Desesperada y frustrada es como se sintió Marie Kondo cuando se dio cuenta que al convertirse en madre ese orden perfecto que ella tanto ama (y practica) desaparecía en un periquete. Y cuando tuvo a su segunda hija... ¡imaginad! No tenía energía para llevar a cabo su método konmari.
Aunque creemos que a los cinco minutos se le pasó, porque como ella afirma "la felicidad de convertirte en madre (y padre) sobrepasa cualquier satisfacción de tener un hogar perfectamente ordenado y cuidado".
Así que Marie propone ir ordenando y limpiando la casa sin ningún sentimiento de culpa si no consigues llegar a todo, y con una sonrisa en la boca. Poco a poco, los más pequeños de la casa querrán imitarte y que les enseñes lo que haces.
Como consejos, la japonesa propone designar un espacio para los juguetesde los más pequeños de la casa y enseñarles que dicho espacio (un armario, un baúl, una cesta...) es el hogar de sus pertenencias. De ese modo, después de jugar todos deben regresar a su sitio.
Como madre ha aprendido que los niños no siempre hacen caso. Marie propone perder una batalla (que no la guerra) y dejarlos tranquilos. Eso sí, por muy tolerante que se haya vuelto, cuando sus hijas duermen lo recoge y ordena todo en un periquete. ¿O acaso te pensabas que la gurú del orden más famosa lo iba a dejar tirado todo hasta el día siguiente?