño, dejando que el agua cubra unos 5 cm y sumerge las macetas en ella. A tu vuelta estarán perfectas.

Es mejor que riegues tus plantas con bastante agua y más espaciado en el tiempo, a que lo hagas a menudo y con poca agua. Tómate tu tiempo, hazlo poco a poco y sin prisa, y que el agua sobrante salga al plato.

Después de regar tus plantas, tira el exceso de agua que se haya quedado en el platito para que no vuelva a chuparla y se ahogue. Este es un helecho, la planta del 2019, mira cómo decorar con él.

Cada cierto tiempo conviene limpiar las hojas con un trapo. El polvo disminuye la luz que reciben las plantas y les impide crecer bien.